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VICE World News

Protestas, escándalos y el dinero del narcotráfico salpican las elecciones en Guatemala

Entre los candidatos a la presidencia del país en las elecciones del 6 de septiembre hay un actor nacionalista que invoca a Dios en sus discursos y la hija del ex dictador militar acusado de genocidio. Los manifestantes exigen aplazar los comicios.
Imagen por Saul Martinez

Un nuevo informe señala que una cuarta parte de los políticos de Guatemala recibe dinero de los cárteles. Además, el máximo candidato a alcanzar la presidencia del país es un actor nacionalista que ya ha sido comparado con Donald Trump.

Esto es Guatemala, un país donde el sistema político es un auténtico desbarajuste cuando faltan menos de 30 días para que se celebren las elecciones presidenciales. Para algunos, el único estímulo es la presencia de un insólito candidato: el actor Jimmy Morales, un hombre que pertenece a un partido vinculado a los antiguos militares de la guerra civil.

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Morales tiene 46 años. Ha aparecido en películas y en series de televisión y ha agitado a las multitudes durante los discursos de su campaña invocando a Dios, la patria, la familia y el honor. Se describe a sí mismo como "un nacionalista cristiano de centro" y actualmente está segundo en las encuestas.

Su eslogan reza: "Ni corrupto, ni ladrón".

La indignación popular en Guatemala contra la corrupción continúa creciendo. Leer más aquí. 

El candidato a la presidencia Jimmy Morales se dirige a sus seguidores. (Imagen vía Facebook).

Otra candidata es Zury Ríos Sosa, hija del antiguo dictador Efrain Ríos Montt. La candidatura de Ríos, auspiciada por el partido de su padre, ha desatado la controversia, puesto que la ley de Guatemala prohíbe que los familiares se presenten a las elecciones.

Ríos Sosa, sin embargo, desafió a la ley, interpuso una queja y el 16 de julio se ganó el derecho en el Tribunal Supremo a ejercer su derecho a ser candidata política, como ella mismo lo ha descrito. El padre de Ríos Sosa lleva años enfrascado en una larga batalla legal en la que se le acusa de genocidio y de crímenes contra la humanidad llevados a cabo durante su mandato como presidente militar del país, en plena guerra civil.

'A pesar de ser la mayor potencia económica de Centroamérica, Guatemala tiene una de las tasas de desigualdad más elevadas de toda Latinoamérica'.

Después de que se descubriera un mayúsculo escándalo de producción en el que están implicados varios funcionarios del gobierno por delitos de soborno y defraudación aduanera, algunos guatemaltecos exigen que las elecciones sean suspendidas y que se promueva la reforma electoral.

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Sin embargo, el aumento de las protestas no parece ser capaz de detener la votación del 6 de setiembre, cuando se espera que 7,5 millones de guatemaltecos acudan a las urnas para reemplazar al actual presidente, Otto Pérez Molina, que no puede presentarse a la reelección.

El presidente se ha enfrentado a manifestaciones y llamamientos que claman por su dimisión. Sin embargo, y pese a que la escalada de corrupción ya ha alcanzado a su vicepresidente, Pérez Molina se sigue resistiendo a dimitir.

Un reciente informe publicado por la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (CICIG), un organismo dependiente de Naciones Unidas, descubrió que existe una crónica ausencia de regulación en materia de financiación de los partidos políticos. Según el CICIG, el 25 por ciento del financiamiento de los partidos políticos guatemaltecos procede de organizaciones criminales, mientras que alrededor de un 50 por ciento procede de contratistas gubernamentales. El sistema revela la profunda colisión entre la clase política y los grupos que existen para aprovecharse de la financiación de sus campañas.

Según Iván Velásquez, comisionado de Naciones Unidas que supervisó el informe, los narcotraficantes se las han ingeniado para penetrar en todos los niveles del gobierno.

El presidente de Guatemala dice que no va a dimitir después de la masiva manifestación contra la corrupción. Leer más aquí. 

Manuel Baldizón, el candidato presidencial para el partido LIDER, durante un evento de la campaña en Ciudad de Guatemala. (Imagen por Saul Martínez).

Entre las grotescas consecuencias del escándalo, se cuenta la de la dimisión de la vicepresidenta Roxana Baldetti, el pasado 8 de mayo. La vicepresidenta fue acusada de encubrir a Juan Carlos Monzón, su secretario personal, señalado como el cabecilla de la red de fraude y de desfalco aduanero. Hasta la fecha, más de 24 funcionarios del gobierno y empresarios han sido detenidos acusados de cargos de corrupción.

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"En estas condiciones, no queremos elecciones". Tal es el estribillo que se ha hecho popular por las calles del país durante las manifestaciones contra la corrupción. A pesar de ser una de las mayores potencias económicas de Centroamérica, Guatemala tiene una de las tasas más altas de desigualdad de toda Latinoamérica.

La formación conservadora de Pérez Molina, conocida como el Partido Patriótico, ha apoyado la candidatura de Mario David García, un antiguo magnate de los medios de comunicación conectado con la inteligencia militar del país. Sin embargo, los candidatos principales son la antigua primera dama, Sandra Torres, y el doctor Manuel Baldizón — que cayó ante Otto Pérez Molina en las elecciones de 2012.

Baldizón es un acaudalado hombre de negocios y antiguo gobernador del departamento norteño de Petén al que se percibe como al favorito. Hace poco trascendió que había pagado 65.000 dólares a los candidatos a la alcaldía para que se pasaran a su partido, Libertad Democrática Renovada o LIDER. Los candidatos de LIDER, Baldizón incluido, han sido alcanzados por múltiples acusaciones de corrupción.

En un informe sobre financiación ilegal de campañas, el CICIG acusó al LIDER y a otros grandes partidos de estar financiados por narcotraficantes, por empresas nacionales y extranjeras y por otras formaciones ilegales.

Pese a todo el partido parece confiado. Algunos de sus primeros anuncios en vallas publicitarias muestran a un hombre enfundado en un traje negro con un corbata roja, que lleva atravesada la faja presidencial guatemalteca — uno de los símbolos de la presidencia — acompañado de la inscripción "Le Toca".

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Aparte de violar las leyes electorales, el cartel ha desatado el clamor de la sociedad civil y ha generado otro cántico popular en las manifestaciones anti corrupción "No te toca".

Ex dictador de Guatemala es declarado incompetente para asistir a un nuevo juicio. Leer más aquí. 

Zury Ríos Sosa, candidata a la presidencia, e hija del antiguo dictador Efrain Ríos Montt. (Imagen por Saul Martínez)

El 22 de julio, varios miles de simpatizantes de Baldizón se manifestaron ante el CICIG en protesta de lo que entienden que es una caza de brujas contra su partido. Los observadores advirtieron la ironía que subyacía en el hecho de organizar una protesta frente a la sede de una organización anti corrupción. Una protesta precisamente organizada por un partido acusado de un escándalo flagrante.

Otros mítines han desembocado en episodios de violencia.

El 6 de agosto simpatizantes de LIDER atacaron a un grupo de jóvenes que se habían reunido para protestar contra el partido y su corrupción en la pequeña aldea de San Juan Comalapa, dos horas al noroeste de Ciudad de Guatemala. El vídeo del mitin muestra a los simpatizantes arrebatando violentamente las pancartas de las manos de los manifestantes.

En otro incidente registrado en la municipalidad de Nebaj, en Quiche, los simpatizantes del LIDER amenazaron a Miguel Ceto, un miembro de la autoridad indígena local, cuando se personó en un mitin llevando una camiseta en que se leía la inscripción "Hubo un genocidio".

La gente en Guatemala ha observado las elecciones, tradicionalmente, de un modo más bien cínico — y por una buena razón. Es algo que expresa perfectamente la creencia generalizada de que quien fuera que perdiese las elecciones presidenciales anteriores, ganará las siguientes. Las últimas elecciones también han seguido este mismo patrón.

Molina, actual presidente, fue finalista en las elecciones de 2007 y ganador en las de 2012. Lo mismo sucede con su antecesor, Álvaro Colom, quien perdió las elecciones presidenciales de 2004, pero que ganó las de 2007.

Sigue a Jeff Abbott en Twitter: @palabrasdeabajo