Así es la cultura hip-hop inmigrante de Tel Aviv

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Así es la cultura hip-hop inmigrante de Tel Aviv

La fotógrafa Tamara Abdul Hadi busca enfatizar la humanidad de los inmigrantes en vida, y no sólo su muerte deshumanizante.

La dueña de un salón de belleza en el sur de Tel Aviv peina a una inmigrante etíope antes de una fiesta.

Esta serie hace parte del Especial de fotografía 2016.

El año pasado aparecieron las fotos del pequeño refugiado sirio Alan Kurdi, luego de que fuera encontrado en una playa del occidente de Turquía, bocabajo, con la camiseta empapada de sangre, ahogado. Solemos pensar que historias como las de Kurdi son el único tipo de realidad aterradora que produce la crisis migratoria en el mundo. Sin embargo, la fotógrafa Tamara Abdul Hadi, quien ha sido publicada por el New York Times, el Guardian y Reuters, busca enfatizar la humanidad de los inmigrantes en vida, y no sólo su muerte deshumanizante. Hadi muestra la diversidad de experiencias de los migrantes y arroja una luz diferente, menos predecible, sobre su historia.

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Como tiene ascendencia iraquí y canadiense, y nació en Emiratos Árabes, Hadi entiende lo complejo que puede ser construir un sentido de identidad en estos tiempos, así como las dificultades de vivir en un mundo en el que la diáspora se ha convertido en un fenómeno cada vez más común. Esta conciencia hace que su trabajo con los refugiados sea de una sinceridad y un ingenio muy particulares; los inmigrantes aparecen como personas reales y no sólo como meras víctimas de la guerra y las dificultades.

Sin embargo, la fotógrafa no sólo se enfoca en los refugiados. Intenta retratar a todos aquellos que han sido incomprendidos, ignorados u olvidados de una u otra forma. En un proyecto fotográfico titulado "City of the Dead", centrado en los habitantes de un barrio de El Cairo, Egipto, llamado Bab al-Nasr (que en árabe es "las puertas de la victoria"), documenta la vida de cientos de familias que, durante los últimos sesenta años, han vivido entre las tumbas de sus ancestros. El barrio, que en realidad es un tugurio en medio de un cementerio, es llamado coloquialmente el "cementerio de los vivos".

Otra foto en esta serie presenta a dos chicos de barrio jugando videojuegos en medio de un cuarto lleno de retratos. Se ven como dos manchas de color frente a un fondo completamente azul. En otra foto, un padre egipcio y su hijo se abrazan y sonríen directamente a la cámara. Y otra muestra a una madre descansando en una silla de la era colonial, con tres niños a su alrededor.

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Gran parte de la fotografía de Hadi explora la complejidad y la idiosincrasia de minorías que, con frecuencia, son víctimas de estereotipos. Generalmente retrata a hombres, y explora en ellos un lado emocional a la vez extraño y hermoso. En su serie "Picture an Arab Man", por ejemplo, vemos a sus modelos desnudos, honestos y vulnerables.

La serie más reciente de Hadi, "Fade to Black", fue hecha en una calle llamada Neve Sha'anan, cerca del Parque Levinsky, en Tel Aviv. Sorprendida por la cultura de barberías y moda de los inmigrantes africanos que empezaron a llamar a esa zona su hogar, la fotógrafa decidió documentar sus estilos, sus apariencias, sus cortes y sus impecables afros. Está el retrato de un hombre que luce una camisa de cuadros rojos y negros, y también el de otro que porta una camiseta con estrellas brillantes y un letrero que dice "Detroit" a la altura del pecho, como si fuera un anuncio publicitario. Las imágenes evocan la cultura hip-hop de los noventa.

Los inmigrantes son principalmente de Etiopía, Eritrea y Sudán; son ciudadanos en busca de asilo o simplemente de un hogar. Muchos han huido del servicio militar obligatorio de Eritrea o han padecido la guerra de Darfur, y han llegado a Israel a través de Egipto. Algunos están indocumentados, mientras que otros tienen visas temporales y renovables.

"Fade to Black" muestra la vitalidad de estas comunidades inmigrantes. A pesar de soportar la devastación de la guerra, han creado un santuario en el que pueden ofrecerle sus creaciones a la comunidad. Trajeron su comida, su forma de vestir y las tradiciones de sus tierras, las insertaron todas en la cultura israelí y transformaron el barrio. Al hacer énfasis en todo esto, Hadi desafía la idea del inmigrante pernicioso. La manera en que encuentran belleza en el peligro, un hogar en un país con un historial de dificultades geopolíticas, es inspiradora.

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La habilidad de Hadi para capturar las cualidades particulares de sus modelos, para mostrarlos en un estado que es tanto natural como revelador, recuerda los retratos de Sam Taylor-Johnson (en ese momento Taylor-Wood), quien fotografiaba a hombres famosos llorando. Pero las imágenes de Hadi tienen un elemento más democrático. Es conmovedor ver libres, felices y despreocupados a hombres con vidas tan duras. También es un recordatorio de que la estabilidad es un derecho que sólo tienen algunos, cuando debería ser de todos.

Texto por Fariha Róisín

Un barbero arregla el nuevo corte de pelo de su cliente.

Un joven de Eritrea parado cerca del Parque Levinsky, donde él y sus amigos pasan tiempo durante el día.

Solicitantes de asilo eritreos, como el hombre de la foto, encuentran formas de sentirse en casa en Israel. En este barrio de Tel Aviv los hombres van a las barberías de personas de su tierra natal para que les corten el pelo y para crear un sentido de comunidad

Un hombre eritreo con afro monta bicicleta cerca del Parque Levinsky.

Un barbero le corta el pelo a un hombre en una de las muchas barberías de Neve Sha’anan, una de las calles principales cerca del Parque Levinsky.

Carteles desteñidos con opciones de cortes de pelo, desde el retro hasta el clásico, cuelgan de las paredes al lado de los espejos de las barberías.

Un barbero arregla el nuevo corte de pelo de su cliente.