FYI.

This story is over 5 years old.

Música

Músicos congoleses haciendo canciones como nunca antes habías oído

Conoce la banda sonora del mañana en Kinshasa, un proyecto de protesta poderoso entre KOKOKO!, un colectivo de artistas y músicos, y el productor francés Débruit que tienen como objetivo cambiar el paisaje cultural que los rodea.

Este artículo fue publicado en i-D.

KOKOKO! es un colectivo de artistas y músicos formados en Ngwaka, República Democrática del Congo. Amigos de niñez e increíblemente creativos, inventaron sus propios instrumentos con objetos encontrados; una cuerda de guitarra sacada del hilo de un arpa en forma de cruz con la imagen de Jesucristo, una máquina de escribir hecha ahora una máquina de tambores, botellas de agua inclinadas para crear melodías y una caja parlante del ghetto, sacada de la casetera de un carro. Tales inventos nacieron ante todo de la necesidad ya que no podían comprar guitarras convencionales, no tenían cómo, igual, el grupo pronto se dio cuenta que le daba a su música un sonido original.

Publicidad

Por via local de una compañía, Kinoise Productions, quienes trabajan en el África Express Project promocionando trabajos musicales sin fronteras a través de una serie de álbumes y tures, fueron conectados con un productor francés y asiduo fan de la música africana, Débruit. Juntos fusionaron universos sonoros y electrificaron su crudo y extraño sonido sicodélico y lo sacaron al centro de las discotecas, donde ellos contendían con el gobierno y sus desfases de poder impuestos per haciéndolo fiesta al mismo tiempo. Cuestionando y protestando contra aquellos quienes trajeron la sociedad del miedo, la desigualdad y la baja calidad de vida, KOKOKO! está sacando adelante a la juventud con emoción y positividad a una importante escena nueva.

"Puedes esperar algunas presentaciones sorprendentes y ser transportado a otro universo musical, radicalmente lejano del fantasioso exotismo occidental que a menudo termina definiendo la música mundial. KOKOKO! es el sonido de una alternativa muy moderna, espontánea y explosiva que acaba de nacer en Kinshasa" dice Débruit. "Después de escuchar cuán avanzados, neuróticos y experimentales eran y pensaban estos músicos y después de concentrarme en escucharlos, grabamos. Conecté mis propios instrumentos para saber lo que ellos pensaban de mi enfoque, y obtuve instantáneamente una respuesta positiva que ocurrió en una colaboración improvisada en una noche".

Publicidad

Después de montar un estudio de grabación hecho de colchones y media mesa de Ping Pong, Débruit fue y compró unos micrófonos chinos de unas tiendas cuyos únicos clientes eran pastores evangélicos, las únicas personas capaces de comprar insumos musicales. Adéntrate en su mundo, mira un corto documental sobre ellos (subtítulos en inglés) y lee la entrevista a continuación.

Hola KOKOKO! Empecemos, ¿cómo terminaron trabajando con Débruit?

Un día, Renaud de Belle Kinoise cuino a Kinshasa con algunos discos de Débruit y pensamos ¡Wow, esto es! Siempre habíamos querido grabar nuestra música en una forma moderna que pudiera empujarnos a otra dimensión y de paso a los clubes de baile, pero era imposible aquí donde no tiene absolutamente ningún sentido producir este tipo de música y nadie sabe cómo. Débruit vino a Kinshasa por primera vez en Julio del año pasado, nos conocimos y comenzamos a grabar algunas ideas que teníamos. Nos sugirió que sintonizáramos algunas cosas y fue realmente curioso por los instrumentos. Estuvo tan bien que decidimos comenzar una banda juntos.

¿Qué han aprendido trabajando juntos?

Aprendimos cómo arreglar nuestras improvisaciones y a estructurarlas para hacer pistas. Usualmente tocábamos juntos al mismo tiempo así que tuvimos que remover algunos instrumentos. También aprendimos como tocar a través de instrumentos eléctricos y eso nos dio bastante energía porque nos dio nuevas posibilidades. A él le gusta el sonido y la originalidad de nuestros instrumentos pero nos impulsó y animó para ir más lo más lejos posible. Entendió lo que tocábamos, los ritmos y melodías… pudo hacer también ritmos electrónicos con el espíritu que nos gusta y eso nos sorprendió, como en el club Makoka cuando conectó sus instrumentos y puso a saltar a todos los bailarines de Makoka antes que los cables chinos baratos se derritieran.

Publicidad

Cuéntenos un poco de la escena musical local

En Kinshasa no hay como tal una escena musical, pero hay un músico en cada casa. Esto nace de una cultura de la colaboración pero como no hay dinero, muchos músicos se rinden para terminar tocando para iglesias evangélicas donde sí les pueden pagar. Entonces de lejos la escena" ha sido controlada por las estrellas de Ndombolo. Ellos podrían sofocar cualquier joven artista haciéndolo a su manera, con movidas mafiosas. Pero las cosas han cambiado últimamente. Hoy existe un gran espíritu revolucionario contra la posición de los artistas de los 90´s y los 00´s. Los ancianos que no hacían sino cantar amor y alabar a las autoridades por dinero. Muchos jóvenes creadores hoy han vuelto más radicales las experiencias y las formas de expresión, como nosotros.

¿Cómo describen su sonido?

Podemos llamarlo Tekno Kintueni o Zagué o muchas cosas más, en Lingala, pero definiendo nuestro sonido es crudo, punk, pero con algo de Heavy Groove , es eléctrico y ondulante a su vez.

¿Qué los inspira a crear?

Los sonidos de la ciudad. Kinshasa es una ciudad donde oyes más de lo que vez. Todo tiene un sonido y muchos los puedes reconocer: los vendedores callejeros de comida juegan con las botellas golpeándolas con su propio ritmo, los vendedores de petróleo , llamados Kadafis y su tambor de tomates convertido ahora en una batería, los vendedores de cigarrillos y el sonido elástico de los empaques, etc… Todo ese tumulto de la ciudad nos inspira. Kinshasa es una ciudad a la que escuchas.

Publicidad

¿Cuáles son sus influencias musicales?

Primero, Franco & OK Jazz, música congolesa de los 80´s y 70´s. De adolescentes nos gustaba mucho Tupac y Biggie. Hoy oímos música de club africana con muy buena producción y muchos beats bailables. Mientras somos más eléctricos recordamos que el fundamento de nuestra inspiración todavía descansa en nuestras etnias. Hay 450 tribus en D.R. Congo por supuesto es algo interminable de explorar. Nos inspiran diferentes patrones de tambor pero queremos traerlo al sonido de ahora, al sonido del futuro con nuestras costumbres especiales y nuestras propias técnicas. El Congo es el corazón que hace al mundo y a África vibrar y estamos en medio de donde todo comenzó. Makara, nuestro cantante, trabaja mezclando MP3 de otros sonidos electrónicos para crear sus propios ritmos y la música que él llama Zagupe, el puede cantar sus pistas durante 40 mins. Entrando en trance con su propio bailarín de la coreografía de Makoka.

¿Qué les hace sentir su música?

Hay muchas cosas fuertes y difíciles que invaden la vida aquí y que sólo la música nos puede hacer olvidar. Crear nos hace sentir bien, nos da nuevos sueños y posibilidades a los que podemos aspirar. Nuestra música nos da un sentido de comunidad, intercambio, rebelión, esperanza y transformación. Tomamos el control y nos conectamos todos juntos para ir y buscar una forma de llegar cada vez más alto, más lejos para tocar el cielo.

Publicidad

¿Cómo es un concierto típico para ustedes?

Nosotros ensayamos todos los días, así la audiencia comienza en el patio y luego termina en las calles. La gente viene cuando nos oye y a veces la audiencia participa con los tambores., una idea para las voces o solamente bailando. Organizamos en nuestro barrio una fiesta, el barrio se llama Nwgaka, el gueto. Fue en la zona, bloqueamos las calles y artistas y performers de todo lado comenzaron a llegar y todo fue improvisado. Esa fue la primera vez que como banda KOKOKO! cobró vida, puedes ver un poco de eso en el video. Gente, niños danzando en el borde de un edificio, en la mitad de las calles, fue genial hacer eso en el gueto de donde somos muchos de nosotros.

¿Cuál música asocian a su niñez?

Como todos en Kinshasa la música de nuestro héroes locales de los 80's: Franco & OK Jazz, Pépé Kalé, Tabú Ley, Zaïko Langa Langa. Todos, absolutamente todos nos sabemos de corazón sus letras y desde una edad muy temprana, aparte los miembros de KOKOKO venimos de diferentes tribus así que las canciones y los ritmos tradicionales de nuestros ancestros vienen en nuestro ADN. Nuestros abuelos fueron la primera generación de "ciudadanos modernos" pero por la noche ellos se reunían y cantaban canciones rituales en sus pueblos. Estos cantos nos formaron a todos.

¿Qué otros artistas de Kinshasa deberíamos conocer?

Hay mucha gente, muchos talentos. Si amas la música, Kinshasa es un viaje interminable. Algunas veces oyes a los chicos en las calles con sonidos que te vuelan la mente. La música hoy es algo más en Kin. El cambio comenzó con bandas como Konono n° 1 luego con Júpiter & Okwess y después con Mbongwana Star. Hoy hay una ola entera de nuevos artistas que llegan de ningún lado y de todos lados al tiempo. Hay mezclas raras de estilo: Bokatola System es una banda de pigmeos tocando rock & roll. Jofli's es un DJ que mezcla viejas canciones congolesas estándares de los 70´s y luego las distorsiona como techno. Además, toda la escena del arte contemporáneo desafía la censura. Son tiempos locos. KOKOKO! es un proyecto global que reúne nuevos miembros.

¿Cuál es el gran plan?

Como cualquier músico en el planeta: ganarnos la vida con nuestro arte, tocar en todas partes y ser oídos y vistos muy fuerte. En Kinshasa la vida es dura y todo el mundo lucha para mejorar eso, así que nosotros queremos abrirle el camino a jóvenes talentos e impulsar a las multitudes con esta nueva energía musical de Kin. En los clubes alrededor del mundo puedes escuchar música de Costa de Marfil, Angola y Nigeria, ahora queremos poner a Kinshasa en el mapa con nuestro sonido. Queremos ser escuchados en todas partes, hacer que nuestros sonidos, nuestras invenciones y nuestro arte sean visibles y sean escuchados fuera de la ciudad. Así podremos dejar a nuestros hijos en la escuela, mejorar nuestras condiciones de vida y tal vez inspirar a otros artistas en Kinshasa y en todo el planeta.