Porqué el cigarro y el trago se llevan tan bien

El duo canadiense de música country Small Town Pistols podían haber estado en la zona de fumar de tu bar favorito cuando escribieron su éxito de 2014 I Only Smoke When I Drink ("Sólo bebo cuando fumo"). Ve al trabajador administrativo balancear hábilmente tres tarros mientras enrolla un cigarro. Maravíllate ante aquellos que comen sanamente toda la semana y se transforman en "bebedores sociales" después de dos vodkas con refresco de dieta y ganas de divertirse. Mira mientras otros alternan los sorbos entre un mal Malbec y fuman después de estar hambrientos de nicotina.

Seguro, todos están llenando sus pulmones con vapores tóxicos –pero si esa escena no inspira un número de rock acústico con ritmo acelerado, entonces no sé qué lo haga.

Investigadores de la Escuela de Medicina de la Universidad de Missouri pueden haber descubierto qué hace la combinación de alcohol y cigarro tan inspiradora. En un reciente estudio publicado en el Journal of Neurochemistry, científicos del Departamento de Neurología concluyeron que el cigarro cancela los efectos del sueño que el alcohol produce.

De acuerdo al estudio, cuando acompañas una copa de vino tinto con un cigarrillo, la nicotina actúa como un estimulante que ahuyenta todo bostezo que normalmente ocurriría para cuando la botella llega a la mitad. Esto produce un ciclo de alcohol-humo.

Mahesh Thakkar, director de investigación del Departamento de Neurología de la universidad y autor principal del estudio explicó: "Si un individuo fuma, entonces él o ella tiene más probabilidades de consumir alcohol, y viceversa. Se alimentan uno del otro."

Como lo señala el estudio, 85 por ciento de los adultos dependientes del alcohol en Estados Unidos, también lo son de la nicotina. Esto puede deberse al impacto de placer que sucede en el cerebro cuando se unen. En estudios previos, Thakkar y su equipo observaron que la nicotina actúa a través del cerebro primitivo para incrementar el consumo del alcohol y estimular el centro de placer cerebral.

Para este estudio, el equipo le dio a cuatro equipos de ratas distintas combinaciones de dos sustancias. Uno recibió alcohol y nicotina, el otro sólo alcohol, el tercero agua y nicotina, y el último sólo agua.

A cada grupo se le puso un equipo que registraba el sueño. Los resultados mostraron que las ratas que fueron expuestas al alcohol les daba más sueño, mientras que aquellas expuestas a la nicotina experimentaron menos sueño inducido por el alcohol.

Esto llevó a los investigadores a concluir que los cigarrillos suprimen los efectos de sueño que el alcohol produce.

Thakkar explicó: "Hemos encontrado que la nicotina debilita los efectos que inducen al sueño del alcohol al estimular una respuesta en el área del prosencéfalo, conocido como cerebro primitivo anterior."

Mientras que los investigadores esperan que su estudio contribuya a frenar la adicción a la nicotina y el alcohol de manera más efectiva, también ofrece una explicación de porqué es tan fácil quedarse hasta la madrugada discutiendo la tercera ola de la teoría enviro-feminista, impulsado sólo por un cenicero desbordante y varias botellas de vino.