Por violencia política La Guajira se quedó sin observación electoral

¿Algo más que decir sobre La Guajira?

Este departamento es el lugar de Colombia donde los niños mueren deshidratados bajos los ardientes soles del desierto. No precisamente por el sol: la corrupción hace lo suyo en cuestiones de sed. Allá la presencia del Estado es casi invisible y, si la hay, está ensombrecida por esas cuestiones. Una, que con los mayores índices de pobreza, tiene a un exgobernador en la cárcel y a otra destituida. Y ahora, además, será el único departamento de Colombia en el que no habrá nadie que vigile el buen funcionamiento de las elecciones atípicas de gobernador, que tendrán lugar este domingo.

En la mañana del 2 de noviembre, la Misión de Observación Electoral (MOE) presentó un comunicado en el que decidió no realizar observación durante la jornada electoral de gobernador en el departamento de La Guajira este próximo domingo. Y eso es muy grave. Asusta que un grupo de ciudadanos con la legitimidad ganada de buscar la transparencia en las elecciones (que han hecho reportes ciertos, que dan las alertas justas) no vayan.

¿Qué es La Guajira? ¿Por qué no pueden entrar?

Según su directora, Alejandra Barrios, esta decisión "obedece a la falta de garantías entre las diferentes campañas políticas y hacia la ciudadanía para avanzar en un proceso electoral libre y transparente". Además, hace un claro énfasis en llamarle la atención a los ciudadanos de La Guajira para que asuman responsabilidad frente a las decisiones políticas que están tomando de cara a los futuros gobernantes de su departamento.

Los guajiros —encargados de elegir a quien culminará el periodo administrativo 2016-2019, que inició Oneida Pinto pero fue interrumpido por El Consejo de Estado— han vivido una historia política que ha sido manchada por amenazas y asesinatos de líderes sociales, lo que ha hecho que la MOE no prestara sus "ojos" para estas elecciones.

Esto se siente como el último escalafón al que podía llegar el destino incierto de La Guajira, si es que tal cosa era posible.

La Guajira se ha convertido en un espacio donde la sequía, la violencia y la corrupción son los principales protagonistas.

De acuerdo con un informe del año pasado, presentado por el presidente Juan Manuel Santos, en los últimos ocho años han muerto por sequía extrema 294 niños menores de cinco años. De ellos, 26 en 2013, 48 en 2014 y 11 en 2015. Y no sólo es el agua la que se lleva a sus niños, también es la mala alimentación que es su consecuencia.

Además de esto, esta región se ha caracterizado por los problemas de corrupción y violencia política. Entre 2012 y 2014, el departamento manejó regalías por 678.225 millones de pesos, según la Procuraduría. Y ese dinero evidentemente no fue a dar a obras de infraestructura.

Y, por si fuera poco, hace un año, la Misión presentó un documento sobre los Mapas de Riesgo Electoral en Colombia y La Guajira se encontraba en el top 10 de departamentos con mayor proporción de municipios en riesgo (33%). Por esta razón, que se hizo evidente a la previa de estas elecciones, decidieron no garantizar unas elecciones que podrían hacer un cambio en la comunidad.

Según Barrios, las garantías que se están incumpliendo en estas elecciones son, por un lado, los altos niveles de polarización y amenaza, que remontan a inicios de 2016: "[este año] ya hemos visto 16 víctimas de violencia, tanto política como dirigida hacia líderes sociales", afirma Barrios. Y, por otro lado, los altos indicadores de posible fraude electoral en ciertas regiones donde el sufragio es muy bajo debido a la poca asistencia de los ciudadanos.

La MOE, dirigida por Barrios, es, de cierto modo, esa garantía que permite que se cumplan ciertas reglas del juego en las diferentes elecciones del país. Creada en 2006, se dedica a realizar una observación electoral rigurosa a través de instrumentos de medición de "calidad de elecciones", que han sido construidos bajo la asistencia técnica del Centro de Asesoría y Promoción Electoral (CAPEL) del Instituto Interamericano de Derechos Humanos. Sus observadores son ciudadanos voluntarios que se vinculan a través de organizaciones de la sociedad civil que conforman las redes de apoyo de la MOE en todo el país.

Según Barrios, "toda la información referente a los jurados de votación, a la importancia de tener identificación biométrica, al cierre de fronteras y al control que se pueda tener en el manejo de los recursos de las diferentes campañas políticas debe ser un tema que no sólo atañe a las autoridades sino también es responsabilidad de la ciudadanía".

Ahora, este llamado de atención tendrá como respaldo únicamente canales de información ciudadana preparados por la MOE para reportar irregularidades o anomalías electorales.

Por eso, ahora más que nunca no hay que desamparar a La Guajira.

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Los canales para informar sobre irregularidades o delitos electorales de la MOE este domingo son: www.pilasconelvoto.com, el teléfono celular: 3187653435 (Whatsapp), la línea gratuita 01 8000 112 101 y las redes sociales de la organización.