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Cultură

"Estamos entre la espada y la pared": qué piensan los refugiados de los atentados de Bruselas

Contactamos con varios refugiados atrapados en Grecia tras el cierre de las fronteras europeas para recoger sus primeras reacciones ante las repercusión de los atentados perpetrados en la capital belga.

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El hombre se asea minuciosamente, con movimientos suaves. Primero las manos, después la cara y, por último, los pies. Repite el proceso tres veces y regresa a la zona común exterior delimitada por edificios que ha sido su refugio durante los últimos cuatro meses. El silencio sepulcral solo se ve roto por voces que susurran al unísono las palabras "Allah Akbar". El hombre se acuesta con las primeras luces del alba con un único deseo ocupando su mente: conseguir llegar a Alemania.

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Mientras Khaled se queda dormido a la entrada de un edificio en el centro de Atenas, Europa despierta con la trágica noticia de otro atentado terrorista que se ha cobrado la vida de 34 personas y ha dejado heridas a 198 y a todo un país conmocionado. Aproximadamente a las ocho de la mañana, se produjeron dos explosiones en el aeropuerto internacional de Bruselas y, poco después, otro dispositivo estallaba en la estación de Metro de Maalbeek, a unos pocos cientos de metros de la sede de la Comisión Europea y del Consejo de la UE. Pocas horas después, Estado Islámico se atribuyó la autoría de los atentados mediante un comunicado emitido en árabe y en francés.

Según los últimos datos publicados por el gobierno de Grecia, actualmente hay más de 47.000 refugiados e inmigrantes atrapados en el país, y otros 10.500 continúan en Idomeni, la zona de amortiguación entre las fronteras de Grecia y la ARYM.

Contactamos con varios refugiados e inmigrantes atrapados en Grecia tras el cierre de las fronteras europeas para recoger sus primeras reacciones ante la posible repercusión de los atentados perpetrados en el epicentro de Europa.

Khaled Chouail, 28 años, profesor

Argelia

"La gente ha de entender que los que son fieles a Estado Islámico son terroristas y no tienen nada que ver con el Islam. Alá nunca dijo que había que librar guerras. Ahora mismo, Europa está en guerra y ese pánico está generando un ambiente asfixiante para el pueblo musulmán. A veces creo que son atentados deliberados con los que expulsar a los inmigrantes de Europa. Los yihadistas no son religiosos, solo les mueven los motivos políticos. Por eso precisamente la mayor parte de sus víctimas son musulmanes. A los argelinos nos cerraron las fronteras el verano pasado. ¿Crees que me gusta haber dejado a mi mujer e hijo en Argelia y vivir en la calle? Ya he intentado cruzar la frontera de forma ilegal tres veces y las tres me capturó la policía de Skopie, me dieron una paliza y me devolvieron a Grecia. Me asusta mucho el futuro. Al principio pensaba que lo más difícil sería lograr entrar en Europa. Ahora sé que vivir aquí resulta casi insoportable, pero desgraciadamente, no tengo otra opción".

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Amal, 45 años, y Ahmed, 16

Homs, Siria

"No sé nada de los atentados de Bélgica. Acabo de llegar a Atenas con mi hijo y estamos esperando un tren hacia Tesalónica, desde donde luego iremos a Idomeni. Esperaremos cerca de la frontera para ver si vuelven a abrirla. Pero lo que me estás explicando es horrible. No me lo puedo creer. Estado Islámico nos lo ha arrebatado todo: nuestros seres queridos, nuestros hogares, nuestras vidas… Ahora mismo, Siria está envuelta en llamas y nadie hace nada al respecto. Vinimos a Europa escapando de los yihadistas y ahora ellos vuelven a interponerse en nuestro camino. Seguramente en Europa cundirá el pánico y nos devolverán a Siria o a Turquía. En cualquier caso, a mi familia y a mi no nos queda otra que seguir adelante, pase lo que pase".

Amal, 27 años, y Ganda, 53

Palestinos de Siria

"Tengo dos hijos de cuatro y seis años. Lo único que quiero es reencontrarme con mi marido en Alemania y empezar una nueva vida. Lamento mucho lo que ha ocurrido en Bruselas. La gente ha de saber que la mayoría de los musulmanes no son extremistas y no se identifican con los yihadistas. Al contrario, intentamos apartarnos de ellos. Temo que después de los atentados no vuelvan a abrirse las fronteras y que todo el mundo sospeche de nosotros".

Ibrahim Mustafa, 18 años, estudiante

Afganistán

Huí de Afganistán con un solo sueño: acabar mis estudios. Mi familia y yo queremos una vida mejor y ahora estamos atrapados en Grecia y sin dinero. No nos queda otro remedio que buscar cobijo en el campamento de refugiados de Eleonas. Allí nos enteramos de los atentados. Llevamos toda la mañana preocupados porque somos conscientes de que a partir de ahora lo vamos a tener todavía más complicado. Temo por mi futuro y por las reacciones de la gente. En estos momentos, mi sueño de llegar a Alemania y acabar los estudios parece más lejano que nunca, quizá incluso imposible".

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Tajagul, 23 años, desempleado

Takhar, Afganistán

"Tenía miedo de las bombas y los atentados en Afganistán y aquí están otra vez. Meternos en el mismo saco que a los yihadistas es una estupidez. Solo estamos intentando dejar atrás la guerra y rehacer nuestras vidas. ¿Por qué íbamos a querer asesinar a nadie? Mucho me temo que después de esto crecerá el sentimiento racista hacia nosotros. Ya he oído decir que han agredido a varios inmigrantes. No lo sé. Lo que sé es que esperaré aquí hasta que encuentre la forma de llegar a Alemania".

Mohammed Waqas, 20 años, ingeniero

Lahore, Pakistán

Llevo cuatro meses en Grecia y durante todo este tiempo he estado durmiendo en una tienda de campaña en el parque Pedion Areos. No sé qué voy a hacer. Intenté cruzar la frontera de forma ilegal, pero me cogieron. He pedido asilo pero rechazaron mi solicitud porque decían que no cumplo los requisitos y hoy me entero de los atentados de Bruselas. Lo siento mucho por las víctimas y creo que esta situación también nos va a perjudicar aun más".

Abdul Hadi, 43 años, camionero

Afganistán

"Los responsables de estos atentados no tienen nada que ver con la yihad ni con nuestra religión. No sé qué hacer, estoy desesperado. No tengo dinero, ni trabajo, nada. Había decidido esperar aquí con mi mujer y mis seis hijos por si decidieran abrir las fronteras, pero ahora he perdido toda esperanza. Hay demasiada policía por todas partes. Nos han echado de la plaza Victoria y nos miran muy mal. Me parece que hay mucho racista que no nos quiere en Europa. Después de los atentados, la situación solo puede ir a peor para nosotros. Pero ¿adónde podemos ir? Estamos entre la espada y la pared".

Traducción por Mario Abad.