Claudia Fontes, The Horse Problem. Imágenes cortesía de la artista.
Congeladas en el tiempo, 400 rocas se lanzan hacia una mujer y un caballo en la instalación de Claudia Fontes en la Bienal de Venecia, The Horse Problem (El problema caballo). Colonialismo, guerra, derechos de los animales, y feminismo están envueltos en un momento que la artista argentina captura con resina de polvo de mármol blanco.El centro de la acción es una mujer que acaricia el hocico de un caballo. A centímetros de distancia, las rocas cuelgan del techo proyectando una sombra que refleja la silueta del caballo. Cerca, un niño, aparentemente ajeno al caballo y a la mujer, está agachado contemplando una sola roca. Toda la pieza es una metáfora para los problemas confrontando la política internacional, o, como Fontes lo describe, "nuestra crisis".
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Para establecer la instalación, Fontes utilizó los personajes de la primera obra de arte comisionada para representar a Argentina en el extranjero, la pintura de Ángel Della Valle, La Vuelta del Malón. La pintura representa una imagen de guerra, con indígenas argentinos transportando a una mujer captiva en un caballo, pasando por un campo de batalla. Fontes convierte los personajes pasivos en la pintura, la mujer y el caballo, en el centro de atención en su pieza. Los guerreros parecen estar encapsulados por el niño que está con la piedra, "preguntándose qué hacer con esto".Fontes instaló The Horse Problem en la Sala d'Armi como una representación de la relación entre la mujer y el caballo. La ex fábrica de cañones, probablemente construida con caballos, armaba barcos hechos en el Arsenal de Venecia durante el colonialismo europeo. Confrontada con la historia de su espacio de exhibición, Fontes aborda el desafío que está "destinada para 'representar' una 'nación', en un momento en la historia cuando las naciones se están colapsando". Esto, en pocas palabras, es The Horse Problem.
Pero la representación de Fontes no es pesimista. La figura de la mujer parece frágil al lado del conjunto de pezuñas y músculos abultados, pero observándola de cerca, puedes ver que su cuerpo es un soporte para sostener al caballo. "El peso de la mujer está contrarrestando el del caballo, física y simbólicamente", Fontes cuenta a Creators. "El caballo no está recargado en la mujer, sino buscando, literalmente, por apoyo, mientras está atrapado en el edificio, y en la situación en la que se encuentra. Ella trata de calmar al caballo y sostener, con su mano, no sólo al caballo, sino a toda la escena".
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Caballo, mujer, hombre, y rocas son parte de la misma instalación, y todos están hechos del mismo polvo. La instalación de Fontes narra su visión del problema, pero es el espectador quien pensará en su propia solución.
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