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Tecnología

Los orangutanes pueden elegir sus cócteles favoritos al igual que los humanos

Al emborrachar a los simios con jugos no alcoholicos, los científicos descubrieron que tienen la capacidad de tener pensamientos predictivos.

A los humanos les encanta pensar que son únicos. Y sin embargo cada año descubrimos que muchas de las actitudes que creíamos que eran patrimonio exclusivo de nuestra especie, existen en otras muchas y de maneras mucho más sofisticadas. Por ejemplo pensemos en la capacidad para anticipar el sabor de un cóctel.

Un grupo de investigadores suecos descubrió hace poco que uno de sus orangutanes, Naong, posee pensamiento predictivo que hasta ahora se creía que era patrimonio exclusivo del ser humano. Para demostrar su teoría, los investigadores solo tuvieron que ofrecerle a Naong un cóctel (no alcohólico) exclusivo para él en el zoo de Furuvik. A Naong se le ofrecieron vinagre de manzana y tres variedades distintas de zumos exprimidos: cereza, ruibarbo y limón.

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A Naong le faltó tiempo para recordar el distintivo sabor de cada bebida. Lo más sorprendente, en cualquier caso, es que Naong también podía anticipar si le gustaban las combinaciones que todavía no había probado.

En otras palabras, Naong ha demostrado ser el improbable recipiente de la llamada "previsión afectiva"; esto es la capacidad para anticipar el resultado de experiencias que no ha registrado jamás, gracias a la memoria de un entramado de situaciones vividas. Hasta ahora se creía que los animales solo son capaces de prever las consecuencias de los acontecimientos que habían experimentado previamente.

Sin embargo, Naong ha demostrado que no es así. Después de probar las cuatro bebidas sin ningún añadido Naong fue capaz de predecir qué mezclas preferiría antes de probarlas. Al menos eso es lo que han concluido los investigadores. Un barman se dedicó a mezclar las cuatro bebidas ante la curiosa mirada del orangután. Y antes de probar ninguna de las combinaciones, ya tenía claro cuál era la que quería llevarse a los labios. Y las que no.

Según cuenta Gabrilea-Alina Sauciuc, una de las científicas que trabajaron en el estudio, el orangután se mostró igual de solvente que otros 10 humanos estudiados a la hora de anticipar sus preferencias.

Naong eligió sus bebidas preferidas el 88 por ciento del tiempo que le fueron ofrecidas, durante tres rondas distintas. Para asegurarse de que elegía sus bebidas de acuerdo con el sabor de las mismas y no por su color, los investigadores decidieron mezclarlas sin que Naong les viera hacerlo. Incluso llegaron a emplear colorante para variar el aspecto de la bebida.

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Cada una de las veces el orangután eligió su bebida basándose en el gusto de la misma.

Estos inteligentes simios no son solo capaces de saber que el ruibarbo y la cereza combinan muy bien. Los investigadores han averiguado que los orangutanes son también carpinteros de lo más solventes y que, entre otras cosas, son capaces de fabricar sus propias camas en las copas de los árboles.

Estos hallazgos no deberían de ser una gran sorpresa, dado que los orangutanes comparten con nosotros el 96 por ciento de sus genes. Así lo demuestra un estudio elaborado por la organización conservacionista World Wide Fund for Nature (WWF).

Por desgracia, el tiempo para seguir aprendiendo de estos grandiosos simios escasea cada vez más. Los orangutanes proceden de dos especies distintas: el orangután de Sumatra y el de Borneo. Y ambos están peligrosamente amenazados. Según la WWF hace solo un siglo había una población de 230.000 orangutanes. Hoy se estima que la población mundial es de 80.000.

Una de las mayores causas de su declive es la pérdida de su hábitat natural, un desastre achacable al voraz apetito del hombre por el aceite de palma, un aditivo barato que se usa en toda clase de productos: desde los alimentos a los biocombustibles.

Muchas de las selvas indonesias de Sumatra y Borneo han sido deliberadamente calcinadas durante los últimos años para ser convertidas en plantaciones de aceite de palma. La deforestación ha dejado desprovistos de su hábitat natural a miles de estos enormes mamíferos.

Y, por si fuera poco, los intentos por preservar la existencia del orangután se han encontrado a menudo con consecuencias inesperadas.

A principios de este año los científicos descubrieron en Borneo que los orangutanes a los que se ha preservado en refugios exclusivos se habrían cruzado, lo que habría arrojado un "cóctel" genético completamente insospechado y que nada tiene que ver con el detectado en las poblaciones salvajes.

Es hora de beber un cóctel.