El monitoreo de animales enfermos podría ser la clave para prevenir el siguiente brote de Ébola

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El monitoreo de animales enfermos podría ser la clave para prevenir el siguiente brote de Ébola

Más del cincuenta por ciento de las enfermedades infecciosas emergentes se originan en los animales, incluyendo el síndrome respiratorio agudo y grave (SARS), la gripe aviar y el Ébola.

Más del cincuenta por ciento de las enfermedades infecciosas emergentes se originan en los animales, incluyendo el síndrome respiratorio agudo y grave (SARS), la gripe aviar y el Ébola. Pero los científicos creen que muchos brotes se pudieron detectar más temprano y tal vez evitarse por completo. El método, dicen, está en monitorear los nuevos virus antes de que se transmitan a los humanos, en otras palabras, en la naturaleza, cuando comenzaron a esparcirse entre los animales.

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En un nuevo estudio publicado en la revistaEcoHealth,los científicos analizan los brotes de enfermedades zoonóticas, aquellas que se transmiten de animales a personas, con el fin de ver si podrían haber sido detectados antes de que llegaran a los seres humanos.

"El hecho es que los patógenos no se ven a simple vista", le contó a ViCE Isabelle-Anne Bisson del Instituto de Biología de Conservación Smithsonian y autora del informe. "Una forma importante de descubrir nuevos virus es monitoreando a los animales enfermos o muertos".

A menudo los mismos patógenos que enferman a los seres humanos también evidencian síntomas visibles en los animales. Pero estos signos tempranos de alerta, como animales que sufren convulsiones, agresividad inusual, e incluso la muerte, son raramente monitoreados y reportados.

Usando la base de datos históricos y los informes periodísticos sobre brotes anteriores, el estudio examinó 143 virus zoonóticos que se produjeron entre 1940 y 2004. Mientras que el 75 por ciento de las enfermedades tenían síntomas que causan signos visuales en sus huéspedes animales, solo el 13 por ciento de las enfermedades fueron identificadas antes de que llegaran a los humanos, lo que significa una importante señal de advertencia de que un virus pronto podría infectar a los humanos fue pasada por alto. El estudio estima que a nivel mundial, se cree que los brotes de enfermedades zoonóticas han costado más de $20 mil millones en costos directos y $200 mil millones en costos indirectos entre 2000 y 2010.

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El estudio fue financiado a través del programa de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), que identifica las amenazas emergentes en las zonas más virales - la cuenca del Congo, la cuenca del Amazonas, China y Asia del Sur - los muestreos de animales vivos y la creación de bases de datos de virus. El estudio de Bisson fue el encargado de completar el programa para explorar la eficacia del monitoreo de los animales enfermos y muertos, una área que ha sido pasada por alto previamente por los que estudian patógenos emergentes.

"El muestreo de animales vivos es fundamental, pero es caro", dijo Bisson a VICE. "Se necesita una gran cantidad de personas altamente capacitadas. Mientras se supervisa los animales enfermos y muertos, puedes hacer que los ciudadanos se involucren - agricultores, cazadores, guardabosques - personas que interactúan con estos animales todos los días".

Bisson y su equipo probaron su teoría en Uganda, donde a los guardaparques del Queen Elizabeth Conservation Center se le entregaban teléfonos celulares y un simple programa de recolección de datos. Se les pidió registrar información sobre los animales enfermos o muertos que encontraban durante sus patrullas diarias, cosas como dónde se encontraba el animal y qué tipo de síntomas mostraba. Después la información se transfería directamente a la gerencia, donde se analizaron los datos en busca de pautas significativas.

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"Hemos identificado dos enfermedades que utilizan estas técnicas", dijo Bisson a VICE. No quiso revelar cuáles, pero planea lanzar sus hallazgos en otro estudio. Sin embargo, en ambos casos, dijo, la identificación temprana resultó fundamental para detener el virus en su paso. "Al final eran fáciles de tratar, pero demostraron que el monitoreo de los animales enfermos y muertos, en su hábitat, puede funcionar".

Los guardaparques sirvieron para observar los animales en su hábitat natural. Pero los ciudadanos pueden ayudar a identificar los patógenos emergentes también. En Pensilvania, los funcionarios de salud la pública se dieron cuenta que los mosquitos infectados con el virus del Nilo Occidental no solo estaban pasando la enfermedad a las personas, sino también a las aves. La enfermedad causa la inflamación del cerebro y puede ser fatal si no se trata. Los cuervos parecían ser particularmente susceptibles a la enfermedad. El Estado creó un sitio web y una campaña de educación, alentando a las personas a reportar cuervos muertos cada vez que los vieran.

El Departamento de Salud del Estado de Nueva York dio un paso más allá creando una "línea directa para alertar acerca de los pájaros muertos". Haciendo el seguimiento de la cantidad de cuervos muertos, funcionarios de salud pública fueron capaces de determinar si el virus del Nilo Occidental representaba un riesgo significativo para la salud de la población local y tomar las medidas preventivas adecuadas.

Pero vigilar los signos y síntomas en los animales no es una solución perfecta. No todas las enfermedades que pueden resultar fatales en los humanos muestran síntomas en los animales. Como por ejemplo el H7N9, el último brote de gripe aviar. Según la Organización Mundial de la Salud, a partir de octubre, el virus había infectado a 453 personas, matando a 175 de ellos, sobre todo en China.

Pero el H7N9 es prácticamente asintomático en las aves domésticas de la que se origina la enfermedad. Si bien es el anfitrión original aún no se ha identificado, los científicos especulan que el virus probablemente saltó a los seres humanos en los mercados de comida donde se vendían las aves. Afortunadamente, la enfermedad no parece transmitirse fácilmente entre humanos y parece poco probable un brote pandémico.

La identificación de los patógenos potenciales antes de que se conviertan en brotes es un oficio arduo. La Organización Mundial de la Salud dice que al menos 6.000 personas han muerto por el brote del Ébola. Las pérdidas económicas por la enfermedad, a finales de 2015, podrían ascender hasta los $ 32.600.000.000 de dólares, según el Banco Mundial. Programas de monitoreo preventivo, aunque complejos, podrían salvar dinero y vidas.

"Los animales enfermos y muertos son nuestra primera pista", dijo Bisson a VICE. "Y tenemos que prestar atención a esto e identificar agentes patógenos antes de que lleguen a los humanos, no después".