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¿Qué es lo que debe hacer un ejército? Un breve curso para María Fernanda Cabal

En todo caso, el Ejército es muchas cosas. Pero no, al menos en teoría, una fuerza letal que está dispuesta a dar la vida por la Patria.

Ya no sorprende. Esa es la peor parte de esta historia: que senadoras como María Fernanda Cabal y Paloma Valencia salgan a vociferar cosas sobre el No (en el plebiscito) y luego queden lavadas por una lluvia reactiva de críticas dejó de ser noticia. El tono, sin embargo, escaló un poco más estos días, cuando la revista Semana, en un confidencial, nos recordó las dos perlas que se botaron ambas congresistas del Centro Democrático el martes 20 de septiembre.

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Paloma Susana, por un lado, se preguntaba esto en su cuenta en Twitter: "Los que prefieren ver a las FARC en la política que matando, ¿también hubieran preferido ver a Pablo Escobar en la política y no matando?". La formulación misma de la frase es rara, da para pensar el afán (¿no es mejor que Pablo Escobar no matara?) o la convicción (eso de "entregarle el país a las Farc") con la que Valencia trina de la rabia.

Hablando más largo y tendido, la homóloga de Paloma, María Fernanda Cabal, se fue a Medellín a un foro por el No convocado por su compañero de partido, el senador Juan Carlos Vélez. La retahíla que cacareó iba por el lado de la decepción que sentía de los generales, a quienes, de pronto, dijo, les pagaron una prima de la que no sabíamos y se les olvidó la doctrina bajo la que fueron formados. ¿La doctrina? Y ahí mismo, derechito y como si nada, explicó: "Es que el Ejército no está para ser damas rosadas, el Ejército es una fuerza letal de combate que entra a matar".

Después la Cabal trató de darle lindero a sus palabras: que no, que las habían tergiversado, que eso no era lo que ella quería decir. Igual siguió: "El Ejército es una fuerza de tarea letal de combate. Lo quieren convertir en una frase como si invitara a matar, pero resulta que está en su misión. ¿Qué tal el ejército norteamericano pidiendo permiso a Al Qaeda?".

¿Pidiendo permiso de qué? Y bueno, si leemos con detenimiento, María Fernanda dice que eso, lo de ser letales, está en su misión (a la usanza de una película gringa de acción). Uno puede incluso salirse de la Constitución e irse directo a la página del Ejército, donde se lee de sí mismo que: "conduce operaciones militares orientadas a defender la soberanía, la independencia y la integridad territorial, proteger a la población civil, los recursos privados y estatales para contribuir a generar un ambiente de paz, seguridad y desarrollo, que garantice el orden constitucional de la nación".

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Nada de un cuerpo de "tarea letal de combate". Y claro que esa misión, leída en un contexto tan colombiano como el de la guerra, se entiende de una forma particular: proteger a la población civil de la amenaza puede ser leído como una confrontación que deje muertos regados en el piso. ¿Pero y si no hay guerra? ¿Si la guerra deja de existir todo ese rollo de "generar un ambiente de paz" no cambia de inmediato?

La Corte Constitucional, en profusa jurisprudencia, habla también de cuánto es lo que un soldado "debe dar la vida por la patria". Lo condensa bien en la sentencia SU-200/97, donde uno puede leer lo siguiente: "Si el riesgo para la vida o la integridad no resulta imperioso o necesario, considerada la situación concreta, no ha de propiciarse su exigencia. El deber de arriesgar la vida no es absoluto".

No es una cuestión, entonces, de matar o morir. La Constitución es más bien clara, inequívoca en su artículo 217: "Las fuerzas militares tendrán como finalidad primordial la defensa de la soberanía, la independencia, la integridad del territorio nacional y del orden constitucional".

Territorio, defensa ante otros países, el orden jurídico. Más aterrizado, y para no volver esta una clase de citación de normas, le explicamos a la senadora que el Derecho Internacional Humanitario, acogido por Colombia, habla de la proporcionalidad y la distinción. Dicho en cristiano, que la fuerza (letal) es el último recurso en una confrontación.

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¿Cuento de hadas? Puede ser. Incluso, durante este medio siglo de guerra, los militares se han visto envueltos en excesos y escándalos que los han dejado muy mal parados ante la opinión pública. Alberto Lara Lozada ––convencido él, no nosotros, de la teoría de las manzanas podridas"–– dice esto en un artículo publicado en El Tiempo: "Se equivocan quienes piensan que las FF. AA. deben actuar como un grupo privado de seguridad, sin más ley que la del monte. Creo que quienes así piensan, han instigado, en desafortunados momentos, a algunos miembros de la fuerza pública a cometer delitos, buscando la protección de sus mezquinos intereses".

Estamos de acuerdo con parte de su postulado: ¿no deberíamos empezar a considerar un país donde el Ejército no se vea así, como una fuerza letal?

Finalmente, y para que no se le olvide, senadora, retomamos este tuit suyo del día de ayer, 20 de septiembre, para insistirle que no, que la sociedad no debe entender esa rara definición que usted da de Ejército. Es mucho más que eso. O mucho menos, depende de cómo uno lo vea.

Pero esto no, por si las moscas.