'Las Voces del Califato', el programa de radio de ISIS en silencio tras los últimos ataques

La Voz del Califato, el programa de radio de Estado Islámico en Afganistán, fue cortado de cuajo en plena emisión en la noche del lunes. Todo apunta a que el fulminante silencio yihadista en las ondas afganas se debe a los bombardeos de la coalición liderada por Estados Unidos.

Estado Islámico (EI) había logrado expandir sus operaciones hasta territorio afgano el año pasado. La conquista fue celebrada con la emisión de un programa de radio en el 90 de la frecuencia modular. El espacio, retransmitido a través de la provincia de Nangarhar, tenía por objeto reclutar a futuros yihadistas. Las primeras emisiones de La Voz del Califato se hicieron en árabe y pashto. Poco después, las emisiones incorporaron espacios retransmitido en persa y en persa darí, en un intento por conquistar una mayor audiencia.

Ayer martes, sin embargo, los vecinos de Jalalabad informaron que la emisora se había quedado en silencio y sugirieron que la repentina ausencia pudiera deberse a los bombardeos desplegados durante la madrugada. Attaulah Khogyani, portavoz de la oficina del gobernador provincial de Nangarhar, ha informado que las fuerzas de infantería afganas también habrían participado de la ofensiva y que los ataques han resultado en la muerte de 29 combatientes yihadistas, entre ellos los 8 trabajadores que se encontraban en la sede de la radio de la insurgencia, y de los responsables de las operaciones online.

Poco después de que el programa La Voz del Califato saliera a la luz, Ahmad Ali Hazrat, responsable del ayuntamiento de Nanghar expresó su preocupación ante la ola de agitación que se avecinaba sobre Afganistán con la intervención de los yihadistas. Hazrat explicó que los elevados índices de pobreza y desempleo podían convertir su provincia en un fértil caldo de cultivo para el reclutamiento de futuros radicales.

"La mayoría de nuestra comunidad no tiene trabajo y esta emisora de radio alentará a mucha gente a unirse a sus filas", expresó Hazrat. "Ahora mismo Daesh se encuentra a siete kilómetros de la ciudad de Jalalabad, y si el gobierno no interviene en breve, no me extrañaría que en poco tiempo las emisiones lleguen hasta Kabul, en donde podrían reclutarse muchos guerrilleros más".

Las autoridades afganas habían intentado bloquear la emisión, sin embargo advirtieron que la fuente de la transmisión cambiaba de lugar regularmente.

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Algunos vecinos han contado a VICE News que cuando la emisora entró en funcionamiento, en La Voz de el Califato podían escucharse desde proclamas propagandísticas a entrevistas, pasando por canciones pro yihadistas interpretadas a capela (el grupo prohíbe el uso de instrumentos musicales). En uno de los programas, un individuo que se identificaba a sí mismo como combatiente yihadista, relató que uno de los objetivos de la emisión era dinamitar los estereotipos negativos que la gente pudiera tener de la organización terrorista.

"Hay muchas campañas que se han propuesto calumniarnos", subrayó el terrorista, quien se identificó como Jan Aqa Shafaq. "La mayoría de nuestra generación, es una generación de "jóvenes de pintalabios", jóvenes que se afeitan de manera apurada y llevan la clase de ropa que no permite distinguir si son hombres o chicas. Ellos son quienes han creado esa propaganda".

Las posiciones alcanzadas el lunes por la noche son una prueba más de las intensas ofensivas que las fuerzas estadounidenses están desplegando contra Estado Islámico. La estrategia se ha recrudecido especialmente después de que una orden especial ampliara las regulaciones para los enfrentamientos contra la organización yihadista en Afganistán.

"Hemos redoblado la presión y Estados Unidos ha redoblado la presión contra Daesh en las últimas semanas", ha relatado el principal portavoz de la OTAN en Afganistán, el general Wilson Shoffner.

Durante una rueda de prensa celebrada el miércoles pasado, el portavoz del Pentágono, Peter Cook ya subrayó que la piedra angular en la estrategia de la coalición para infligir una "derrota definitiva" contra las fuerzas de Estado Islámico, consistiría en "apuntar a su uso de internet para difundir su mensaje del odio, reclutar a combatientes e inspirar actos terroristas".

El comandante estadounidense John Campbell, comandante de las fuerzas internacionales en Afganistán, ya había estimado en su día que hay entre 1.000 y 3.000 combatientes yihadistas de Estado Islámico en el país. Otro militar occidental que ha hablado con Reuters a condición de no revelar su identidad, ha informado que la máxima preocupación de la coalición en cuanto al potencial terrorista de Estado Islámico está en Afganistán — puesto que el mensaje radical de los yihadistas podría resultar muy atractivo para los desamparados jóvenes del país, que no han conocido otra cosa que la guerra durante sus tempranas vidas..

"No queremos que Daesh se haga más grande lo que ya es: la intención es contener su crecimiento", concluye Shoffner.

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