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Cultură

¿A quién votan nuestros famosos?

Decir que en España no hay celebridades que se mojan es mentira. Pero la verdad es que son pocos y, sobre todo, son los de siempre. Es como si existiera miedo a sufrir represalias.

En cuestión de significarse por una opción política, EE.UU. está a años luz de nosotros. Cantantes como Beyoncé y James Taylor, o actores -sobre todo actores- de la talla de Dustin Hoffman, George Clooney, Leonardo di Caprio, Samuel L. Jackson, Sharon Stone, Susan Sarandon, Tim Robbins, Anne Hathaway, Halle Berry, John Cusack, Demi Moore o Robert DeNiro, han apoyado, arropado e incluso actuado para las diferentes campañas de Barack Obama.

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Su imagen ha salido en spots, conciertos para la recogida de fondos e incluso mítines del partido demócrata. Y no solo los famosos de izquierdas se dejan la piel. El rival de Obama en 2012, el republicano Mitt Romney, también reclutó a un buen puñado de caras conocidas, como las de Clint Eastwood, Jon Voight, Chuck Norris, Gene Simmons, Kid Rock o Nicki Minaj.

Decir que en España no hay celebridades que se mojan es mentira. Pero la verdad es que son pocos y, sobre todo, son los de siempre. Los Asunción Balaguer, Willy Toledo, Ana Belén y Víctor Manuel, Norma Duval, Leticia Sabater, David Delfín, José Luis Garci, Arturo Fernández, Bertín Osborne, Julio Iglesias… Son tan pocos que incluso uno se pregunta si le ha ocurrido algo al famoso de turno cuando no le ve hacer campaña cada cuatro años.

"Significarse por unas siglas políticas no es de por vida, sino por una candidatura concreta en un momento concreto", señaló el director manchego Pedro Almódovar años después de arrepentirse de colaborar en la campaña de 'la ceja' cuando la segunda legislatura de Zapatero viró hacia otros derroteros. Algo similar le ocurrió a la inolvidable Amparo Baró quien en 2012 reconoció arrepentirse de haber apoyado al PP. Por no hablar de la cantante Russian Red. Los innumerables reproches recibidos tras haber confesado en una entrevista que era "de derechas" han provocado que no haya vuelto a "desnudarse" en este sentido.

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Pero ni significarse, ni que te signifiquen terceros: La cantante de Amaral reprendió en 2011 a Rubalcaba señalando que "la música es de todos" después de que el socialista citara una de sus canciones para responder a un diputado popular: "¿Qué haría usted sin mí los miércoles? Como la canción de Amaral, sin ti no soy nada", dijo el cántabro parafraseando al famoso grupo en 2011.

Es como si en España existiera miedo a sufrir represalias por expresar los gustos políticos. Y no es el único país. Algo similar ha ocurrido en Argentina, donde en 2014 diversos artistas denunciaron ser víctimas de escraches por sus preferencias ideológicas. La creación más o menos interesada de atmósferas de presión y miedo ha empujado históricamente a los ciudadanos a blindarse frente a ciertos contextos sociales. Hasta el punto de que ligar el nombre de un artista a un partido ha dejado de ser positivo. Al contrario, la antipolítica es lo que se lleva ahora entre los famosos. Salvo que uno estuviera muy convencido.

La escasa tradición de artistas que se han mojado por uno u otro partido político ha propiciado que muchos de los que han dado el paso directamente hayan cruzado la línea roja entre la militancia y el activismo en primera línea. Toni Cantó (UPyD) es el más mediático de todos ellos -y no solo por su capacidad innata para liarla en Twitter- y quien más lejos ha llegado, pero tras él se situaron mayor o menor fortuna Fermín Cacho, concejal en Andújar (PSOE); Álvaro de Marichalar, cabeza de cartel de UPyD por Soria en 2008 pero que apenas logró el 1,97% de los votos; Eva Pedraza, asesora en el Grupo Popular en el Ayuntamiento de Córdoba; o Marta Domínguez, concejal del PP en Valencia. Esto, no obstante, no es lo habitual. Observar la política desde la barrera, como los toros, sí lo es. En parte por el hastío y descrédito que la clase política se ha ganado a pulso en los últimos tiempos a base de incumplimientos, austeridad y corruptelas.

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Pero todo lo que has leído hasta ahora está empezando a quedar caduco. En las últimas semanas ha crecido un movimiento espontáneo alrededor de Manuela Carmena, el icono pop de la campaña. La exjueza y cabeza de lista de Ahora Madrid es un soplo de aire fresco entre tanto político de profesión. Su conformidad a liderar una lista de confluencia (Podemos, Equo, IU…), sin militar en ninguna de ellas y su voluntad por recuperar las administraciones y colocarlas al servicio de los ciudadanos, han ilusionado a muchos desencantados. Eso y el hecho de que rápidamente se haya colocado como la enemiga número 1 de los partidos tradicionales en general y de Esperanza Aguirre en particular.

Manuela Carmena, candidata por Ahora Madrid, sabe encajar las bromas

Carmena ha logrado ilusionar hasta el punto de que seguro que algunos de tus contactos de Facebook han cambiado su foto de perfil por el de la exmagistrada. Incluso se ha erigido en la musa de un amplio grupo de creadores que apoya su candidatura) a través de dibujos, ilustraciones y cuplés protesta viralizados por el denominado Movimiento de Liberación Gráfica de Madrid. ¿Cómo si no se explica que una recién llegada a la política haya reunido en un mismo auditorio a las actrices Marisa Paredes, Lola Herrera e Inma Cuesta, el actor Alberto San Juan y la periodista Soledad Gallego, entre otros representantes del mundo de la cultura española?

Hasta ha convencido al director manchego Pedro Almodóvar quien ya sufrió un revolcón, como hemos señalado en párrafos anteriores, pero que ahora ha mostrado su "apoyo a una candidatura del progresismo y de la izquierda madrileña". Y no es el único artista convencido. "En estos momentos estoy lleno de alegría por estar esta tarde aquí con Manuela, una mujer que es el camino a través del cual podemos llegar a un sitio nuevo", ha declarado Alberto San Juan. La periodista Soledad Gallego Díaz ha reconocido que no es "neutral, pues no conozco a nadie más cualificado para ser alcaldesa de Madrid que Manuela, una mujer honesta, cercana, responsable".

Concha de Anta, del grupo de música Sangre reconoce que "nunca me ha interesado la política. Supe de la existencia de Manuela hace unos días. Leí un par de artículos, la escuché en un par de entrevistas y algunos amigos a los que considero personas sensatas me hablaron de ella. Esta mujer me parece lo diametralmente opuesto a ese circo. Trayectoria ejemplar, mirada limpia, sabiduría. No me interesa la política pero me interesa muchísimo que todo el mundo sepa quién es Manuela Carmena y quién podemos conseguir que sea. Sería la hostia". Los diseñadores Herida de Gato sí que reconocen haberse interesado siempre por la política, "pero una cosa es interés y otra es ilusión. La política debe ilusionar, debe crear la sensación de querer pertenecer a algo. Manuela lo ha conseguido", reconocen a VICE. "Fuimos a verla a una reunión (como prefiere referirse ella a los mítines) en Chamberí. Nos quedamos alucinados con su discurso: directo, comprensible. Queremos a Manuela de alcaldesa".

La política tradicional ha avergonzado a muchos famosos que prestaron su imagen, pero el activismo de la farándula ha encontrado un nuevo caballo, quien sabe si en el caso de Madrid será el ganador.