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El nuevo presidente de Honduras no detendrá los crímenes de odio

La comunidad LGBTQ está preocupada por el triunfo del derechista Juan Orlando Hernández en los comicios presidenciales de ayer en el país centroamericano.

Erick Martínez.

En Honduras el movimiento LGBTQ no exige el matrimonio homosexual, sino la vida. “¿Quién va a decir, ‘Yo me quiero casar’ en este país cuando nos están matando?” preguntó el activista Erick Martínez. Desde 2009, luego del golpe de estado contra el presidente Manuel Zelaya en Honduras, las cifras de asesinatos se han incrementado en gran cantidad y la violencia contra la comunidad de diversidad sexual es ya cotidiana.

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Juan Orlando Hernández, el político derechista del Partido Nacional que ayer ganó las elecciones presidenciales de Honduras, declaró en campaña su posición cristiana en contra de las prácticas de la comunidad homosexual. El Tribunal Supremo Electoral declaró a Hernández  como ganador, llevando seis puntos de ventaja a Xiomara Castro del partido LIBRE (Partido Libertad y Refundación), esposa del ex presidente Mel Zelaya, quien perdió las elecciones en 2009. LIBRE ha denunciado fraude en los actuales comicios, es un nuevo partido que nació del movimiento de resistencia al golpe de estado, y ha incorporado a muchas personas de diversidad sexual en sus filas.

Juan Orlando, foto vía.

Martínez es de LIBRE y era el segundo candidato abiertamente homosexual en Honduras. El primer candidato, su tocayo Erik Martínez Ávila, fue estrangulado afuera de Tegucigalpa, en 2012. Yo encontré a Martínez fumando un cigarro en frente de una conferencia de prensa de observadores internacionales denunciando el fraude electoral. Aunque él trajo la bandera del arcoíris brillando en sus hombros, en su vibra demostraba melancolía por los resultados. “Sí, Juan Orlando Hernández será nuestro próximo presidente y no podremos detener los asesinatos”.

Desde el golpe de estado, más de 115 miembros de la comunidad de diversidad sexual, han sido asesinados, incluyendo a 53 personas transexuales. Estos casos son los que han sido documentados y que son parte de la comunidad LGBT. Quién sabe cuántos han muerto sin una noticia. Y no creo que se sorprendería alguien al decirle que la impunidad total existe en Honduras.

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De los 115 casos mencionados menos del 30 por ciento han sido investigados, y menos de seis están en un proceso judicial. Según Martínez el gobierno intenta deslindarse de esta violencia diciendo que “los asesinatos son de nuestros amantes y novios y son crímenes pasionales. Esto es para liberar de la responsabilidad al Estado y buscar estos actores invisibles quienes antes del golpe de Estado eran visibles”. Él también refirió que miembros de esta comunidad han sido asesinados como chivos expiatorios en conflictos de narcotráfico y la delincuencia común.

Como una tradición mundial, la iglesia ha fomentado el odio contra la comunidad gay. Este año el pastor evangélico, Evelio Reyes, muy apegado al Partido Nacional habló desde el púlpito diciendo: “No voten por homosexuales y lesbianas, que corrompen los modelos de Dios”. Claro que se refería a Xiomara y su apoyo a la comunidad LGBT. Reyes estuvo castigado por este pronunciamiento, pero luego fue liberado sin cargos.

El presidente actual de Honduras, Porfirio Pepe Lobo, ha impulsado un proceso de militarización por todo el país, y en la jornada electoral casi 30 mil policías y chafas (como se les llama a los militares en Honduras) fueron desplegados para vigilar los centros de votación. Se supone que estuvieron presentes para prevenir “violencia”, pero un grupo de mujeres observadoras de derechos humanos dijeron que su presencia sólo instigó miedo a la gente. En la noche antes de las elecciones en la comunidad de Cantarranas, María Amparo Pineda Duarte, dirigente campesina fue asesinada en una emboscada junto a otro compañero.

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Juan Orlando Hernández es ex presidente del Congreso, y bajo ese cargo se impulsó la creación de la policía militar, quien opera bajo el control de generales del ejército.

José Palacios es parte del Movimiento de Diversidad en Resistencia, y dice que los militares y la policía son los principales actores en América Latina que perpetúan la violencia contra la comunidad LGBT. “Tiene una licencia para matar”, comentó Palacios. El país ha recibido críticas a nivel internacional de la [militarización] y no le han importado. Los militares quienes están en las calles, son dueños de las calles”. El director de la policía nacional, Juan Carlos El Tigre Bonilla, está siendo investigado por su papel en escuadrones de muerte de hace una década.

Foto vía.

Palacios también comentó, que aunque no está documentado puede ser posible que mucha gente LGBT no haya ido a votar por tener miedo a encontrar militares y policías en los centros de votación.

La cantidad de hondureños que migran a Estados Unidos se ha disparado desde el golpe. La mayoría van en búsqueda de trabajo  y a escapar de la violencia en Centroamérica, pero también está aumentado la cifra de gente buscando exilio porque han sido amenazados o atacados por ser LGBT.

Yo pregunté a Martínez si él quisiera salir del país ahora que Juan Orlando será presidente. Él me comentó que ya había tenido ganas de pedir exilio cuando estuvo amenazado por una policía relacionada con el narcotráfico. Pero también dijo que siente una obligación para quedarse en el país, y que no puede retroceder en una lucha que ya empezó. “Temor existe, pero no se puede abandonar el trabajo acá. Ya nos ha pasado con miembros de la diversidad sexual que si somos víctimas de ataques y nos quitan nuestra vida otras personas tienen que tomar la bandera de la diversidad sexual y ponerle en pie y hacerla a flamearla”.

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@andalalucha