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The VICE Report

El hombre de los osos polares - Parte 1

En los últimos años, el número de ataques de osos polares ha aumentado. Acompañamos a un sobreviviente de un ataque en su regreso a la montaña donde ocurrió este e investigamos por qué el aumento de ataques a humanos.

Este es un reportaje hecho en asociación con InsideClimate News. Para activar los subtítulos en español da click en el ícono de ajustes del reproductor.

En los últimos años, los números de ataques de osos polares han aumentado. Entre 1960 y principios de 2000 ocurrieron entre siete y doce ataques de osos polares a humanos por década. Según la base datos de los recientes sucesos, se espera que ese número llegué a 35 en esta década.

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A nivel mundial, la población de osos polares está en problemas. Las dos poblaciones de osos más estudiadas son las del occidente de la Bahía de Hudson en Canadá y del sur del mar Beaufort en Alaska; éstas están en declive, y los expertos predicen que es sólo cuestión de tiempo antes de que otras poblaciones empiecen a disminuir.

¿Por qué sucede esto? El hielo marino está disminuyendo como resultado del aumento de las temperaturas y el cambio climático producidos por el hombre, por lo que la temporada de caza de los osos se está reduciendo. A su vez, las estadísticas de reproducción de estos animales ha disminuido y deben migrar cada vez más lejos para encontrar comida, incluso a ciudades, como Arviat, Canadá, aproximadamente a mil kilómetros de las montañas Torngat.

El aumento de las interacciones es precisamente lo que los biólogos han esperado como una consecuencia por pérdida de su hábitat.

Hablamos con Matt Dyer, una de las víctimas de estos ataques. Dyer fue atacado y casi muere por un oso polar durante una excursión con el Sierra Club en la Reserva Parque Nacional de las Montañas Torngat ubicado en la Península del Labrador. Durante el ataque, el oso polar le fracturó la mandíbula, le colapsó un pulmón, tuvo una fisura en una vértebra del cuello, paralizó una de sus cuerdas vocales y su mano quedó prácticamente destrozada.

Dyer volvió a la Reserva Parque Nacional de las Montañas Torngat para cerrar ese trágico capítulo de su vida y VICE lo acompañó en su travesía.