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Narcos y Al-Qaeda: el camino de la cocaína desde Latinoamérica a Europa vía África

Los consumidores europeos no se imaginan las peripecias y las largas distancias realizadas por su preciada sustancia desde que es producida en América Latina hasta que llega a sus fosas nasales.
Imagen por Joern Pollex/EPA
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Cuando se piensa en la Administración para el Control de Drogas de Estados Unidos (DEA), es posible imaginar escenas de tipos regordetes como Hank Schrader de Breaking Bad rompiendo las puertas de los laboratorios de metanfetamina en Nuevo México, o también podría ser la preocupante imagen de agentes destinados en Colombia asistiendo a "fiestas sexuales", pagadas durante años por los cárteles de la droga, tal como trascendió este año.

Mucho menos conocidas son las misiones secretas de la agencia realizadas en todo el mundo, desde Tailandia a Canadá, África Occidental y el norte de Europa — a menudo sin que los propios gobiernos anfitriones lo sepan. Como las drogas que se consumen en Estados Unidos provienen de todas partes del mundo, las operaciones clandestinas en hostiles rincones del planeta teóricamente podrían evitar que las mercancías entrasen a los EEUU.

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Esta situación puede ilustrar el comercio global masivo que une a los traficantes de cocaína con traficantes de armas, terroristas, militares corruptos y políticos corruptos, y es impulsado en parte por el brutal consumo de drogas en toda Europa — donde el consumo de cocaína se duplicó en la década de los 2000.

Una de las operaciones más impresionantes de la DEA tuvo lugar hace dos años frente a la costa de Guinea Bissau, un pequeño país de África occidental célebre por una corrupción extrema y un estado de anarquía casi total. Agentes de la DEA, haciéndose pasar por miembros de la guerrilla colombiana de las FARC, engañaron a José Américo Bubo Na Tchuto, el ex jefe de la armada naval de Guinea Bissau, y le hicieron caer en la trampa de un gran negocio falso de tráfico de drogas, lo que le supuso pagar con una larga pena de cárcel en la prisión de Brooklyn a más de 6.000 kilómetros de distancia.

"Tuvimos que interpretar el papel de traficantes de drogas", cuenta el agente especial Lou Milione a VICE News sobre aquella operación secreta. "Hubo un miembro real de las FARC al principio, quien estaba interesado en vincularse con uno de los líderes de Guinea Bissau, y tuvimos la suerte de ser capaces de infiltrarnos, y entonces presentarnos como parte de las FARC".

El equipo de la DEA, que había sido alertado de presuntos aviones cargados de cocaína que volaban desde Venezuela a aeropuertos guineanos en manos de Na Tchuto y su ejército, engañó al jefe de la armada para que subiera a bordo de un yate de lujo de 35 metros. Había sido atraído con la promesa de una conformar una relación a largo plazo con las [falsas] FARC, y con una oferta de un millón de dólares por cada tonelada de cocaína que viajara a través de Guinea Bissau bajo su protección.

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La DEA se abalanzó, arrestando a Na Tchuto, e inmediatamente iniciaron un largo viaje navegando desde allí hasta la amistosa nación insular de Cabo Verde, en medio del Océano Atlántico, a unos 4.500 kilómetros de distancia.

"No nos dimos cuenta en el momento que las planeadoras no son una buena idea para recorrer ese tipo de distancias", cuenta. "El barco fue básicamente destruido cuando regresamos". Na Tchuto fue acusado bajo la ley de Estados Unidos por tráfico de drogas, y fue subido a un avión con destino a Nueva York.

Cuando la cocaína llega a África occidental proveniente de América Latina, como en este caso, es normalmente una ruta de paso, con destino final a Europa. Y eso significa un largo y arduo viaje a través del continente, atravesando el desierto del Sahara — regiones que están bajo el control de grupos islamistas como Al-Qaeda del Magreb Islámico (AQMI).

¿Te acuerdas de Al-Qaeda? Ellos seguro que se acuerdan de ti. Leer más aquí. 

Pero la estrategia utilizada en la operación contra Na Tchuto no fue una novedad en absoluto. En otra operación en diciembre de 2009, por ejemplo, agentes de la DEA también se hicieron pasar por miembros de las FARC para tratar de atrapar a narcotraficantes. Aparentemente es una táctica recurrente.

"Tuvimos negociaciones secretas en Ghana con traficantes de Malí asociados con AQMI que formaban parte de un complot para secuestrar occidentales. Pero pudimos conseguir que revelaran lo que estaba pasando, y también conseguir acusarlos. Creían que íbamos a mover entre 500 y 1000 kilos de cocaína hasta llegar a España", narra el agente Milione a VICE News.

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"Ellos nos querían cobrar a razón de 3.000 dólares el kilo para trasladarlo hasta allí", continúa. "Por lo tanto, sus ingresos netos  — sólo por esto — habrían sido de entre 1,5 a 3 millones de dólares".

Un video exclusivo grabado por la DEA en el África occidental, aseguran, demuestra por primera vez el vínculo entre los cárteles latinoamericanos y grupos vinculados a Al-Qaeda.

Rastros de cocaína en el desierto

Agadez es un pequeño pueblo en el extremo sur del desierto del Sahara, en Níger, que forma parte del camino que recorre la cocaína en su dirección norte. Habiendo sido un antiguo centro de contrabando de todo tipo de mercancías, la región se ha fortalecido gracias al comercio moderno de drogas.

Flamantes Toyotas que llegan tras un largo viaje a través del caótico sur de Libia se alinean en las calles de Agadez. Unidades de GPS y teléfonos satelitales están a la venta en todas las esquinas. Los integrantes de las tribus Toubou tienen historias de bandidos secuestrando convoyes de drogas y pidiendo rescates de cientos de miles de dólares. Un traficante ha explicado a VICE News que 10 vehículos salieron de la ciudad la noche anterior para recoger enormes alijos de droga en el desierto.

Grupos islamistas se encuentran muy cerca de la ciudad. Un festival de música fue interrumpido recientemente por un "convoy bien armado que circulaba sin luces", según los organizadores.

La DEA explica que estos grupos le imponen una suerte de "impuesto" a la cocaína para atravesar la región. Las ganancias son utilizadas para financiar su guerra santa. De acuerdo con un informe del gobierno británico, AQMI y otros grupos extremistas islámicos no encuentran preocupación en esta aparente contradicción: "La teología no se pronuncia explícitamente en contra de la venta de drogas para apoyar al Islam", afirma el documento.

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Para los islamistas: "la proximidad con el tráfico de drogas puede justificarse como una forma de apoyar una buena forma de vida islámica", así como "traficantes de esclavos históricamente acomodaron su fe con su comercio".

A pesar de las entusiastas afirmaciones de la DEA, nadie ha encontrado nunca pruebas contundentes de tráfico de cocaína en Níger. Sin embargo, un prestigioso periodista de investigación local facilitó a la investigación de VICE News un vídeo que en el que se pueden ver lo que él denomina 800 gramos de cocaína — que tiene un valor de unos 50.000 dólares en los bares de Europa — bajo custodia policial en Niger.

Ésta sería la primera evidencia explícita de que cocaína ha pasado a través de Agadez, o incluso en toda la región. Fue incautada por la policía a un traficante nigeriano [posiblemente víctima de la trata de personas, obligado a transportar droga como forma de pago por su tránsito hacia Europa].

Como el viaje de la droga hacia el norte está prácticamente condenado a pasar a través de las regiones donde la "protección" es ofrecida por grupos islamistas, las sospechas que tiene la DEA sobre que la yihad se está financiando con dinero del narcotráfico parecieran estar bien fundadas.

Desde que el gobierno de Níger informó de la incautación de una pequeña cantidad de 56 gramos de cocaína en 2006, es altamente probable que la cocaína haya vuelto a circular por el país.

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Mientras que hombres de los negocios y amantes de la fiesta en toda Europa no muestran signos de detener su consumo de coca, es poco probable que imaginen las peripecias y distancias realizadas por su preciada sustancia desde que es producida hasta que llega a sus narices.

La mayor parte de la cocaína todavía llega a Londres y Madrid en avión. Un solo narco entrevistado en Venezuela por VICE News aseguró que hasta 100 personas a bordo de cada vuelo de Lufthansa que parte de Caracas tienen preservativos rellenos de cocaína en sus sistemas digestivos. Sin embargo también existe una una gran cantidad también viaja por mar y por las carreteras de las baldías tierras de África, enriqueciendo a traficantes de armas, terroristas y políticos a lo largo del camino.

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