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Euro 2016

Boateng y Gündogan aparecen en los Kinder y los ultranacionalistas alemanes se cabrean

Los ultranacionalistas de PEGIDA se rasgaron las vestiduras cuando vieron que los niños de ojos azules de Kinder eran sustituido por jugadores internacionales alemanes de otras etnias. Qué problemón, ¿verdad?

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Con motivo de la Eurocopa 2016, la marca italiana Ferrero tuvo la idea de reemplazar las habituales —y algo inquietantes— caras de los críos de sus paquetes de chocolate Kinder en Alemania por las caras de los miembros de la selección germana cuando eran niños.

En las distintas versiones de la célebres chocolatinas, por lo tanto, uno puede ver a los pequeños Lukas Podolski o Mario Götze cuando apenas tenían 7 u 8 años… pero también a Jérôme Boateng y Ilkay Gündogan. ¿Y qué pasa con estos dos, te estarás preguntando?

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Pues que tanto Boateng como Gündogan no son blancos, y claro, eso molestó a los movimientos xenófobos que han crecido preocupantemente en los últimos años tanto en Alemania como en el resto del continente europeo. Según parece, los envases de Kinder tendrían que retratar solamente a niños y niñas rubios y de ojos azules —hmm, ¿a qué me recuerda esto?— para no herir la sensibilidad de los ultranacionalistas alemanes.

La frustración por el cambio de look de las chocolatinas despertó la incredulidad del movimiento xenófobo PEGIDA: "No se detienen ante nada. ¿De verdad se puede comprar algo así? ¿O es un chiste?", escribió en su página del Facebook una de las sectoriales de los autodenominados Patriotas Europeos contra la Islamización de Occidente.

Por supuesto, las redes sociales no tardaron en reaccionar y la idiotez del post se convirtió —a pesar de ser un triste ejemplo de la radicalización de ciertos sectores de la población europea— en objeto de cachondeo: unos tipos acabaron reeditando los envoltorios de la famosa chocolatina con las caras de Anders Breivik y un jovencísimo Adolf Hitler para contentar a los radicales de PEGIDA.

Al final, seguro que la mayoría de radicales que comentaron y apoyaron la queja se olvidarían de esas tonterías si Gündogan —de ascendencia turca— o Boateng —de orígen ghanés— marcaran el gol de la victoria en la Eurocopa. La xenofobia es tan estúpida que es capaz de provocar una pelea por un simple envoltorio de un dulce.