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Cultură

Esta corrupción ya la hemos visto antes (en series y pelis)

¿En qué se parecen Al Capone y Bárcenas? ¿Se ha inspirado Granados en 'Prison Break'? Políticos españoles pringados en asuntos ilegales y los personajes que hicieron lo mismo que ellos en la ficción.

'Tony El Gordo' de Los Simpson tiene el mismo estilazo que Bárcenas.

A este paso no va a haber cárcel en España que no tenga un político entre sus inquilinos. Con la velocidad a la que la clase dirigente española se pudre por casos de corrupción, instituciones penitenciarias va a tener que habilitar nuevos módulos para darles cabida. Pero nada de esto nos pilla por sorpresa, ya los hemos visto antes en las grandes películas y series del género mafioso y carcelario. Los intocables de Eliot Ness, Uno de los nuestros, Prison Break, Traffic… La lista es más larga de lo que pudiera parecer. La ficción, esta vez, se adelanta a la realidad.

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Al Capone hacía sus negocios con nombres falsos y era difícil hallar registros que lo relacionasen con sus ganancias, pero las nuevas leyes estadounidenses promulgadas en 1927 permitieron al gobierno federal investigarle por evasión de impuestos. Fue perseguido por el agente de la Agencia de Prohibición, Eliot Ness, sus incorruptibles 'Los Intocables', y el agente del IRS Frank J. Wilson, que fue capaz de encontrar recibos que le relacionaban con ingresos por juego ilegal y otros chanchullos.

​Francisco Granados conoce los planos de la cárcel en la que ingresó ('Prison Break').

El libro de cuentas de Al Capone fue la principal prueba aportada para enchironarle, lo que nos transporta inevitablemente a los 'papeles de Bárcenas', aunque no haya rastro de juego ilegal en el historial del ex tesorero del PP (sí lo hay de evasiones). La 'contabilidad B' que manejaba el hoy preso de Soto del Real destapó la larga lista de sobresueldos que circularon durante años por la planta noble del PP. Los datos, escritos a mano y resaltados con marcatextos amarillo, coparon las portadas de la prensa, mientras Bárcenas atendía a los medios con su elegante abrigo Chesterfield. Un gabán de diseño 'british' que Robert de Niro inmortalizó en la película Los Intocables de Elliot Ness como fiel reflejo del estilo que abrazaron los gánsteres de la ley seca. El abrigo del hampa.

Francisco Granados, el exnúmero dos de Esperanza Aguirre en la Comunidad de Madrid, ha sido detenido por varios delitos de corrupción al firmar contratos públicos en "connivencia" de ediles municipales y funcionarios, empresarios de la construcción y de empresas de servicios energéticos. Su implicación en la trama es tal que una vez detenido fue directamente a una cárcel, sin pasar por la casilla de salida como en el Monopoly. Pero no una cárcel cualquiera. A la de Estremera, en Madrid. La misma que él mismo inauguró en julio de 2008. De momento no se le conoce ningún plan de fuga, aunque el grado de conocimiento de la cárcel, cuya construcción supervisó, le hizo manejar en alguna ocasión los planos de la misma. Como Michael Scofield, el protagonista de Prison Break, la serie de televisión en la que organiza un robo bancario para ser enviado a la prisión dónde está su hermano mayor, Lincoln Burrows, preso hasta su ejecución. Desde dentro, y con los planos tatuados en su cuerpo, Scofield pone en marcha una fuga.

Y Prision Break no es la única obra de ficción que podría haber protagonizado Granados. Cuando Berlanga retrató en 1978 el ecosistema que marqueses, empresarios, políticos y buscavidas pululaba en las cacerías del tardofranquismo, jamás pensó que tres décadas después su película La escopeta nacional estaría más vigente que nunca. Grupo Dico, la constructora investigada en la 'Operación Púnica' pagó entre 2002 y 2006 cuatro cacerías anuales que reunieron a una veintena de promotores inmobiliarios y dirigentes del PP, entre ellos el exnúmero dos de Aguirre. El resultado: Grupo Dico se benefició de la adjudicación de dos parcelas municipales en Valdemoro y de suelo industrial en el polígono Valmor.

​Feijóo, ​presidente de los gallegos en lo que parece un fotograma de 'Miami Vice'.

El presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, no está en la cárcel, pero su cargo político se vio zarandeado cuando salieron a la luz unas fotografías que evidenciaban su relación con el histórico contrabandista Marcial Dorado Baúlde. Ambos aparecían posando juntos en típicas estampas veraniegas a bordo de un yate. Aunque las fotos son de hace 20 años cuando Feijóo aún no era presidente gallego, sí que ocupaba un cargo tanto en el Gobierno gallego como en el central. Una historia similar a los lazos que la política y el mundo narco han protagonizado en películas como Traffic de Steven Soderbergh.

No se vayan todavía, aún hay más. ¿Recuerdan que en la magnífica Uno de los nuestros Ray Liotta da vida a Henry Hill, un mafioso que fue escalando posiciones dentro de la organización criminal? Tras varias idas y venidas de la prisión, junto a una relación tormentosa con las drogas, da un giro final a su carrera traicionando a sus socios y poniéndose en manos del FBI. Un papel hecho a la medida de Jaume Matas, que recibió hace pocas semanas el tercer grado penitenciario en contra del informe de la prisión de Segovia. Su salida de la cárcel podría durar poco ya que el expresidente balear aún tiene varias causas pendientes. Volver de nuevo a prisión sería un mazazo, como reconocen en su entorno, y viendo las elevadas penas recibidas por su exconseller Josep Juan Cardona (que solo tenía una causa) y por su exaliada Maria Antònia Munar, fuentes cercanas a la investigación aseguran que Matas quiere conseguir usar el comodín del pacto. 'Cantar' cómo de grandes y cómo se cobraban las comisiones millonarias del Palma Arena pueden valerle una rebaja sustancial de futuras penas carcelarias. Al más puro estilo de Henry Hill.