Photo courtesy of Michael Nicholson
Publicidad
Relacionados: Cómo los bancos se apoderaron de la educación superior
Estudié durante 55 años seguidos. Me gustaba hacerlo y obtuve títulos, así que en ese sentido fue productivo. Me acostumbré a la academia y quise continuar ahí todo el tiempo que fuera posible. Entre más aprendía, más quería saber. Me encantaría estar en clase ahora mismo. Pero hace un par de años me pidieron que parara. Rl doctor me dijo: "Estás envejeciendo". Supongo que tengo que aceptar eso.
Publicidad
Publicidad
Relacionados: Todas las cosas que aprendes en la universidad y que nunca te enseñan los maestros
No me llevaba mucho con mi compañero de habitación. Era muy expresivo, emotivo, y yo siempre he sido una persona callada. Él, en cambio, siempre tenía algo qué decir. Pero la verdad es que también me enseñó muchas cosas buenas. Llegó al seminario dos años antes que yo, así que me regaló algunos de sus libros y me prestó algunas tareas viejas. No peleen con sus compañeros de cuarto si no les agradan; probablemente tienen algo que enseñarles.Es increíble todo lo que se puede aprender cuando uno permanece en silencio. La mayoría de gente siempre quiere hablar. Si uno escucha a las personas, realmente ponen atención. Luego uno les hace preguntas. No intento contarle a la gente todo lo que sé, porque, de todas formas, a menudo los otros saben más que yo.Uno puede aprender más rápido de otros estudiantes cuando está en un salón de clase; puede acceder a su perspectiva sobre las cosas. Averigüen de dónde son, cuál es su historia y qué le pueden aportar a la clase. Así el profesor también puede hablar de sus experiencias, en vez de simplemente mostrar sus notas en la computadora.Después de todo, esa es la idea de la universidad. Sí, conseguir un trabajo, pero también ampliar los horizontes, expandir la visión de mundo. Uno aprende lo que está pasando en el planeta. ¿Cómo se originó la Tierra? ¿A dónde nos dirigimos? ¿Cómo se relacionan las personas aquí?
Publicidad
Relacionados: "Un caso sin precedentes": UP confirma plagio en la tesis de Peña Nieto
Concluí mi trabajo con una presentación de mi perspectiva sobre lo que pasó con Kennedy, y de cómo su asesino encontró a Cristo en la cárcel. Mi supervisor lo firmó. Él fue uno de los cuatro doctores que también lo firmaron, incluso cuando no compartían mi visión. Lo logré porque mi caso fue convincente, fue un caso con el que no pudieron estar en desacuerdo. De modo que así es como lidié con los profesores.No estoy endeudado. Empecé a repartir el periódico de Detroit a los 11 años, y mantuve esa ruta por 11 años más, durante mi tiempo en la universidad. Así sobreviví los primeros cuatro años: repartiendo periódicos los siete días de la semana. Claro, en ese momento la universidad no costaba todo lo que cuesta hoy en día. Pero matricularme nunca ha sido un problema. He trabajado como profesor varias veces, y me dediqué a poner multas de estacionamiento por 11 años. Todo el tiempo que estuve trabajando, también estudié.Sé que la deuda promedio de un estudiante en Estados Unidos es de 30,000 dólares tras cuatro años de universidad. ¿Vale la pena? No lo sé. Le temo a las deudas. No me gusta deberle nada a nadie, porque esa persona adquiere el poder sobre uno. Pero no sé qué más puedan hacer ustedes, porque ya no se consiguen los trabajos de antes. Trabajé en una fábrica durante un par de veranos, pero ya no existe ese tipo de empleos. El verano que trabajé en Chrysler, simplemente entré y dije que quería trabajar. Pero eran los sesenta. Si uno ahora quisiera esos empleos, tendría que irse a China o algo así.Seguiría yendo a la universidad si mi condición física me lo permitiera. Así que ese es mi consejo: sigan estudiando. Sigan estudiando por todo el tiempo que puedan.Como se lo relató a Emma Collins. Síguela en Twitter.