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Los canadienses que luchan con los kurdos contra ISIS podrían ser acusados de terrorismo

Paralelamente un informe interno de inteligencia señala que el gobierno de Ottawa debería de analizar a consciencia si sus ciudadanos están luchando junto a las filas del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) o no.
Imagen vía Associated Press/Bram Janssen
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El Ministerio de Defensa canadiense está haciendo caso omiso a la avalancha de acusaciones que señalan que las fuerzas especiales del ejército del país estarían entrenando a soldados kurdos al norte de Irak. El escándalo se ha desatado solo un día después de que un documento clasificado de la inteligencia del país sugiera que el gobierno debería de investigar a los canadienses que están luchando junto a los soldados del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK).

"Cualquier actividad en la que estén implicadas las Fuerzas Armadas del Canadá, independientemente del nivel o del rango del oficial investigado, descansa siempre sobre la ética y los valores del mismo, que son exactamente los mismos que se observan en sus entrenamientos". La afirmación es de Harjit Singh Sajjan y fue publicada el jueves pasado por el periódicoThe Canadian Press.

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Canadá ha aportado ya a más de 69 entrenadores de sus fuerzas especiales para asistir y aconsejar a los combatientes kurdos en métodos de defensa. La estrategia está enclavada dentro de la misión del ejecutivo de Trudeau de combatir a la organización yihadista Estado Islámico (EI), a la que está sometiendo a ofensivas militares. Pese a todo, el gobierno canadiense sostiene que los guerrilleros que militan en el PKK, una organización a la que Canadá considera como terrorista, no están recibiendo ninguna clase de entrenamiento.

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El delicado asunto ha salido a colación después de que Amnistía Internacional haya hecho un llamamiento para que se estreche el escrutinio de los grupos a los que están entrenando los miembros del ejército canadiense. Amnistía también ha exigido a que se incremente el control de los voluntarios occidentales que viajan hasta la zona de conflicto para sumarse a los guerrilleros que batallan contra Estado Islámico.

El comunicado de Amnistía Internacional se produce después de que la organización humanitaria publicara un informe la semana pasada que proclamaba que las fuerzas Peshmerga han "arrasado, dinamitado, quemado y saqueado miles de hogares en un intento aparente por enfrentar a las comunidades árabes como venganza ante el presunto apoyo que estas estarían prestando a los combatientes de Estado Islámico".

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'Cualquier canadiense que proclame estar vinculado a organizaciones como el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) se enfrenta con toda probabilidad a ser perseguido por la ley antiterrorista del país'.

El llamamiento de Amnistía ha subrayado la insólita relación de los canadienses con las minorías kurdas que operan en la zona, y ha dejado en el aire una controvertida pregunta: ¿debería el gobierno de Ottawa retirarse — o acaso debería de implicarse más seriamente — de la región autónoma kurda?

"Si hemos entrenado y seguimos apoyando el entrenamiento de estos grupos necesitamos llevar a cabo algunas investigaciones de lo más delicadas para desentrañar a quién estamos entrenando y si esas fuerzas son o no las mismas a las que se ha acusado de durísimas violaciones", ha comentado Alex Neve, secretario general de Amnistía Internacional en Canadá, en una entrevista. "Puesto que de ser así, nuestra manera de concebir los entrenamientos deberá de ser sometida a una revisión exhaustiva, además de preguntarnos por hasta qué punto necesitamos o no involucrarnos en el entrenamiento".

Un análisis de 2014 redactado por la unidad de inteligencia de Transporte de Canadá sugiere que los voluntarios canadienses que acudieron a la zona para unirse a la lucha armada de los Peshmerga, podrían convertirse en el objeto de investigaciones antiterroristas. El informe, que ha sido obtenido por The Canadian Press gracias su acceso a las leyes de información, advierte que el PKK está contemplado como organización terrorista por el gobierno del Estado y que cualquier canadiense al que se descubra ayudando a la organización se expone a ser perseguido legalmente.

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"Cualquier canadiense que proclame estar vinculado a organizaciones como el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) se enfrenta con toda probabilidad a ser perseguido por la ley antiterrorista del país", señala el informe.

No está claro cuál es el número de canadienses que luchan actualmente en Siria e Irak, ya sea junto a las fuerzas de Estado Islámico o en su contra, pero se trata de una preocupación cada vez más alarmante para el gobierno.

"Ella utilizó su pistola… Se lo dije: si te disparan tienes que contraatacar. Porque o eres tú o son ellos".

Un equipo de VICE Alemania viajó a Siria en busca de combatientes extranjeros hace unos meses. Allí conocieron a Dilan, una canadiense que se había sumado a la lucha de la milicia kurda conocida como Unidades Femeninas de Protección (YPG). Entonces VICE se comprometió a no revelar el apellido de Dilan por razones de seguridad.

Video vía Daily VICE

La madre de Dilan, Brenda, dice que su hija — que podría ser la voluntaria extranjera más joven en sumarse a la lucha de los kurdos — ya se ha encontrado en varias situaciones comprometidas.

"Ya se ha visto obligado a utilizar su pistola", comenta Brenda a Diario VICE. "Se lo dije: si te disparan tienes que contraatacar. Porque o eres tú o son ellos".

Lo más probable es que la mayoría, si no todos, de los canadienses que están combatiendo en la zona se hayan sumado a las fuerzas autorizadas por el gobierno de Ottawa, como el YPJ o la organización con la que está hermanada, las llamadas Unidades de Protección Popular (YPG).

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El PKK es una entidad separada del YPG y del YPJ, de los Peshemrga y del gobierno regional. Lo que no está claro es cuando cooperaron, si es que lo hicieron alguna vez.

En Occidente se ha llevado a cabo una campaña destinada a arrancar al PKK de los listados en los que se le contempla como una organización terrorista. En realidad, así fue mientras se prolongó el acuerdo de paz alcanzado entre la organización kurda y el gobierno de Turquía. Sin embargo, en los últimos meses el PKK ha dirigido sus ataques contra objetivos militares y policiales como venganza ante la presunta inacción del gobierno de Ankara a la hora de detener los atentados perpetrados por Estado Islámico contra el pueblo kurdo.

Por su parte Ankara ha lanzado ofensivas por tierra y aire contra distintas aldeas kurdas. Los kurdos han hecho varios llamamientos a gobiernos como el canadiense para condenar las acciones turcas. Pese a todo, todavía es hora que el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, se manifieste sobre los atentados.

En una declaración emitida por correo electrónico a VICE News, el Ministerio de Seguridad Pública del Canadá ha preferido abstenerse de hacer declaraciones sobre el número de canadienses que estarían luchando junto a las filas del PKK. El mismo organismo ha declinado igualmente informar si existe o no alguna investigación en curso.

"Conocer de la existencia o colaborar con cualquier organización terrorista con el objetivo de apoyar o facilitar el desarrollo de actividades terroristas son ambos comportamientos delictivos", ha declarado el departamento en un comunicado.

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El gobierno ya había procurado disuadir a sus ciudadanos de sumarse a las milicias kurdas o a ningunas otras. En su lugar, el ejecutivo proponía a los suyos que si querían luchar contra Estado Islámico lo mejor que podían hacer era sumarse a las Fuerzas Armadas Canadienses.

La increíble historia de John Gallagher, el canadiense que cayó contra Estado Islámico. Leer más aquí.

En el listado de organizaciones terroristas que aparecen en la página web del gobierno, el PKK se describe como una organización que "lidera una guerra de guerrillas" en su intento por alcanzar su independencia en el sudeste de Turquía y en el norte de Irak.

Craig Forcese profesor de seguridad nacional en la Universidad de Ottawa se ha referido a la legalidad de los combatientes extranjeros en un comentario colgado en su blog. Según Forcese si bien las milicias que luchan contra Estado Islámico pueden tener "un objetivo más seductor, su funcionamiento sigue basándose en los asesinatos de personas para así conseguir que alguien haga algo, de manera que bien podría considerarse, igualmente "como una actividad terrorista".

"Claro que uno puede verse metido en problemas si resulta que los miembros de una brigada a las que estás ofreciendo apoyo para combatir a Estado Islámico se dedica a actividades tales como disparar contra civiles".

Sin embargo, Dogan Dogan, miembro de la comunidad kurda en Toronto, ha hecho un llamamiento al gobierno canadiense para reconozca el esfuerzo de los canadienses que están luchando junto a los kurdos.

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'Debería de haber sido objeto de un funeral de Estado y el gobierno canadiense tendría que haber asistido a su funeral'.

"Están investigando a personas que no tienen intención alguna de atentar contra nadie. Lo que pasa es que luchan junto a aquellos que combaten el terrorismo", ha proclamado Dogan en una entrevista. "Para el gobierno canadiense, tachar a esas personas de terroristas, e imputarles es una auténtica desgracia. Se trata de individuos que luchan por hacer el bien, por hacer lo correcto en un mundo enfermo".

Para Dogan, John Gallagher es un héroe que hubiese merecido un funeral de estado y ser condecorado. John Gallagher fue el ex soldado canadiense que luchó junto a los kurdos Peshmerga iraquíes, antes de viajar rumbo a Siria, donde se afiliaría a las Unidades de Protección Popular (YPG). En el momento de su muerte Gallagher era una de la estimada docena de guerrilleros canadienses que estaban en la primera línea de fuego enfrentándose a las tropas de Estado Islámico. Al menos así lo cifraron los medios de comunicación, aunque no existen cifras oficiales del número de ellos que estaría allí a día de hoy.

"Tendría que haber recibido un funeral de Estado y el gobierno canadiense debería de haberle honrado asistiendo a su funeral. Sin embargo, a Gallagher se le ha discriminado por su afiliación al PKK y al YPG", sentencia Dogan.

Hablamos con un español recién llegado de Siria donde ha luchado contra Estado Islámico. Leer más aquí.

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Cientos de personas han expresado su interés en sumarse a la llamada 1st North American Expeditionary Force, una organización fundada por el veterano de guerra canadiense Ian Bradbury y un puñado de otros. La organización se dedica entrenar y a aconsejar a occidentales que quieren luchar contra Estado Islámico. Sin embargo, tal y como atestigua Bradbury, su organización no tiene vínculo alguno con el YPG o el PKK.

Bradbury declaró al periódico The Canadian Press que apoya que se entreviste a los canadienses que regresan de la zona de conflicto, por mucho que no hayan luchado a las órdenes del PKK.

"No conozco de la existencia de ningún canadiense que esté batallando junto a grupos sospechosos", explica Bradbury. "Lo que deseo es que analicemos bien de cerca lo que está haciendo la gente allí. Y en caso de que hayan cometido alguna atrocidad, habría que interceptarles para que sean interrogados".

Sin embargo, cuando VICE News le pregunta por el informe de Amnistía, Bradbury se desentiende del mismo.

"¿Acaso no esperamos todos que nuestras fuerzas de seguridad prevean quienes pueden ser los enemigos potenciales para los canadienses tanto en casa como en el extranjero?", responde vía correo electrónico a VICE News. "Yo así lo creo, de otro les costaría muchísimo conseguir sus objetivos".

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