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Cultură

Historias de personas que se tatuaron en la peda

Todos tenemos un amigo que está aprendiendo a tatuar.

La semana pasada, una organización que representa a los consejos locales dijo que los tatuadores "ilegales" deberían enfrentar castigos más severos por rayar de forma permanente a los niños. Lo cual me parece justo. La gente que no sabe o no tiene experiencia de qué implica marcar humanos con tinta probablemente debería mantenerse alejado de los niños.

Los tatuadores sin licencia suelen trabajar en estudios que acondicionan en su propia casa, habitaciones de hotel, parques públicos y demás lugares no esterilizados y no registrados —o sea, ilegales— y promocionan sus servicios por redes sociales. Sin embargo, ¿el hecho de no permitir que el gobierno local sepa que están rayando a la gente significa que el trabajo de los tatuadores informales es malo?

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Le pedimos a unos amigos que nos enseñaran sus tatuajes "ilegales" —cualquiera hecho por "artistas" que en realidad no son artistas del tatuaje— para ver por qué tanto escándalo.

Diente incompleto

Fue en 2008 y tenía 18 años. Estábamos varios en casa de un amigo tomando una ron de esos que solo se consigue en rebajas. Como una de mis amigas se acababa de hacer un tatuaje casero usando tinta india y una aguja de coser pegada a un lápiz, todos decidimos que queríamos uno igual. Yo fui el último y, para ese momento, todos ya estaban muy pedos. Dije que quería un diente porque era mi forma favorita (además, era una referencia de mi blog de ese entonces). Resulta que los dientes son difíciles de dibujar cuando llevas tres litros de ron barato y cuando vi que no quedó como yo quería, le quité la aguja a mi amiga y corregí su error, con tinta. Desperté mortificado por el desastre en mi tobillo pero con el tiempo aprendí a apreciarlo ya hora es uno de mis tatuajes favoritos.

- Ale

Skater pacheco

El año pasado, en Barcelona, estábamos patinando y nos refugiamos de la lluvia en el departamento de mi amigo Pau. Pau no es tatuador profesional pero se dio unos cuantos toques, sacó su máquina y nos preguntó qué queríamos, a lo que respondí: "No sé, rífate algo". Hizo un boceto rápido de un bong en patineta con la frase "SK8 OR DIE" sobre un pedazo de papel. Nos cagamos de risa y mi amigo Pete y yo terminamos tatuándonos el mismo diseño.

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- Kyle

Inmortal

Un amigo me dijo que un güey de su trabajo estaba haciendo tatuajes gratis en su casa y decidí aprovechar. Justo antes de empezar, no lograba que funcionara la aguja, lo cual era un poco preocupante. Sacó su cuaderno de bocetos y me dijo que escogiera uno. Cerré los ojos y señalé uno. Resultó ser uno que decía "NOPE" en una lápida. Se me hizo cool porque era así de "¡A huevo, soy inmortal!". Dos semanas después, la tinta se empezó a caer y empezó a darme mucha comezón. Eso fue hace ocho meses y sigue dando mucha comezón y ahora tengo miedo de morir.

- Tomás

Un bulto tuerto

Cuando tenía 17 años, comprar una máquina para tatuar sonaba como la mejor idea en el mundo para mí y para mis amigos. Pero no en el sentido empresarial; en realidad, lo único que queríamos era dibujarnos pitos e insultos. Como yo era el único de todos mis amigos que tenía un tatuaje, me ofrecí a ser la primera víctima cuando la máquina llegara a casa de mis papás. Tomamos la primera imagen que vimos (un libro de Mr Men que tenía de cuando era niño), la dibujamos torpemente en mi pierna y pusimos manos a la obra.


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No sé qué hizo que el tatuaje quedara tan feo —si el hecho de que mi amigo no tenía ni puta idea de lo que estaba haciendo o el hecho de que tenía miedo de que llegaran mis papás y nos descubrieran en medio de esta misión ilegal—. En resumen: mi amigo no terminó el tatuaje y tuve que hacerlo yo solo. Nuestra carrera como tatuadores no duró mucho pero al menos alcanzamos a escribir "Tú encárgate del tatuaje y yo del negocio", en el culo de un amigo.

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Nota: falta la mitad de un ojo porque me peleé con una chica en una fiesta cuando todavía no sanaba el tatuaje y me pateó y le tiró el ojo a mi Señor Bulto. Fue una tragedia.

- Mike

Marinero crudo

Fue en 2008. La noche anterior fui a una fiesta y llevaba despierto 24 horas. Me hablaron a las 11AM para preguntarme cómo estaba y lo único que respondí fue "Nunca más". Me empezaron a dar los temblores característicos del bajón y necesitaba compañía. Por eso, cuando mi amigo (el clásico niño straight edge) me llamó para invitarme a su casa para tatuarme un "marinero" en la pierna que estuviera igual de crudo que yo y así ayudarle a llenar su portafolio artístico, me pareció una excelente idea.

El contorno se sintió extraño pero me quedé dormido un par de veces y en realidad no pensé mucho en eso. Cuando terminó, me di cuenta que el "rayoncito" abarcaba la mayor parte de mi espinilla. Era un alcohólico con un tatuaje muy irónico. Pasé de ver mi espinilla a ver su expresión llena de orgullo y tuve que correr al baño para vomitar. Nunca mas.

Seguí empedando así cada mes por los siguientes dos años.

- Oliver

EnTRENamiento de tatuaje

Estaba en Budapest con unos amigos y nos hospedamos en un hostal con un lugareño barbón que dijo que nos iba a dar un tour por la ciudad si le invitábamos las chelas. Cuando hicimos una parada para comer algo horrible, mencioné que quería hacerme un tatuaje ahí y nuestro amigo gordo y borracho dijo que conocía a güey perfecto para el trabajo.

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Esa tarde, me llevó a lo que parecía una bodega. Tocó en la cortina de metal y un sujeto con una cicatriz enorme en el rostro salió por la puerta trasera y nos invitó a pasar. Ya dentro, nos dijo que una pandilla local guardaba dinero y drogas en esa bodega y que mi futuro tatuador —que no era tatuador profesional pero tenía todo el equipo— acababa de salir de la cárcel por portar armas de fuego. Y luego saco un arma para ilustrar ese punto. Era la primera vez que veía un arma en persona y empecé a sudar mucho.


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En fin, le dije que quería un tren porque mis amigos y yo estábamos recorriendo Europa por tren y buscó el contorno de un tren de Monopoly en internet. Le dije: Sí, como ese pero… ¿crees que puedas hacer que se vea más como tatuaje?". Me ignoró e hizo exactamente lo que imprimió pero mal y luego trató de convencer a mi amigo de hacerse un tatuaje gigante en toda la espalda. Fue extraño, aterrador y poco higiénico pero ya pasaron casi diez años y sigo vivo. Así que, a menos que tenga una enfermedad latente en la sangre, creo que estoy bien.

- Jaime

Otra vez NOPE

Llegué a Londres a finales de agosto de 2015, joven e ingenuo. En el segundo día en mi nuevo trabajo, me senté frente a un tipo que parecía agradable. Descubrimos que nos gustaba la misma música y él estaba aprendiendo a tatuar. Perfecto. Hablamos del concepto, hicimos bocetos y planeamos todo para el siguiente domingo.

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Lo que se suponía que debía ser una sesión de tatuaje en un estudio en casa se convirtió en un caos con cada cerveza que tomábamos y número que marcábamos. Por algún motivo creí que era buena idea apegarnos al plan y me tatuó una lápida con un "NOPE" escrito antes de la 1AM. Al día siguiente, desperté sin saber qué había pasado y con un mal presentimiento.

Lo profesional: vi plástico transparente en alguna parte y tenía esas botellitas de tinta que tienen todos los tatuadores de verdad.

Lo no tan profesional: se reía cada que la aguja se acercaba a la piel y le hizo el mismo tatuaje a otro güey unos días después.

Pero no estuvo tan mal porque regresé y le pedí que firmara su obra. Gracias, RDF.

- Tim