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La visita del Papa Francisco a Chile resulta turbulenta

La estancia de Bergoglio en este país se ha desarrollado en medio de manifestaciones a favor y en contra, e incluso durante su recorrido en el 'papamóvil' un video captó el momento en el que un objeto le golpea.

La visita del Papa Francisco a Chile ha resultado algo turbulenta, al desarrollarse en medio de manifestaciones a favor y con contra de la Iglesia Católica, e incluso en uno de los recorridos del Sumo Pontífice se produjo un incidente se que viralizó en redes a través de un video.

Mientras el Papa realizaba su recorrido este martes en el 'papamóvil' hacia el parque O'Higgins para celebrar una misa en Santiago de Chile, un video captó el momento en que un objeto, que parece ser una toalla, le golpea entre el cuello y el hombro.

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Bergoglio parece no dar importancia a este gesto, pero lo cierto es que ha habido varios incidentes que han marcado su visita a este país, como incendios en iglesias y diversas protestas.

El miércoles, el Papa Francisco abogó por la unidad y una mayor inclusión de los postergados pueblos originarios de Chile en una misa masiva en Temuco, capital de la región más pobre y corazón de un largo conflicto entre indígenas y el Estado.

Desde un terreno reclamado como ancestral por la etnia mapuche y que también fue ocupado como centro de torturas durante la dictadura de Augusto Pinochet, el Sumo Pontífice pidió más tolerancia para preservar la riqueza de cada pueblo.

“La unidad que nuestros pueblos necesitan reclama que nos escuchemos, pero principalmente que nos reconozcamos (…) nos necesitamos desde nuestras diferencias”, dijo el Pontífice, quien saludó a los fieles en lengua mapudungun con la frase “Mari Mari, Küme tünngün ta niemün” (Buenos días, la paz esté con ustedes).


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En la antesala de la llegada de Francisco a la región, se registraron incendios en dos iglesias que la policía investiga como presuntos ataques, los que se suman a otros en las jornadas previas en que se encontraron manifiestos en contra de la visita papal.

También tres helicópteros de una empresa forestal fueron quemados en otra zona del sur del país y un policía resultó herido con perdigones en un enfrentamiento con grupos desconocidos cuando resguardaba una hacienda.

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El conflicto ha escalado en los últimos años en la región de La Araucanía, donde grupos mapuches demandan a empresarios madereros que devuelvan territorios ancestrales y al Estado, que avance en el traspaso de tierras a los pueblos originarios.

“Es imprescindible defender que una cultura del reconocimiento mutuo no puede construirse en base a la violencia y destrucción que termina cobrándose vidas humanas”, dijo Francisco.

Unos 600.000 mapuches viven en Chile, principalmente en la Araucanía y Biobío, sectores empobrecidos situados a más de 500 kilómetros al sur de Santiago que durante siglos fueron el límite del imperio español en Sudamérica.

Famosos por ser guerreros, los mapuches mantuvieron a raya a los conquistadores y sólo fueron derrotados por el Ejército chileno entre 1860 y 1870. Las relaciones con el Estado han sido difíciles desde entonces.

Sentimientos encontrados

La policía desplegó un inusual anillo de seguridad en Temuco con más de 4.000 efectivos, lo que generó sentimientos encontrados entre algunas comunidades mapuche de la zona.

“A nuestro juicio la visita no representa ningún beneficio (…) Antes venían con la Biblia y la espada; ahora vienen con la Biblia y el fusil. Esto es un campamento de guerra”, dijo Daniel Ancavil, líder del Consejo Mapuche Maquehue, en referencia al amplio operativo.

El líder de la Iglesia Católica, que llegó al país el lunes y permanecerá hasta el jueves, viajó temprano en avión a Temuco y luego arribó en 'papamóvil' a la base aérea de Maquehue, ocupada en el pasado como centro de detención y donde el miércoles lo esperaban unos 200.000 asistentes, menos de lo previsto.

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“Esta celebración la ofrecemos por todos los que sufrieron y murieron, y por los que cada día llevan sobre sus espaldas el peso de tantas injusticias”, dijo el Sumo Pontífice, quien fue recibido en la ceremonia por mapuches.


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A la misa del Papa, nacido en Argentina como Jorge Bergoglio y que vivió cerca de un año en Chile de joven, asistió el obispo Juan Barros, acusado de proteger al sacerdote Fernando Karadima a quien el Vaticano encontró culpable de abusos contra menores.

Además de los fieles chilenos, la sureña región recibió a miles de argentinos provenientes de ciudades tan lejanas como Río Grande, a unos 2.500 kilómetros de distancia.

Desde que asumió el pontificado, el Papa no ha visitado su país, en contraste con Juan Pablo II, que fue con frecuencia Polonia, y con Benedicto XVI, que inició su periodo con una gira a Alemania. Los fieles argentinos sienten que esta es una ocasión imperdible para acompañar a su compatriota.

“Me intriga que no se hable mucho de por qué no va (a Argentina). Parece un tema tabú”, dijo Yuliana Rivas, una estudiante de 22 años de Neuquén, una ciudad argentina ubicada a unos 500 kilómetros de Temuco.

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