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Motherboard: Cómo las grandes farmacéuticas engancharon a EU con la heroína legal / II

El OxyContin es la droga que Purdue Pharma presentaba como una alternativa segura a los narcóticos de rápida acción.

FRANK

Igual que a muchas personas, los padres de Frank Morris lo encontraron fumando mota en la prepa. Tenía una ligera adicción a la mota a los 18 años, pero con sus padres sobre él, dejó de fumar mota y empezó a robarle Vicodin a su madre. Un año y medio después empezó a tomar OxyContin. La vida de Frank pronto se deterioró. Casi de inmediato, empezó a tomarlo diario. Seis meses después, purificó la droga por primera vez. Después de otros seis meses se inyectó heroína por primera vez.

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Dieciocho meses después de conocer el Oxy, Frank era un yonqui. Poco después lo arrestaron por intentar comprar heroína en San Francisco.

Heroína callejera (via la agencia estadunidense de antinarcóticos).

Durante gran parte del tiempo que consumió OxyContin, Frank, quien ahora tiene 27 y vive en Nueva York, tenía una receta legítima de un doctor. Su médico le recetó 280 pastillas de 80mg al mes para sus migrañas. Después de todo, esta era la droga que Purdue Pharma presentaba como una alternativa segura a los narcóticos de rápida acción, alardeando que un paciente sólo necesitaba dos pastillas al día, con un mecanismo de liberación prolongada de 12 horas, para controlar su dolor las 24 horas del día. Frank recibió una receta por una de las dosis más altas de dicho médicamente: nueve pastillas al día. Con un precio en las calles de entre 40 y 50 dólares por pastilla, el valor de esa cantidad de OxyContin en 2006 era de entre 11,200 y 14 mil dólares. Frank vendió suficientes pastillas (un cuarto de ellas) para cubrir los once dólares que a él le costaban en la farmacia de un hospital local. Se embolsó el resto. Hacia el final de su adicción a los opioides, regresó a inyectarse heroína mezclada con alquitrán negro. Era más barato.

¿Cómo es que un doctor terminó recetando tanto Oxy para tratar migrañas? ¿Qué un joven que compra estas cantidades de narcóticos, mes tras mes en la farmacia de un hospital, no levanta sospechas? El uso off-label tan aplicado en niños, también aplica para adultos. Las pruebas clínicas sólo verifican la seguridad y eficiencia de dos pastillas al día, pero los doctores pueden interpretar esta información como les plazca. No hay duda que recetar estas cantidades de narcóticos es moralmente cuestionable. Sin embargo, no es ilegal.

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"ME PUSO DE RODILLAS"

Hubo algo que compartían todos los adictos al OxyContin con los que hablé, y fue lo rápido que habían desarrollado sus adicciones, y lo sorprendidos que estaban por su dependencia física. Cada uno me enumeró los opioides de los que habían abusado: metadona, heroína, Diuladid, Percocet, Suboxone, Vicodin, y Morfina. Tragaban, inhalaban, inyectaban y pelaban pastillas, a veces las mezclaban con crack. Pero todos me dijeron que el primer opioide que realmente los atrapó, el más fácil de conseguir y el que más les pegaba, era el OxyContin.

Oxy original y la nueva fórmula (vía)

Frank me dijo que en una ocasión estaba manejando por California con un fuerte síntoma de abstinencia. Cuando se detuvo en una gasolinera para llenar el tanque, vio a un güey con marcas en la cara: los adictos a los opioides suelen sentir una comezón fantasma cuando están drogados y se rascan la cara, los brazos, y las piernas hasta sangrar. Frank se acercó al hombre y le preguntó si sabía dónde podía encontrar Oxy. El hombre sacó dos botellas enormes de su auto; podía conseguirlas ahí mismo.

Ninguno de los hombres y mujeres con los que hablé había usado heroína antes de tomar OxyContin. Todos la consumieron después de usar OxyContin. De hecho, desde que Purdue Pharma introdujo su OxyContin reformulado en 2010 con medidas de seguridad, las cuales debían hacer que fuera más difícil abusar de la droga (las pastillas ya no se disuelven en agua, lo que las hacen más difíciles de cocinar e inyectarse) el número de adictos que comenzaron a usar heroína se disparó.

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En un estudio de 2,500 adictos al OxyContin realizado entre julio de 2009 y marzo de 2012, los investigadores descubrieron una caída de 17 por ciento en el abuso del OxyContin. El estudio encontró que casi una cuarta parte de los participantes habían logrado abusar del OxyContin a pesar de su nueva fórmula. Sesenta y seis por ciento comenzó a usar heroína. Muchos también comenzaron a usar Opana, otro analgésico. Pero según los investigadores de la asociación nacional para la desviación de drogas, la caída en el precio callejero del OxyContin es una señal de que la reformulación de cien millones de dólares está sirviendo para reducir el abuso de la droga. Drogarse con el nuevo Oxy requiere de tres o cuatro pastillas en lugar de una, pero los adictos todavía están encontrado maneras de destruir los mecanismos de seguridad, con microondas y bajas temperaturas, o convirtiéndolas en polvo.

Un cuarto adicto en recuperación con el que hablé, Richard, un güey de 29 años que vive en Nueva York, estaba al borde de las lágrimas mientras me describía su adicción. “Me puso de rodillas”, me dijo. Cuando mencioné que Purdue probaría la seguridad de su droga en niños, parecía estar horrorizado. “No se lo desearía [el OxyContin] a nadie”. Richard también vivió la desintoxicación de su padre, después de que le recetaran OxyContin para el dolor.

DESPUÉS DE LA VIOLENTA REACCIÓN

No se confundan: OxyContin es un tratamiento poderoso para las personas que sufren de dolores fuertes y crónicos. Los usuarios dicen que les cambió la vida, y cualquier que sufre los efectos de una cirugía de columna o de un fuerte accidente, defienden a los opioides. La adicción es una bestia compleja, una cuyas raíces van más allá de una simple pastilla, sin importar lo adictiva que esta sea.

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Pero después promocionar tan efusivamente una droga tan fácil de abusar, y aminorar los peligros de dicho abuso (y de ser víctima de duras críticas de los reguladores), Purdue Pharma cambió su estrategia de mercado para OxyContin. Después de recibir una multa por sus afirmaciones fraudulentas, Purdue invirtió en varios programas y sitios informativos para educar a los doctores, farmaceutas, y pacientes sobre la adicción de la droga. Rxsafetymatters.org está dirigida a los padres de adolescentes que están abusando de este tipo de drogas. Cuenta con vínculos a otros materiales para personas adictas, consejos para padres sobre como almacenar y deshacerse de drogas de las que se suele abusar, y los síntomas de una adicción. Purdue apoyó económicamente a drugfree.org para la producción de Time to Get Help, material para padres en busca de tratamiento para hijos adictos a las drogas y el alcohol.

Adicionalmente, Purdue proporcionó entrenamiento e información para farmaceutas y agentes de la ley sobre la seguridad y los protocolos adecuados para robos a farmacias. El número de robos a mano armada en farmacias se elevó 81 por ciento entre 2006 y 2010, lo que concuerda con el aumento en el abuso de opioides. Purdue lanzó Rx Patrol como un recurso para farmaceutas. Ofrece estadísticas criminales actualizadas (desde que la página comenzó a compilar información en 2002 y hasta el 16 de septiembre de 2012, han habido 2,527 asaltos y 1,541 robos a farmacias) y ofrecen recompensas de hasta 2,500 dólares a cualquiera que proporcione información que lleve al arresto de las personas involucradas. También proporcionan el “Consejo del mes” para reducir el crimen. En agosto, Purdue aconsejó a los farmaceutas “determinar si su edificio proporciona fácil acceso al techo, un punto de entrada favorito entre los criminales experimentados”.

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Algunas farmacias, después de repetidos asaltos, dejaron de manejar el producto. Tienen letreros que dice: “Aquí no se vende OxyContin”, para alertar a los ladrones.

Algunas farmacias han dejado de vender Oxy para alejar a los ladrones (vía)

Uno se pregunta si los esfuerzos de Purdue por educar a los farmaceutas sobre medidas de seguridad, aunque parcialmente motivados por una preocupación real, no estén también dirigidos a aliviar las preocupaciones de esas farmacias que sienten que vender la droga ya no vale la pena por los problemas que atrae. Después de todo, muchos farmaceutas no anticiparon una carrera llena de ladrones con pasamontañas y pistolas, ni robos estilo Mission Impossible robando sus tiendas por los ductos de ventilación. Entre más adictos desesperados aparecen por culpa de estas drogas legales, el personal de la farmacia se convierte en la seguridad no pagada de un cartel de las drogas, protegiendo su cargamento antes de su distribución.

EL FIN DEL OXY

La adicción y el abuso de medicamentos controlados existirán sin importar lo que las compañías farmacéuticas hagan. Es imposible saber el número de adictos “creados” directamente por cualquier droga, legal o ilegal, y es probable que exista una porción de la sociedad que caerá víctima de la adicción sin importar las sustancias involucradas. La pregunta crucial en torno al OxyContin es: ¿cuántos adictos ha generado de forma inadvertida la droga y su venta? Los opioides en general son altamente adictivos; eso no es alarmante. No es nada nuevo que Purdue admitiera haber engañando al público sobre los riesgos de la droga. Lo perturbador es que, de acuerdo con médicos y reguladores, esta práctica de engaño y supresión de datos, es común en la industria.

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Quizá uno de los aspectos más interesantes de la historia del OxyContin es que nos hace preguntarnos exactamente qué es lo que esperamos de las compañías farmacéuticas. Purdue Pharma sabía, hasta cierto punto, que la cantidad de OxyContin que estaban vendiendo no podía ser toda para tratar dolores. La CDC reportó que en 2010 se vendieron suficientes medicamentos para el dolor como para tratar a todos los adultos en Estados Unidos durante un mes. No podemos todos estar sintiendo tanto dolor.

Purdue sabía que estaba generando ganancias de adicciones. De lo contrario, dudo que la compañía hubiera esperado una presión social tan fuerte para crear una versión menos adictiva de la droga. Quizá, realmente creían haber encontrado la bala mágica, un opioide con el poder para “curar” el dolor sin crear una dependencia. Nunca sabremos con seguridad. Pero ahora que su droga es prácticamente sinónimo de adicción y crimen, ahora que se han expuesto sus prácticas mercadotécnicas y las historias personales de adictos, quizá ahora podamos ver de forma más clara y crítica una cultura que adora las soluciones farmacológicas.

La patente original de Purdue para el OxyContin está por vencer, pero la era de Oxy como medicamento seguro para tratar enfermedades crónicas no ha terminado. La compañía lucha por proteger la versión reformulada de OxyContin, la cual está protegida hasta 2025, demandando a diez fabricantes de drogas genéricas. Y a menos de que Purdue logre mantener su patente original, las versiones genéricas de Oxy comenzarán a llegar a las farmacias el año que entra. Los reguladores están preocupados. En una cartaenviada el 6 de junio, el ministro de salud de Ontario, Deb Matthews, pidió a su contraparte federal no aprobar las versiones genéricas de la droga: “Ontario cree que el costo para la sociedad por la reintroducción de una versión más adictiva supera los beneficios financieros de un menor precio”.

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Ni siquiera tenía que cocinarla para inyectármela. Sólo la diluía en agua y me la inyectaba en el brazo.

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La industria farmacéutica se basa en el concepto de hacernos sentir “bien”. Nos enfermamos, y ellos nos curan. Pero hay una gama de medicamentos y enfermedades (el uso de narcóticos para algunos tipos de dolor y el uso de drogas psiquiátricas para algunas enfermedades) que a veces caen en este paradigma. Ya que todos los trastornos psiquiátricos y Dolores existen en un espectro, existe el peligro de sobremedicar aquellos menores, aquellos que no lo necesitan y que no tomarían las drogas si supieran todos los posibles resultados negativos de tomarlas.

Las drogas no siempre mejoran a la gente, aunque pueden hacer las cosas más fáciles (en cierto modo, y durante algún tiempo). A través de su agresiva estrategia publicitaria, Purdue Pharma impulsó la idea de recetar narcóticos de manera más libre como un asunto de derechos humanos. La gente merece no sentir dolor. Tiene el derecho a no sentir dolor. Este es un argumento muy convincente y cae dentro del paradigma actual sobre lo que esperamos de las drogas y de la comunidad médica. Pero enterraron el contraargumento de reducir el dolor de la gente: no siempre es fácil dejar de consumir eso que te quita el dolor.

En una sociedad en la que promocionar medicamentos directamente al consumidor es legal, en la que las compañías farmacéuticas tienen el permiso legar para incentivar a los médicos de todas las maneras posibles, y donde elevamos el poder de las drogas a niveles casi míticos, no es de sorprender que las compañías farmacéuticas también puedan escribir su propia narrativa sobre la enfermedad, su cursas y sus riesgos. Y les creemos, hasta cierto nivel, así como toda una generación creyó que ese poderoso opioide no era adictivo. Creemos en ellos hasta que llega ese momento en el que los datos, las historias y los robos se acumulan y ya no podemos ignorarlos. Mientras una generación de adictos al Oxy sufre, mientras Purdue continúa vendiendo miles de millones de dólares al año, y las versiones más baratas saldrán al mercado el próximo año, ¿qué es lo que hemos aprendido? Cuando llegue la siguiente pastilla milagrosa, con todas esas promesas y garantías, ¿qué tan altas serán nuestras expectativas?

Cuando le pregunto a Frank su opinión sobre Purdue y el sus prácticas de negocio, fue un poco ambivalente. “Siempre supe que era un adicto, así que no los culpo por eso”, admite. Además, fue muy fácil: “Ni siquiera tenía que cocinarla para inyectármela. Sólo la diluía en agua y me la inyectaba en el brazo”.

Pero Frank admite que está feliz de que el Oxy estuviera disponible, simplemente porque lo ayudó a tocar fondo más rápido. Incluso afirma que el Oxy “de una forma extraña” le dio una vida que nunca se hubiera imaginado. Pero está desilusionado porque sabe que Purdue tenía que saber lo que estaba pasando con Oxy. “Tenían que saber lo que se podía hacer con eso, ya que tienen que realizar muchas pruebas”, continúa. “Así que es un poco desesperanzador que esta compañía produzca estas pastillas sin más, y digan que no fue tan grave”.

@kellybourdet

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