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Europa

'En Liberland, ni el matrimonio homosexual ni la poligamia estarán prohibidos'

Hablamos con Vít Jedlicka, el presidente de Liberland, un nuevo país fundado el pasado mes de abril en tierra de nadie. Ubicado entre Croacia y Serbia, en una zona de 800.000 metros cuadrados llamada Gornja Sliga y con una sola construcción en pie.
Imagen por Maria Altimira/VICE News

Entrevistamos a Vít Jedlicka, el presidente de Liberland, un nuevo país fundado el pasado mes de abril en tierra de nadie [terra nullius]. Ubicado entre Croacia y Serbia, en una zona de 800.000 metros cuadrados llamada Gornja Sliga y con una sola construcción en pie, Jedlicka imagina la Liberland del futuro como una gran ciudad de rascacielos donde los impuestos no existirán y en la que el gobierno será el máximo garante de la libertad individual.

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Un país, afirma, donde la poligamia y el matrimonio homosexual no estarán prohibidos porque no habrá legislación al respecto. De momento, asegura este joven checo de 31 años, Liberland ya cuenta con 70.000 candidatos susceptibles de convertirse en sus primeros ciudadanos y, aunque todavía no ha obtenido el reconocimiento de ningún país, confiesa que ha habido gobiernos africanos que le ofrecieron su apoyo a cambio de regalos como, por ejemplo, coches Mercedes. Pero para obtener el reconocimiento internacional, Jedlicka aboga por otras fórmulas como la posibilidad de construir una planta nuclear al lado de Liberland. "Si conseguimos la autosuficiencia en términos energéticos, no nos tomarán por una pandilla de hippies".

Detenido el presidente de Liberland cuando trataba de acceder a su recién creado país. Leer más aquí. 

VICE News: ¿Por qué y de dónde le surgió la idea de crear un nuevo país?
Durante cinco años intenté cambiar el sistema a través de la política en mi país, República Checa [Jedlicka es un antiguo miembro del Partido Democrático Cívico], porque creo que el máximo obstáculo para la prosperidad y la felicidad de los ciudadanos es el excesivo poder que acumulan los gobiernos, ello se traduce en una sobrerregulación y en impuestos exageradamente altos. Y, al final, el resultado es que los gobiernos favorecen a las grandes corporaciones, y al resto nos lo ponen muy difícil. Pienso que cuanto más poder tiene un gobierno más incentivos tiene para ser corrupto. Por eso, he optado por una tercera vía: la creación de Liberland. La inspiración se la debo a Jeremiah Heaton [un excéntrico estadounidense que el año pasado se adueñó de casi 2.000.000.000 de metros cuadrados de terra nullius entre Egipto y Sudán].

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¿Se trata sólo de liberalismo económico o también de proteger las libertades individuales?
De ambas cosas. En Liberland, los impuestos van a ser voluntarios y el gobierno sólo va a legislar sobre tres cuestiones: la seguridad con un cuerpo policial que operará exclusivamente dentro del territorio, la diplomacia, dado que uno de los aspectos más importantes para desarrollar el proyecto es el reconocimiento internacional y la justicia. El resto recaerá sobre la iniciativa de los ciudadanos y se hará gracias al sector privado.

¿Te refieres a los hospitales, a los centros educativos o la construcción de carreteras, por ejemplo?
Sí, yo, a diferencia de los socialistas, que piensan que los gobiernos pueden gestionar tu dinero mejor que tu mismo, creo que a través de la iniciativa privada pueden hacerse muchas cosas. De hecho, hay muchas carreteras europeas en manos privadas y para pagar los costes de este tipo de iniciativas también se puede recurrir al financiamiento colectivo.

De acuerdo, pero sin un Estado del Bienestar ¿qué pasaría si un ciudadano de Liberland se arruinara y no pudiera pagar para acceder a servicios básicos como la salud?
Para esto está la caridad, la manera que tienen los países prósperos de resolver este tipo de situaciones. La Iglesia, por ejemplo, aborda estas problemáticas. Por otro lado, estoy seguro que en Liberland no van a faltar servicios sanitarios porque ya hay cinco hospitales interesados en establecerse en nuestro nuevo país.

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¿Crees que la caridad sería suficiente?
En todo caso, la gente pobre en lugares que funcionan según el sistema ultra-liberal como Hong Kong están mejor que los habitantes de Corea del Norte. En Hong Kong los pobres están gordos y se mueren antes por problemas de obesidad que de hambre, en el régimen comunista ocurre todo lo contrario. En Liberland no aceptamos comunistas, pero tampoco neonazis, ni extremistas religiosos o personas que creen en los beneficios del sistema impositivo.

Entonces, ¿dónde está la libertad individual?
Queremos una ciudadanía que comparta nuestro proyecto. Pero en Liberland quien quiera podrá adquirir un arma, abortar, casarse con alguien del mismo sexo, o practicar la poligamia. Son aspectos sensibles que afectan a la esfera privada y sobre los que no vamos a legislar. Además, Liberland brindará la oportunidad de poner en marcha un negocio sin papeleo o trabajar sin tener que pagar impuestos. Vamos a ser un país próspero con un índice de desempleo cercano al 0.

¿Cómo te imaginas Liberland en 10 años?
Como una gran ciudad, una hermosa y moderna ciudad de rascacielos habitada por las mentes más privilegiadas del planeta.

'En Liberland quien quiera podrá adquirir un arma, abortar, casarse con alguien del mismo sexo, o practicar la poligamia'.

¿Y cuántos habitantes tendrá?
No hay ningún límite, pero los postulantes que pasen el proceso de selección, de momento 70.000 de los 380.000 que lo pidieron, tendrán que pagar 10.000 merits. Y cuantos más interesados haya, más subirá el precio.

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¿Qué son los merits?
La moneda oficial de Liberland. Un merit equivale a un dólar. Pero además de pagar por obtener la ciudadanía también existirá la posibilidad de ayudar en proyectos gubernamentales para obtener merits, por ejemplo, cinco meses de trabajo se pagarán con 5.000 merits. También podrá combinarse el pago directo con las tareas de soporte para conseguir la ciudadanía.

¿Y los que quieran un pedazo de tierra también tendrán que pagar?
Los terrenos en Liberland se adjudicarán por subasta. Aunque seguramente, y a falta de una decisión definitiva sobre el tema, creo que no hará falta ser ciudadano para comprar un pedazo de tierra.

Antes comentaste que el reconocimiento de la comunidad internacional es vital. ¿Hay algún país que te haya dado su apoyo?
De momento, hemos recibido diversos reconocimientos indirectos como el del gobierno de Serbia diciendo que no les importa la creación de Liberland porque Gornja Sliga no les pertenece. Pero estamos en un estadio muy embrionario. Hemos fundado el país, hemos redactado una Constitución y ahora debemos organizarlo, convocar elecciones en el período de un año y formar un Parlamento que tendrá 20 diputados y elegirá cinco ministerios. Al principio, éramos cuatro, mi novia, yo y dos amigos, de hecho, ellos fueron los que me eligieron Presidente. Hoy, hay 135 personas trabajando en el proyecto.

¿Y crees que es posible que algún país reconozca Liberland en un plazo de tiempo relativamente corto?
Sabes, no debería decirlo, pero hay países africanos que me propusieron canjear su reconocimiento a cambio de cosas como, por ejemplo, un coche Mercedes…

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¡Vaya! Sin sutilezas… ¿Y qué países eran?
No puedo darte más detalles pero, evidentemente, rechacé la oferta. No puedo empezar a levantar Liberland así. Tenemos que conseguir el reconocimiento de otra manera.

¿Y cuál será vuestra estrategia?
Diplomacia, claro, pero también estamos estudiando otras vías.

¿Qué tipo de vías?
Me estoy planteando la conveniencia de construir una planta nuclear. La CIA redactó un informe secreto según el cual para obtener el reconocimiento de países, sobre todo, de vecinos como Croacia [cuya policía fronteriza ha detenido a mucha gente que quería salir del espacio Schengen para llegar a Liberland; a Jedlicka, por ejemplo, lo arrestaron un par de veces] debíamos hacer algo extraordinario. El hecho de convertirnos en un país autosuficiente en términos energéticos y poder vender energía barata a vecinos como Croacia podría ser clave para que nos tomaran en serio y no nos vieran como una pandilla de hippies y, claro, reconocieran la existencia de Liberland.

¿Puedo ver el informe?
No, es confidencial.

¿Y cómo conseguiste acceder a él?
Tengo contactos en la CIA.

Vít, ¿realmente crees en la viabilidad de Liberland o se trata más bien de experimentar para hacer realidad una fantasía y ver cómo reacciona la gente y hasta dónde puede llegar el proyecto?
Creo en este proyecto como algo completamente real.

Sigue a María Altimira en Twitter: @mariaaltimira