Captura de pantalla, vía.
Artículo publicado por VICE México.De niño tuve dos borregos que vivían en Santiago Tianguistenco, Estado de México: Tirso y Lope, los dos terminaron en las manos de un visionario productor de barbacoa después de que Tirso atacara al tío con quien vivían los dos animales. Eso sucedió un día como hoy, un inesperado viernes. Lalo, mi tío, habló a mi casa alrededor de las 7 de la mañana preguntando por mí: “Hola Luis, Tirso me embistió y tengo el pie roto, ¿podrían venir para llevarme al hospital?” Esta odisea, en síntesis, duró dos días e incluyó cuatro hospitales diferentes, tres en el Estado de México y uno en la CDMX, el Centro Médico Nacional Siglo XXI, un desmayo propio, pueblos perdidos y filas eternas en espera de atención médica. Lalo se curó, pero pasó 2 meses en el hospital —incluso navidad—. Desde esa ocasión decidí no volver a tener mascotas extravagantes, menos si no estarán cerca de mí. En el inter se fueron los dos borregos al matadero.En esa casa, donde vive Lalo, también hay un columpio, y después de ver este hermoso video, no pude evitar recordar a Tirso y a Lope pasando horas de diversión en medio del campo.Mira esta oveja columpiarse para ratificar el valor de tu existencia en la Tierra y rendir tributo a todas las ovejas que diariamente mueren por accidente o para satisfacer paladares:Captura de pantalla, vía.Como extra tenemos un video del tío Lalo —previo al accidente—, sufriendo otro accidente causado por el uso irresponsable de la pólvora:Sigue a Luis en Instagram.
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