Activistas LTGBI celebran el primer matrimonio homosexual en Colombia en 2013. (Imagen por Mauricio Dueñas Castañeda/EPA)
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Fueron catorce los combates y dos los días en los que los paramilitares estuvieron celebrando con licor, música y desfile de adolescentes que no llegaban a los 18 años, la toma de ese territorio."O como la guerrilla de las FARC obligaba a la población LGTBI a realizarse la prueba del VIH en algunos de sus territorios", añade Albarracín.Todo ello se traduce en el desplazamiento forzoso de estas personas. "Es esa idea poderosa de la limpieza social. No te matan pero debes irte. Desaparecen socialmente aquello que creen rechazable. Por eso, yo más que desplazamiento, lo llamo destierro, pues lleva implícita una sanción moral", concluye.Si bien los LGTBI son especialmente vulnerables a esta practica, los grupos armados meten en el mismo saco de las amenazas a "marihuaneros, viciosos, jíbaros [vendedores de droga], sapos, cuatreros, milicianos y violadores", entre otros.Federiko Ruíz es un joven caleño a quien no se le altera la cadencia amable de su habla al referirse a los tiroteos que ha recibido la sede de la ONG donde trabaja: Santamaría Fundación. "Este es el tercer local en el que estamos. Nos han tiroteado, nos han amenazado y nos han robado documentos. Incluso intentaron secuestrar a una de las chicas", añade desde Cali (suroeste de Colombia), donde está asentada esta organización de apoyo al colectivo LGTBI, en especial a las mujeres transexuales.'La ley sigue favoreciendo a las personas blancas, heterosexuales y con alto poder adquisitivo'.
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