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Railton, quien trabaja en el norte del estado de Washington, cerca de la frontera con Canadá, dice que la situación es particularmente común en esa región desde que la marihuana es legal en el estado. Los viajeros son interrogados con regularidad antes de entrar al país.Las autoridades no sólo instan a admitir el consumo de drogas, sino que impiden entrar a inmigrantes legales que dicen que van a trabajar en cultivos de marihuana, pues esto se considera trabajo vinculado al tráfico de drogas, una actividad prohibida por la Ley de Inmigración y Nacionalidad. Los agentes también pueden denegar la entrada a quienes declaran que planean visitar dispensarios de hierba legales, señala Railton."También pueden hacer preguntas bajo juramento", explica Railton y añade que si un individuo no responde a las preguntas puede ser expulsado inmediatamente del país. "Sólo se requiere que un oficial en la frontera o consulado tome la determinación de que una persona es inadmisible. Con eso es suficiente para que lo deporten".
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