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COLOMBIA

Besos, llanto y júbilo: así se vivió el anuncio de la paz en Bogotá

Unas 1.000 personas se reunieron ayer en la Plaza de los Hippies, para ver a través de una pantalla, las declaraciones que pusieron fin a medio siglo de guerra. En octubre se hará un plebiscito para ratificar la paz entre el gobierno y las FARC.
Imagen por Angela Verge
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Lina Vanegas forma parte de una generación que creyó que esto no iba a ser posible. Llora. Llora mucho cuando ve que están anunciando que sí, que hay un acuerdo con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), y que este es un sueño que sí se va a hacer realidad. A sus 30 años nos cuenta que este fin de las negociaciones con la guerrilla significa que sus hijos no tendrán que vivir lo que ni ella, ni sus padres, ni sus abuelos soportaron. Su familia sabe demasiado bien lo que es la violencia paramilitar, por eso se alegra tanto de que el día de hoy por fin haya llegado.

Se besa apasionadamente con su novio en medio del bullicio que hay en la Plaza de los Hippies, un céntrico lugar bogotano donde casi 1.000 personas se concentraron ayer en la tarde alrededor de una pantalla gigante para seguir en directo las declaraciones desde La Habana, donde está la mesa de negociación. En la plaza hay un ruido estrepitoso, como suele ser normal en Bogotá, pero desde que en la pantalla aparece la imagen de Humberto de la Calle, jefe de los negociadores del gobierno, se hace el silencio. "¡Hoy se acaba la guerra!", dice un eufórico de la Calle, y la plaza estalla en gritos de alegría y aplausos. Hay más llanto. ¿Cómo reprimir las lágrimas de una sociedad que lleva 50 años atrapada en una guerra fratricida que ha dejado casi ocho millones de víctimas y 220.000 muertos?

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'Queremos soñar que podemos dejar a nuestros hijos un país sin desaparecidos'.

Yanette Bautista, quien dirige la Fundación Nydia Érika Bautista, una organización que apoya a los familiares de víctimas de la desaparición forzada, nos cuenta que este es el inicio de un camino en el que los desaparecidos van a jugar un papel importante. "Mi hermana fue desaparecida en 1987 junto con mi compañero Cristóbal Triana por el ejército. A mi hermana la encontramos, pero de Cristóbal nunca volvimos a saber nada. Desde ahí nos cambió totalmente la vida y de ser una secretaria, pasé a ser defensora de derechos humanos" afirma Bautista, quien añade que es consciente de que existen procesos de paz frustrantes, como el de El Salvador y Guatemala, pero que "esto es necesario y le estamos poniendo todo el amor del mundo como cuando buscamos a nuestros hijos queridos. Queremos soñar que podemos dejar a nuestros hijos y nietos un país sin desaparecidos".

Colombia cierra más de cinco décadas de guerra con las FARC. Leer más aquí.

Un grupo de jóvenes colombiana festeja el acuerdo de paz en Bogotá. Imagen por Angela Verge/VICE News).

Jerónimo García, ingeniero y profesor universitario, es del Quindío, en el centro del país, una región en la que se ha derramado demasiada sangre durante este conflicto, confiesa que lloró cuando escuchó al presidente Juan Manuel Santos decir que "desde el mismo inicio del proceso de paz les dije que el proceso estaba regido por un principio: nada está acordado hasta que todo esté acordado. Pues bien: el día ha llegado. Hoy podemos decir por fin, que todo está acordado".

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A él el anuncio lo cogió en clase, y en ningún momento pudo ni quiso disimular su felicidad. A pesar de la alegría, es consciente de que "este es un paso, pero queda mucho por resolver: el Ejército de Liberación Nacional (ELN), las bandas criminales emergentes (BACRIM), los paramilitares supuestamente desmovilizados. Existen muchas otras formas de violencia en Colombia". Pero no tira la toalla, y sabe que él también forma parte del cambio que es necesario para construir un país mejor.

"Como sociedad civil también es hora de empezar a cambiar. La violencia no solo se manifiesta por bala, sino por acciones diarias. Somos una sociedad intolerante, que no admite la diferencia, que no reconoce al otro, somos egoístas", expresó el profesor.

El 2 de octubre se celebrará el plebiscito para ratificar estos acuerdos de paz, y poder decir entonces que Colombia ha culminado un largo proceso que comenzó hace cuatro años, cuando se instauró la mesa de negociación. El proceso de recuperación y normalización de una sociedad después de una guerra tan larga y dolorosa es muy largo, toma décadas. Es un camino que ahora comienza y que toca empezar a andar con paso firme y decidido.

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