Publicidad
Publicidad
El problema de fondo de todo esto no es ya que vaya a haber otras elecciones – porque todo apunta a que Junts Pel Sí no va a dejar en el banquillo a Mas y vamos a tener que repetir el paripé en marzo – sino que de ellas pueda salir reforzado Mas, apoyado en el borreguismo colectivo del independentismo mayoritario, ese que aunque le roben y le mientan seguirá votando a los de siempre, ese que llega a decir que votaría a quien hiciese falta para que al día siguiente Cataluña fuese un estado independiente, ese que, al fin y al cabo, en una época en la que la religión ha pasado a un segundo plano y las grandes ideologías han desaparecido, ha puesto toda su fe fanática y mesiánica en la consecución de un estado nuevo que se presupone solo un escalón por debajo del Paraíso terrenal. Joder, en España vivimos casos claros de síndrome de Estocolmo colectivo que darían como mínimo para una tesis doctoral en sociología.Amb aquests comentaris no faríem mai un país diferent al que ha construït el feixisme espanyol — Joan Mena Arca (@joanmena)enero 3, 2016