Daniel, Me estás matando​ boleroglam
Foto cortesía de Daniel, Me estás matando

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Música

Daniel, me estás matando: El dúo que musicaliza suspiros con su boleroglam

Platicamos con este par de Ciudad de México sobre su música, que demuestra que el amor existe.

Gabriel García Márquez alguna vez dijo que, “un bolero puede hacer que los enamorados se quieran más y a mí me basta para querer hacer un bolero. Lograr que los enamorados se quieran más, aunque sea un momentico, es culturalmente importante, y si es culturalmente importante es revolucionario”.

Con semejante super poder, no debe ser nada fácil incursionar y tratar de innovar en un género en el que pareciera estar todo inventado. Pero eso poco le importó a Daniel Zepeda e Iván De la Rioja cuando, a comienzos del 2018, empezaron a juntarse para hacer canciones con la única intención de divertirse y terminaron mezclando el bolero con sonidos digitales y sintetizadores para crear algo nuevo, un estilo al que les dio por llamar boleroglam.

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Iván, un talentoso multinstrumentista, y Daniel, un baterista formado en el mundo del jazz, compartían su pasión no solo por el bolero sino por la música romántica en general, por lo que a la hora de sentarse a componer las canciones de Daniel, me estas matando salieron sus referencias por el sonido de los tríos antiguos como Los Panchos, Los Tres Ases y Los Tres Diamantes, y de la canción romántica de Los Ángeles Negros y José José.

Lo que jamás se imaginaron es que poco más de un año después acumularían millones de reproducciones en Spotify, que contarían con una cada vez más nutrida cantidad de jóvenes seguidores y que su primer disco, que contará con las colaboraciones de Alex Ferreira, Marco Mares, Silvana Estrada y David Aguilar, estuviera a punto de ver la luz..

Un gran repertorio de canciones románticas de esas que hacen palpitar corazones, un sonido con color de vinilo y frecuencia AM y una propuesta estética llena de humor, que evoca el espíritu del cine de oro mexicano, son los ingredientes del imaginario de Daniel, me estás matando.

Nos encontramos con Daniel e Iván en uno de los locales de la cadena de cafés con el lago de la sirena para conocer más a fondo la historia de los padres del boleroglam. Daniel pidió su café bajo el nombre de Rodrigo, que según nos explicó es “el que pide café en Starbucks. Odio que sepan mi nombre, no me vayan a reconocer”. Esta fue nuestra conversación con Daniel, me estas matando.

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NOISEY: ¿Cómo se conocieron?
Daniel: Éramos rivales amorosos.

Iván: ¡Ja Ja Ja! En realidad teníamos una amiga en común que se llama Tania Matus a la que Daniel le estaba produciendo el disco. Yo estaba viviendo en Cancún y cuando regresé a DF, ella me llamó para tocar en su banda. Con ella estaba tocando Daniel y ahí nos conocimos. Luego nos empezamos a juntar para hacer jingles de publicidad y cuando empezamos a producir de forma tan rápida, me quedó claro que nos complementábamos mucho en cuestión de referencias. Teníamos muchas referencias muy parecidas y al mismo tiempo había unas que él no tenía y yo tenía muy bien, o viceversa.

Daniel: Dejamos de trabajar con Tania y haciendo jingles nos dimos cuenta que trabajábamos bien rápido y nos entendíamos mucho, porque a la hora de hacer cosas somos buenos para despejarnos de nuestro ego. Tenemos la cualidad de ir en pro de la música, independientemente de quién sea la idea.

¿Cuándo empezó Daniel, me estás matando?
Daniel: Lo que pasó es que yo soy baterista pero me gusta hacerle a la mamada. Yo quería sacar un disco solo de batería y voz, y medio que lo estaba logrando conceptualmente pero tocaba covers.

Iván: Yo te conocí así en YouTube. La primera vez que supe de Daniel fue cuando vi el cover que subió de "Black Dog" de Led Zepellin y luego el de "Wanna be Startin’ Somethin’" de Michael Jackson.

Daniel: Era muy experimental. Hacía la melodía con los tambores apretándolos cada vez más hasta que pareciera la melodía. Yo tenía la inquietud de hacer lo mismo pero con canciones originales; y a la hora de hacer canciones, es cuando realmente sale la influencia y empiezas a ser tú mismo. Ahí salieron José José, Los Panchos y Jose Alfredo Jiménez, no por una cuestión de quererse parecer sino que dije, “¡Es que esto fluye cabrón! Y es lo que le queda a mi voz”. Hice un par de canciones, le pedí a Iván que me ayudara y él me dijo “¡Órale! ¡Va! ¿cómo las quieres?”, y salieron las referencias de Iván: “Deberíamos de usar a Drake, deberíamos meterle cositas de José José pero la parte más electrónica”. Luego también llegó él, “Oye, hice esta canción”, y también era un bolero. Empezamos a acumular canciones hasta que se hizo el disco.

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Iván: Realmente no teníamos ninguna expectativa de nada. Ni siquiera cuando nos juntamos a producir las canciones estábamos seguros de cómo iban a sonar. La primera que produjimos fue "¿Qué se siente que me gustes tanto?", que es un bolero y al final le terminamos metiendo un beat que escuchamos en una canción de trap, sintetizadores viejos como de Los Ángeles Negros y coros impostados como lo hacían Los Panchos. Como que son una lluvia de referencias de lo que hemos escuchado los dos y creo que así se ve reflejado.

¿Les ha sorprendido la aceptación que han tenido el primer año?
Daniel: ¡Está increíble! Cuando empezamos mucho no había ninguna expectativa.

Ivan: No pensamos que fuera a pasar nada, solo nos la estábamos pasando bien haciendo canciones. Estamos muy felices y agradecidos, sobre todo porque nos sigue mucha gente joven. Nosotros jamás pensamos que eso iba a pasar. Al principio nuestros papás y personas cercanas nos decían, “¿Quién va a escuchar esto?", "Mi abuelita será porque nadie más escucha boleros”. Y resulta que la mayoría de nuestro público son personas muy jóvenes.

¿Y cuál era su relación previa con el bolero?
Daniel: Mi abuela cantaba boleros de joven y mi abuelo tiene un disco de pura trova yucateca; entonces la música de ambos me la sé de memoria. Cuando empecé a tocar la batería, mis primeros shows a los 12 o 13 años los hice con mi abuela que cantaba chachachá y boleros, desde allí medio fui entendiendo que de ahí vengo. Cuando empezamos el proyecto, le digo a Iván, “Hay que hacer que este pedo suene así”, le enseño el disco de mi abuelo y me dijo, “Va, pero no tan así. Vamos a meterle su microchord y su cajita de ritmos a ver qué tal”. Empezamos a complementarnos y luego nos fuimos en un viaje por carretera escuchando música y nos dimos cuenta que neta nos sabemos todas las canciones de José José, por lo menos las más importantes.

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Iván: Fue sorprendente porque fueron tres horas de camino de un playlist gigante de José José y nos dimos cuenta que conocíamos todas sus canciones; entonces fue una revelación. Yo siempre había escuchado el bolero desde chiquito y me encanta José José. Es mi ídolo máximo, mi cantante favorito y es lo máximo para mí. Es algo que siempre he escuchado y ha estado ahí: si estoy triste pongo José José y cuando pongo algo que quiero que realmente me llegue escucho bolero. Escucho mucho Los Ángeles Negros, me gusta mucho Álvaro Carrillo. Como que el bolero triste me vuelve loco.

Daniel: Yo escuché muchos boleros en mi adolescencia, en la época en que podías bajar lo que quisieras de Napster. En esa época me comprometí a la investigación no solo del bolero, sino de la música romántica. Me comprometí a escuchar a Jose Luis Perales, Pepe Aguilar, Los Panchos, José José… lo hacía por hacerme el raro pero la verdad es que me gustaba mucho. Pasaba horas en la compu escuchando música romántica. Siento que ese pedo de bajar música ayudó a esa generación de la gente que escucha de todo. Antes la gente escuchaba rock y compraba puros discos de rock, si quería escuchar bolero lo tenía que escuchar su mamá porque no se iban a comprar un disco de bolero. Luego la descarga empezó a ser tan sencilla que la gente se volvió como coleccionistas de música de muchos géneros. Me acuerdo que yo empecé a bajar Tiempo de Vals de Chayanne y yo nunca en mi vida me iba a comprar un disco de Chayanne, pero ¿qué tal que si hoy bajo una canción gratis de Chayanne? Entonces me empecé a bajar de todo.

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De repente pasaron los años, yo empecé a tocar jazz, transcribí mucho swing, estuve clavado mucho tiempo en bandas de fusión, produje pop, empezamos a hacer música de los comerciales, de telenovelas, alguna vez tuve una banda de pop, y en un momento fue como que me dije, “Yo no soy eso”. Todo eso es una influencia, sí me sirvió de escuela pero me voy a aferrar a lo que es mío, porque no solo es mío sino que me senté muchas horas de mi vida a investigar de qué se trata eso.

¿Qué es para ustedes el bolero?
Daniel: Así muy por encima, para mí el bolero es un estilo porque hay muchas formas, estructuras y temas a la hora de hablar. Siento que tiene mucho que ver con el estilo de armonización y de melodía, casi siempre son canciones que tienen que ver con el amor y no profundizaría más porque me contradiría.

Ivan: Para mí el bolero es una generalidad de la canción latinoamericana. Hay muchos tipos de canción latinoamericana pero al final el bolero es la forma más sencilla de cantarle a lo que sea, a lo que esta pasando en el día a día. Es muy urbano, las canciones casi siempre son de amor y desamor, pero se filtran por ahí temas políticos y se ve embarrado de otras cosas.

Daniel: La única constante que yo veo en el bolero que si la quitas y dejas todo lo demás no hay bolero, es el ritmo. Tiene luego sus variaciones y su desarrollo pero siento que sale también de una cuestión percutiva que viene del son.

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Hay hoy una generación de músicos que tienen de 30 años para abajo que se están acercando al bolero. También pasa con el público, por ejemplo los conciertos de Daniel, me estás matando están llenos de chicos muy jóvenes. ¿Por qué creen que pasa esto?
Daniel: Ahorita la música y el mundo en general están tan globalizados que la música de raíz es bien valiosa y como que te genera sentimientos más profundos.

Iván: Creo que cuando Natalia Lafourcade sacó su disco homenaje a Agustín Lara fue como un, “¡Ah! Tal vez podríamos revisar nuestra historia musical”. Creo que tiene mucho valor aceptar de donde vienes porque es parte de aceptar lo que eres. Esa música es algo con lo que has crecido, no puedes decir que eres latinoamericano y que no te gusta una cumbia, ¡Eso es prácticamente imposible porque creces con ella! O sea, desde Argentina hasta Mexico hay cumbias de diferentes tipos y de diferentes formas. Creo que todo esto nace de la necesidad de una identidad fuerte, de sentirme “parte de” y aceptar las cosas de donde salí.

¿Y que es el bolero glam?
Iván: Un día estábamos platicando acerca de como se generan nuevas cosas y nuevas corrientes en México y hablábamos de como Fobia y Moderatto tomaban las cosas con mucho humor y al final de cuentas acabaron siendo proyectos consolidados. Nosotros en esa plática nos preguntamos, “¿Cuál es el género que más nos gusta? Pues el bolero. ¡Hagamos entonces una banda de bolero glam!”, pero pensando en que no fuera una cosa tan solemne como de “Nosotros queremos rescatar la música”, ni nada de eso. Simplemente queríamos pasárnosla bien y que fuera divertido.

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Daniel: Yo cuando tocaba jazz tenía la inquietud de hacer una banda de “glam jazz”, pero el jazz es muy intelectual y se lo toman muy en serio: si no tienes el lenguaje tradicional de Charlie Parker eres un idiota. No vale meterle más cosas porque ya no suena a jazz, entonces siento que hay muchas limitantes o mucho policía calificando tu arte. Para mí el “glam jazz” era como que por fin una banda de jazz se iba a vestir bien y se la iba a pasar bien en el escenario, luego me cansé de tocar jazz y entonces dije, “Ahora quiero una banda donde nos vistamos chido y donde nos la pasemos bien”, y empezamos a hacer canciones con nuestras influencias de José José y los boleros tratando al mismo tiempo de ser divertidos, porque a parte somos así: todo el tiempo hacemos bromas, nos cagamos de risa y nos la pasamos bien.

Se ve que es fundamental el humor para Daniel, me estás matando.
Daniel: Esta es una banda donde nos la pasamos bien y cuidamos el aspecto visual. Yo personalmente soy muy girlie y pues nos vestimos de rosa o de flores e Iván es muy empático en ese sentido porque le digo, “¿Y qué tal si ahora salimos en pañales?”, y siempre dice “¡Sí! ¡A huevo! ¡Estaría increíble!”. Entonces básicamente Daniel, me estás matando es una banda que se compromete con sus estupideces.

Iván: Hay una influencia muy fuerte de las películas del cine de oro mexicano, del dramón de Pedro Infante y estas cosas que ahora las ves y te puede dar risa porque es un drama tan exagerado que puede ser chistoso. Después de ahí fue, “Vamos a uniformarnos”, “Vamos a ponernos este saco de mujer. Hay que ponerle botón y que sea de hombre”. Tratamos de ir contra la corriente y ser revolucionarios.

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Daniel: Creo que nuestra conexión está muy chida. Cada decisión que tomamos, cada dinámica en redes sociales, cada vestuario o cada sonidito, va acompañada de un “¡Ja Ja Ja! ¡Estaría cagadísimo! ¡Vamos a hacerlo!”, y después nos comprometemos hasta el punto de que nos lo tomamos en serio.

Es muy llamativa la estética de Daniel, me estás matando. Está muy presente en la gráfica de los singles, los videos y hasta sus vestuarios.
Daniel: Nosotros somos partidarios de que la gente ve más de lo que escucha; entonces cada vez que hemos sacado algo, lo hemos hecho pensando no solamente en cómo se va a oír sino cómo se va a ver. Como que cada cosa que hemos hecho la relacionamos con una referencia visual y auditiva; entonces, no sé Iván, pero yo a la hora de componer una canción trato de que se parezca a cierta canción. “Esta que se parezca a Manuel Alejandro”, que le componía a José José. O nos decimos, “Oye, ¿y si sacamos un bolero?", "Va, pero entonces nos vamos a vestir como La Sonora Santanera". "¿Y si hacemos una cumbia?", "¡Órale! Pero nos vamos a vestir como Juan Gabriel o como se vestirían los Acosta”.

¿Qué nos pueden adelantar sobre el disco?
Daniel: El disco sale en abril, primero Dios. Son como 14 canciones, pero la neta es que lo acabamos, metemos, sacamos canciones, metemos interludios, no hemos hecho el conteo total. Tratamos de hacer una historiecita donde hay una intro que te dice más o menos de qué va, llega la segunda canción y es un bolero con coros impostados. Un disco que se va desarrollando hasta que una de las canciones de repente se va al hip hop y aterriza en otro pedo que se parece más a Radiohead.

El último track que grabamos fue el ultimo track del disco, que al final fue una cuestión como de tratarlo de redondear conceptualmente. Pensábamos que fuera como el desfile de Disney, que al final salen todos los muñequitos que viste en el parque saludándote. Igual acá como que en el último track del disco hace alusión a algunas otras referencias del mismo disco, como de “Ya se despidió. Bye”.

Iván: En general tratamos de ser cinematográficos en el desarrollo del disco, que fuera como un viaje de alguna forma y que sea como un paseo de las cosas que queremos englobar en el proyecto. Lo produjimos nosotros, realmente nosotros estamos medio comprometidos y aferrados a hacerlo todo nosotros dos y a colaborar con amigos. Nos hemos estado topando y juntando con gente que colabora con nosotros y ha sido muy bonito. Hemos tratado de solucionar todo nosotros y con nuestros amigos, desde la amistad

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