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Viviane Morales: lo tuyo estaba destinado al fracaso

OPINIÓN // Por fin una Colombia con un horizonte distinto.

El día de ayer, 10 de mayo, llegó a la Cámara de Representantes la propuesta con la que la senadora "liberal" Viviane Morales había estado dando lora y martirizando a un montón de colombianos durante casi un año: que las parejas heterosexuales, y solo ellas, pudieran adoptar niños en Colombia. Como si a las dificultades a la hora de adoptar no les fueran suficientes sus problemas propios, la senadora Morales quería sumarle uno más.

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A principios de noviembre de 2015 la Corte Constitucional aprobó la adopción de niños por parte de parejas del mismo sexo. Punto. Fue un gran logro para la comunidad LGBT, ampliamente celebrado, por demás. Pero, claro, también ampliamente criticado por los sectores más religiosos y godos del país.

Entre los que salieron a alegar y a echar mano de cuanto argumento político o moral invalidara la decisión de la Corte, estaba Viviane Morales. Unos meses después de emitida la sentencia, la senadora del Partido Liberal llegó al Senado con dos millones de firmas que apoyaban la realización de un referendo con el que los colombianos decidirían si la orientación sexual de sus coterráneos sería un impedimento o no para poder criar un hijo. Así de absurdo.

En el caso en el que la propuesta de Morales pasara el debate de ayer —o sea, que la mayoría de senadores votara a favor del referendo— la medida habría recorrido más de la mitad de un proceso costoso y dispendioso, un mecanismo democrático que demora a todas las instituciones. A pesar de no aprobarse nos costó. Nos costó un año de desgaste político, botadera de corriente y dinero gastado (en sueldo de los congresistas) frente a un tema sobre el que la Corte Constitucional ya se había pronunciado.

La propuesta de Morales resultó aun más polémica en tanto que proponía que solo las familias conformadas por un hombre y una mujer (como la que ella conforma con Carlos Alonso Lucio) podrían adoptar, cosa que excluiría también a personas solteras y viudas. Es decir que, además del pensamiento violento y medieval de que la orientación sexual es un indicador de la integridad moral de alguien, la propuesta de la senadora sospechaba de lo competente y segura que puede resultar la crianza de un niño por parte de una sola persona.

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Hasta la fecha, la propuesta de Morales ya había sido criticada públicamente por la Procuraduría General de la Nación, por la Defensoría del Pueblo, por padres solteros, por Human Rights Watch, por su propio partido, por el Ministro del Interior y hasta por el Ministerio de Hacienda y el presidente. Nada de eso impidió a la senadora continuar con el recalcitrante y retardatario proyecto y, por aparte, pedir ayuno y oración para que se aprobara.

No sucedió. Y eso nos da un indicador: esos proyectos en los que, por cualquier medio, una mayoría pretende aplastar los derechos de una minoría están destinados poco a poco al fracaso. Hace 10 años tal vez esto hubiera tenido resonancia en las plenarias del Congreso. Pero ya no. Ya no le cabe a la institucionalidad del país tanta desfachatez.

Ya va siendo la hora de que al menos nuestros representantes se den cuenta de que no todas las familias (Dios no lo quiera) sean como las de Alejandro Ordóñez, Roberto Gerlein, Álvaro Uribe o Marco Fidel Ramírez. Que el Congreso hundiera el proyecto nos da un poquito de esperanza: la de poder mirar otro horizonte, una Colombia en la que los ciegos a cualquier realidad más allá de sus narices y entornos no tengan la última palabra.

Madres solteras, padres solteros, parejas del mismo sexo, viudos, Colombia: celébrenlo.

Y tú, Viviane Morales: a trabajar en algo serio, mamita. Ya no hay segundo round que te podamos aguantar.

*Este es un espacio de opinión. Por tanto, no compromete la visión de VICE Media Inc.