La ultraderecha entra al congreso por la puerta izquierda. ¿Quiénes son los del PES?
Ilustración de Mauricio Santos.

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La ultraderecha entra al congreso por la puerta izquierda. ¿Quiénes son los del PES?

Activistas evangélicos, católicos de hueso colorado, teólogos y hasta el hijo de Lupita D'Alessio van a legislar de la mano de Morena.

Artículo publicado por VICE México.

La llegada del Partido Encuentro Social (PES) a la Cámara de Diputados en la siguiente legislatura es cuando menos irónica. En la historia moderna quedará escrito que este grupo político, caracterizado por apoyar una agenda conservadora, fue parte de la coalición que llevó a Andrés Manuel López Obrador a la presidencia de la República. Azares del destino: la ultraderecha evangélica entrará al congreso de la mano del político de izquierda más conocido en México.

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Para arribar a San Lázaro, Encuentro Social dejó la piel en el camino. Está en proceso de perder el registro ante el Instituto Nacional Electoral (INE) por no reunir el tres por ciento de los votos a nivel nacional, pero, paradójicamente, tendrá algunas curules gracias a una astuta negociación con Morena y el Partido del Trabajo (PT).

Diversos analistas han señalado que el PES tendrá 58 diputados en la próxima legislatura, lo que colocaría a este partido como la cuarta fuerza política más grande, detrás de Morena (193 legisladores), PAN (79) y PT (61), e incluso por encima del PRI (42) y el PRD (23). Sin embargo, una revisión del origen partidista de los futuros legisladores muestra que al menos 24 son representantes de Morena, como el chiapaneco Zoé Robledo, futuro subsecretario de Gobernación, mientras que cinco provienen del PT, como el polémico Gerardo Fernández Noroña. Así, la indagación realizada por Vice revela sólo 21 de los ganadores es emanado del partido ligado a la iglesia evangélica pentecostal. Fuentes de la Coalición Juntos Haremos Historia (JHH) corroboraron estos datos.

El PES duplicará su presencia en la cámara baja, al pasar de los actuales 10 diputados, a 21, quedando apenas por debajo de MC (26) y PRD (23), pero encima de PVEM (17) y Panal (1).


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El efecto AMLO

A decir de especialistas consultados por Vice, el PES se vio beneficiado por la ola de votantes que arrastró López Obrador a las urnas el pasado 1 de julio y los votos que obtuvo fueron gracias a la coalición Juntos Haremos Historia. No obstante, también coinciden en que por el perfil de sus miembros su sola presencia en la Cámara Baja representa una amenaza para las libertades sexuales, pues se trata de un partido que rechaza el matrimonio igualitario, la despenalización del aborto y las familias homoparentales.

El PES es un partido que tiene sus orígenes en la residencia oficial de Los Pinos en tiempos de Ernesto Zedillo. Por aquellos años, el dirigente del PES, Hugo Eric Flores Cervantes era asesor presidencial y se reunía con otros trabajadores cristianos y evangélicos para leer la biblia en una sala privada. El sociólogo Bernardo Barranco señala que el acuerdo entre AMLO y Flores Cervantes fue perjudicial para Morena, pues éste último sobrevendió la fuerza electoral de su partido, como finalmente se exhibió con la probable pérdida del registro. En otras palabras, el PES pactó la cantidad de candidaturas con base en un número de votantes que no tenían y así pudo negociar el 25 por ciento de las diputaciones federales.

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La bancada del PES estará integrada por simpatizantes del Frente Nacional por la Familia (FNF), la organización conservadora que se opone al aborto y a la unión de personas del mismo sexo, expanistas de hueso colorado vinculados a causas católicas, teólogos y activistas evangélicos, como el conocido Ernesto D’Alessio, hijo de la cantante del mismo apellido.

Entre los personajes registrados por este partido que ganaron una diputación federal, aparece Elba Lorena Torres Diaz, del distrito 2 de Aguascalientes, una de las que firmó la agenda del Frente Nacional por la Familia, la organización de ultraderecha que rechaza otra forma de familia distinta a la “tradicional” con un discurso similar al del PES. “Debemos brindar elementos para el fortalecimiento de la familia. Ésta debe ser cuidada y fortalecida para formar hombres y mujeres con valores y principios”, se lee en el sitio del partido. En plena campaña, el anuncio sacudió las estructuras morenistas y Aldo Ruiz, presidente del Comité Estatal se vio obligado a declarar que eran un partido incluyente y respetarían los derechos de todos.


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Otro en las filas de Encuentro Social es Javier Castañeda Pomposo, elegido en el distrito 6 de Baja California y proveniente de una familia con vieja tradición en el PAN, el partido más familiarizado con las causas de la ultraderecha católica. Entre los flamantes diputados electos, también aparece el teólogo Armando González Escoto, integrante del presbiterio diocesano de Guadalajara, Jalisco, quien llegó a la dirigencia del partido en la Ciudad de México en medio de una crisis interna por la salida de un diputado con rumbo a Morena.

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Aunque en un principio negociaron 55 diputaciones, todo indica que serán 21 y es posible que no tengan partido que los cobije. Sin embargo, Edgar González Ruiz, filósofo e investigador de la ultraderecha en México, comentó que además de la presencia de estos legisladores con aires derechistas, las amenazas a las libertades sexuales y los derechos humanos se agudizan por culpa de una cobertura desmedida que ciertos medios dan a mensajes conservadores como sucedió en el caso del Frente Nacional por la Familia en su avanzada contra la diversidad de familias y el matrimonio igualitario.

Los elegidos

Cuando los dirigentes de Morena anunciaron que el PES formaría parte de la coalición a lado del Partido del Trabajo (PT) comenzaron a lloverles críticas especialmente de grupos de izquierda. Para los seguidores del tabasqueño, no era comprensible que un movimiento social, muchas veces denominado progresista, pudiera tender una alianza con un partido que encarna las luchas más rancias de la derecha mexicana, como rechazar el matrimonio igualitario, la legalización de la mariguana o el aborto legal. “No al PES”, se leía en una pancarta con la que Elena Poniatowska, cercana al tabasqueño, protestaba por la alianza electoral en un evento donde AMLO presentó a su gabinete.

En su momento, los críticos de dicha alianza señalaron que AMLO demostraba estar dispuesto a hacer todo por ganar, incluso pactar con un partido religioso con tal de sumar votos y asegurar la presidencia. Para Jaime López Vela, defensor de los derechos humanos la llegada del PES a San Lázaro no es más que resultado del “tsunami” electoral del 1 de julio, como parte de una alianza estratégica que integró a distintos sectores de la sociedad para ganar las elecciones.

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No obstante, para el activista de la comunidad LGBT, los comicios evidenciaron que se trata de un partido desfondado. “Es irónico, pero pasó, este partido no tiene una base social trascendente en el país y por eso está perdiendo el registro”, indicó el luchador social.

Fuente cercanas al partido comentaron a Vice que, durante la negociación electoral con la dirigencia morenista, Encuentro Social logró que se le diera un trato igual que al PT en cuanto a las diputaciones federales. De tal forma que se estableció una repartición de 50 por ciento para Morena mientras que PES y PT se llevarían 25 por ciento cada uno.

Aunque en un principio se planteó que el partido evangélico tendría 58 de las 210 curules ganadas, apenas 21 candidatos cuentan con antecedentes en el partido y serían ellos quienes encarnarían las luchas legislativas.

Edgar González Ruiz, investigador de la ultraderecha en México, puntualiza que, a diferencia de la ultraderecha católica, opositora al estado laico y de fuertes vínculos empresariales, el PES surgió de distintas tendencias ideológicas y representa una ultraderecha evangélica, la cual no deja de ser peligrosa pues abandera viejas reivindicaciones conservadoras como el rechazo al aborto y a la diversidad sexual.

Entre los candidatos electos del PES, sobresale el grupo de Nuevo León. En la conservadora entidad norteña la coalición JHH sólo ganó cinco de doce distritos y cuatro de ellos son para los empresarios con “perfil ciudadano” María Guillermina Alvarado Moreno, José Luis García Duque, exlíder del partido en Santa Catarina y Laura Erika de Jesús Garza Gutiérrez. Además de Ernesto Vargas Contreras, actor y cantante mejor conocido como Ernesto D’Alessio quien no ha titubeado al declararse cristiano. “A veces la gente piensa que te conviertes a Cristo y que dejas de hacer muchas cosas porque ya eres cristiano, y no es así, pues se dice que Cristo produce el querer y el hacer, esto quiere decir que uno mismo va sometiendo su corazón a la palabra de Dios”, declaró a El Nuevo Heraldo en 2011.

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Otros que también llegarán al recinto de San Lázaro para los próximos tres años con la bandera del PES son los tamaulipecos Olga Juliana Elizondo Guerra, exalcaldesa del PRI en Nueva Ciudad Guerrero, y el psicólogo Armando Javier Zertuche Zuani. También surgida del tricolor, Olga Patricia Sosa Ruiz fue propuesta, pero renunció a la postulación para irse con Morena.
Héctor Cruz Aparicio, dirigente local de la organización fue elegido en Tijuana, Baja California. Manuel de Jesús Baldenebro Arredondo, exalcalde con el PRI en Sonora y apodado el “mataperros” por condonar el pago de servicios públicos a quienes llevaran perros callejeros a sacrificar, es otro personaje que ganó. El historiador tabasqueño, Ricardo de la Peña Marshall, junto con Abelina López Rodríguez y Carlos Sánchez Barrios de Guerrero, también representarán al grupo neopentecostal en San Lázaro.

El acuerdo partidista también produjo que el empresario Francisco Javier Borrego Adame y el expanista José Ángel Pérez Hernández, “El Arre”, ambos de Coahuila, integren lo que se prevé como una bancada sin partido. Mientras que en Chihuahua y Chiapas las figuras legislativas serán Claudia Elena Lastra Muñoz y la comunicadora Leticia Arlett Aguilar Molina, respectivamente.
En Puebla, identificado como un estado conservador y el único donde no ganó un gobernador lopezobradorista, el PES logró buena representación pues de los 14 distrito ganados por la coalición Juntos Haremos Historia se llevó cuatro: dos en la capital a cargo de los militantes José Guillermo Arechiga Santamaria y Fernando Luis Manzanilla Prieto. En Huachinango el ganador fue Miguel Acundo González, mientras que Nayeli Salvatori Bojalil va por San Pedro Cholula.

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En Veracruz, la empresaria Carmen Mora García fue impulsada en Coatepec y ganó. La otra candidata vencedora es Paola Tenorio Adame, cuyo esposo Roberto Enriquez de formación panista, fue alcalde de San Andrés Tuxtla. Aunque Tenorio había sido postulada previamente por Morena, el apoyo que la dirigencia estatal del PES le dio podría jugar a su favor en la Cámara de Diputados si es necesario.

Además del Armando González, en la Ciudad de México el PES tendrá presencia con Francisco Javier Saldívar Camacho, también militante que ganó en el distrito 17 de Cuajimalpa con el sólo cobijo de López Obrador pues su campaña fue prácticamente nula. Además de María de Jesús Rosete Sánchez, lideresa de ambulantes en el barrio de Tepito. De los ganadores en el Estado de México, sólo el líder estatal Vicente Onofre Vázquez y Carolina García Aguilar cuenta con un vínculo directo con el PES.


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La bancada del PES no se caracteriza por su amplia experiencia en el terreno político. Ni siquiera en sus estados parecen ubicarlos con precisión, pero a juicio de Barranco, este grupo luce con poder legislativo y “podría jugar de pivote” en políticas de corte moral con grupos conservadores católicos del pan y jugar sus intereses, sobre todo el aborto, matrimonio igualitario o legalización de drogas.

“Pueden entrar en alianza con grupos como el Frente Nacional por la Familia”, como ya lo hicieron anteriormente cuando Enrique Peña Nieto abre la discusión sobre el matrimonio igualitario, explica Barranco, respecto a las imágenes de católicos conservadores junto con pentecostales conservadores en las marchas que convocó esta organización ultraconservadora en Guadalajara y Ciudad de México.

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Para López Vela, los restos del PES en el Congreso se entrevén como una minoría conservadora con la que nadie querrá tener tratos, pues representan un México conservador que se interpone con la lucha por establecer sociedades igualitarias y la progresividad de los derechos humanos.

Izquierda le come el mandado

A partir del acuerdo electoral firmado con Morena y PT, la dirigencia de Encuentro Social se frotaba las manos con la cincuentena de diputaciones que les tocarían. Sin embargo, la negociación por colocar a sus candidatos en cada uno de los estados estuvo llena de irregularidades, con Morena imponiendo a su gente y el PES amagando constantemente con romper las alianzas si no se respetaban las votaciones internas.

En Quintana Roo, por ejemplo, el dirigente estatal del PES, Rogelio Márquez acusó que la posición de su candidata Niza Puerto fue ocupada por Mildred Concepción Ávila de Morena, quien finalmente ganó la votación.

La historia no fue diferente en Oaxaca. Encuentro Social había postulado a Azael Jacinto García para el distrito 8, aunque finalmente fue Benjamín Robles Montoya, comisionado del PT, quien ocupó ese lugar. En Tabasco, la dirigencia estatal también denunció la imposición de Estela Núñez Álvarez para el distrito uno donde ellos habían propuesto a Zulma Ceballos.

Con este escenario legislativo, el PES se perfila para ser un grupo sobrerrepresentado que no personifica al conjunto de los evangélicos. Aunque su presencia en la Cámara de Diputados se antoja incómoda con la mayoría de los legisladores de izquierda, el sociólogo Barranco apunta que ya no se puede reprochar la alianza pues al momento de firmarse, Morena ignoraba el tamaño de la votación que lograrían y el PES “era un vehículo para llegar a un potencial grupo de evangélicos”.
Para el especialista González Ruiz, lo más preocupante de estas elecciones no es que el PES con su perfil conservador haya ganado algunas diputaciones, sino que, la ultraderecha estuvo presente en todas las fuerzas políticas, a pesar de que ésta no goza de popularidad en México.

“Además del PES en Morena, en la coalición de Anaya, porque el PAN es el partido de la derecha y la ultraderecha católica, tendencias con las que comulga la excandidata Margarita Zavala; en el PRI por las raíces de Meade y por las posiciones y actitudes de él mismo; el Bronco representa por su parte, tendencias autoritarias y "antipopulistas", que florecen en algunas partes del país, y que quizás en el futuro lleguen a crecer y a ser otra vertiente de la ultraderecha”, señaló el investigador.

Enrique Alvarado en Twitter: @kikin_agz

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