Memes y odio
Vice Staff
Edición #8: Odio

M de MEME: El meme nace libre y la sociedad lo corrompe

¿Son los memes una herramienta para replicar el odio?
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Según Rousseau, el hombre nace libre y la sociedad lo corrompe. Según yo, los memes también. El filósofo dijo, igualmente, que la opinión pública es la mera colocación de los puntos de vista privados en el espacio social y esto, más allá del papel que cumple en el “contrato social”, evidencia algo que en las sociedades contemporáneas es de vital importancia: lo que pensamos, decimos y publicamos requiere de una cuidadosa administración de la opinión propia. Así, el odio que generalmente solía ser una práctica privada, encontró en la capacidad de los memes de Internet y su promesa democrática de anonimato el escenario perfecto para multiplicarse.

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La frase popular que sentencia que “la ropa sucia se lava en casa”, no es más que la demostración de que lo público y lo privado se han presentado, desde su concepción, como escenarios de disputa. Se ha dicho, también, que con la llegada de la web 2.0, hace más de veinte años, la forma en que nos comunicamos cambió radicalmente. La idea de una comunicación convergente en donde las relaciones de poder entre quien habla y quien escucha se equipararon, resulta tentadora para las promesas de libertad, incluida la “libertad para odiar”.

Los memes, y en general todas las expresiones que ofrece la viralidad de Internet, contienen el proceso mágico de transmutar lo privado en lo público y viceversa. Así, el odio, que se acostumbraba de “puertas para adentro”, encuentra un espacio para manifestarse en lo público sin repercusión alguna. Al fin de cuentas, la promesa democrática moderna se cumple: los memes circulan en una especie de libre mercado de la opinión y, por supuesto, de las imágenes. 

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