Los momentazos que nos ha dejado el proceso de exhumación de Franco

La derrota, como todas las cosas jodidas de esta vida y como el payaso de IT, se manifiesta y materializa en diversas formas: el olvido, el rencor o la resignación a que los vencedores se adueñen del relato.

De todas ellas, probablemente la más poderosas sea la risa. Porque que alguien se ría de otro alguien o de algo que en su momento le hizo daño suele significar que por fin lo ha superado, que ya no escuece tanto. Suele significar que ha sido capaz de sobreponerse y que la ecuación de la que hablaba Woody Allen (tragedia+tiempo=comedia) se ha materializado y ha proclamado un nuevo ganador simbólico: el que se ríe porque ya no sufre. O porque, al menos, ya no tiene miedo.

Para muchos de nosotros la exhumación del dictador del Valle de los Caídos significará, cuando se produzca-los trámites para llevarla a cabo se pondrán en marcha en el Consejo de Ministros del viernes- tres cosas: un triunfo para la débil y simulada democracia española que llega tarde, una maniobra partidista del PSOE, que probablemente la haga coincidir con-¡vaya casualidad!-, la Diada y por último y no por ello menos importante, un pozo sin fondo de memes.

A veces me dan ganas de explicárselo así a mi abuelo: "Abuelo, que al final ganamos un poco, que tenemos los memes. ¿Ves cómo le han pintado coloretes a Franco y la bandera LGTB de fondo?" Luego miro su vaso verde, que es el único recuerdo que le queda de su padre, preso franquista condenado al exilio, y me pongo seria. Después abro Twitter y vuelvo a convencerme de que todas esas coñas son la manifestación última aunque seguramente más banal de que de alguna forma vencimos, a no ser que entre medias me encuentre con alguna referencia a la Casa Real que me haga salir de mi error.

Sea como sea, el caso es que lo de Franco nos ha dado algunos momentos para el recuerdo, momentos de un surrealismo sublime, de un fascismo tan trasnochado y evidente que, más que miedo, da risa. He aquí algunos de ellos.

Ese domingo 15 de julio en el que un puñado de patriotas decidieron sacar sus mejores galas y conducir hasta El Valle de los Caídos para protestar por lo de la momia. De paso y probablemente sin pretenderlo dieron lugar a una suerte de Facha Fashion Week que hacía que muchos nos preguntáramos cómo era posible que esos símbolos pudieran exhibirse en democracia y nos consoláramos riéndonos del absurdo al no encontrar respuesta.

No faltaba ni uno: la chica/señora (que ya en sí es un concepto facha) con pulsera de Tous, el emprendedor cuya palabra favorita es "dinámico", la señora con la tez demasiado morena y el pelo demasiado rubio que no superaría el Pantone de la raza aria, el niño facha que despierta pronto a su padre para gritar consignas fachas en vez de para ver los dibujos juntos… A todos ellos los reunimos en este artículo de fotos, en el que evaluamos sus actitudes franquistas y sus outfits franquistas con franquismopuntos.

Y las pollas que le pintaron a los carteles de "El Valle no se toca", y lo que dieron de sí en Twitter los carteles de "El Valle no se toca". En ciudades como Madrid, Alcalá de Henares o Zaragoza, los de "con Franco esto no pasaba" decidieron empapelar algunos enclaves de la masonería y el izquierdismo (a saber, sedes de Podemos y el PSOE o distintos sindicatos) para defender lo suyo. Y la gente respondió con mucha creatividad y empleando, de nuevo, el humor como arma.

Doña Pilar Gutiérrez es una señora muy franquista y mucho franquista, además de la portavoz del Movimiento por España, una agrupación de "ciudadanos de a pie reunidos por medio de las redes sociales para recuperar la España que nos legaron nuestros mayores y que está siendo destruida a conciencia desde hace 40 años" según reza su página web.

En los últimos días, Pilar ha sido la protagonista de momentos televisivos estelares que permanecerán en el recuerdo colectivo, como la acusación a Cristina Fallarás de estar poseída por el demonio y de ser una psicópata o la valiente afirmación en antena de que Franco se preocupó de darles a sus enemigos una más que digna sepultura.

María Severiano, una de sus compañeras del Movimiento por España se afanó, por su parte, en informar a los homosexuales de que los amaba pero iban a ir al infierno, todo ello mientras sostenía la imagen de una Virgen, seguramente para protegerse del vicio y el pecado que campa a sus anchas por un país, el nuestro, dominado "la apostasía y la herejía" en sus propias palabras.

"Si Franco levantara la cabeza me lo follaba", reza la descripción de Twitter de Señora Franquista, un personaje con más de 80.000 seguidores que ha cobrado más actualidad que nunca en los últimos meses. Pero a veces la realidad supera a la ficción, y esta señora con collar de perlas nacida en las redes no le llega ni a la suela del zapato a Doña Pilar o a Doña María. Por mucho que lo intente.

El anuncio de la puesta en marcha de la exhumación de Franco coincidió, de manera casi mesiánica, con la crisis del PP. 82 años después del comienzo de la Guerra Civil y 43 de la muerte de Franco se hablaba, por fin en serio, de retirar a la momia de la que a día de hoy es la mayor fosa común de España, con más de 33.800 cadáveres.

En medio de una puja de poder entre los evidentemente fachas (los de Casado) y los menos evidentemente fachas pero también fachas (los de Soraya), los líderes del Partido Popular tuvieron que posicionarse. Y, sorpresa, tampoco estaban tan en desacuerdo en este asunto: ambos apostaban por el futuro. "Hay que mirar al futuro. Sin revisionismos ni comisiones de la verdad. Se puede hacer política sin necesidad de abrir costuras y volver a enfrentar a las dos Españas", declaró el uno. La otra dijo que a ella le gustaba trabajar para sus hijos en lugar de para sus nietos, así que lo de las pensiones tendría sentido (esto no lo dijo, pero todo cuadra).

Que el asombroso parecido de Pablo Casado y Albert Rivera no se queda en el físico era algo que veníamos tiempo sospechando, y las declaraciones del líder de Ciudadanos respecto a la exhumación de Franco han venido a confirmarlo.

Rivera también cree que es mejor no echar la vista atrás, que "no hay que boxear con los fantasmas del pasado". Gerardo Tecé ya nos contó que el sueño húmedo de Aznar se hace cada vez más patente. Pero nosotros, nosotros tenemos los memes, que aunque no sean suficientes, sí son necesarios. Ojalá poder explicárselo a mi abuelo.