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Colombia dividida: el acuerdo de paz depende de un referéndum que podría echarlo abajo

El próximo 2 de octubre habrá una consulta en la que los ciudadanos decidirán si están a favor o en contra de los recientes acuerdos logrados. Algunos temen que el voto por el "no" tire cuatro años de negociaciones entre las FARC y el gobierno.
Imagen por Fernando Vergara/AP Photo
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Laura Rosa Vélez conoce el dolor de la guerra civil de Colombia, la cual ha tenido medio siglo de duración. En 1989, un grupo paramilitar aliado con el gobierno, tomó la ciudad costera de Buenaventura y mató a su marido.

Ella era ama de casa, devastada huyó y volvió a empezar su vida en Bogotá, la capital. Fue una de los 6,9 millones de colombianos que, se estima, han sido desplazados por el conflicto.

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La noche del pasado miércoles, un acuerdo de paz entre el gobierno y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) puso fin a la guerra. Esa noche, Vélez estaba bailando en una fiesta en la calle, delante de una gran pantalla que mostraba el anuncio del acuerdo en La Habana, Cuba.

"No tengo palabras para describir la felicidad que siento," dijo Vélez. "Colombia es un país que ha aprendido a perdonar."

Sin embargo, mientras que muchos celebran la promesa de poner fin a la guerra que comenzó en 1954 cuando se formaron las FARC, el acuerdo de paz debe superar serios obstáculos antes de que se logre completamente.

Besos, llanto y júbilo: así se vivió el anuncio de la paz en Bogotá: Leer más aquí.

El mayor de estos es la obtención de apoyo ciudadano en un referéndum popular en el que los ciudadanos colombianos votarán si están a favor o no con los acuerdos.

Sólo se harán dos preguntas, los que apoyen el acuerdo votarán "sí" y los que estén en contra votarán "no", la participación debe ser de al menos el 13 por ciento de los votantes registrados, es decir de aproximadamente 4,5 millones de personas. En ese sentido, el pasado 7 de agosto, una encuesta de la empresa Ipsos reveló que el 50 por ciento de los colombianos apoya el "no" y 39 por ciento el "sí".

La decisión popular debe de ser acatada por el gobierno. Pero algunos observadores del proceso han señalado que en caso de ganar el "no" se echarían abajo cuatro largos años de negociaciones entre la guerrilla y las autoridades gubernamentales.

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La promesa del presidente Juan Manuel Santos de poner a votación cualquier acuerdo de paz fue vista inicialmente como una maniobra para obtener apoyo público al proceso. Ahora, el anuncio de que efectivamente el referéndum se llevará a cabo el próximo 2 de octubre provoca un poco de pánico.

'No tengo palabras para describir la felicidad que siento'.

"Va a ser la elección más importante de nuestras vidas", dijo Santos refiriéndose a la votación a través de un mensaje televisivo. "Colombianos: la decisión está en sus manos. Nunca antes nuestros ciudadanos habían tenido a su alcance la clave para su futuro.".

La comunidad internacional se ha apresurado a felicitar a Colombia por los acuerdos logrados. Los Estados Unidos han proporcionado a Colombia casi 10 mil millones de dólares en ayuda desde el año 2000, y el presidente Barack Obama, que a principios de este año se comprometió a continuar con el envío de ayuda a Colombia para financiar la puesta en práctica de la paz, llamó personalmente a Santos para felicitarlo por los resultados logrados.

Hillary Clinton también expresó su apoyo. "Como presidenta, me aseguraré de que Estados Unidos sigua siendo su socio en ese proceso. El pueblo de Colombia no se merecen menos", dijo Clinton.

Un hombre celebra el anuncio de la paz. (Imagen por Joe Parking Daniels/VICE News).

Pero no todo el mundo está conforme con el acuerdo. La votación por el "no" está impulsada por el expresidente Álvaro Uribe. Como presidente de Colombia, Uribe dirigió una brutal campaña militar contra las FARC entre 2002 y 2010, financiada por la ayuda masiva de Estados Unidos. Santos fue su ministro de Defensa durante ese tiempo.

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Ahora Uribe dice que el acuerdo es demasiado indulgente con las FARC, porque parece allanar el camino a los rebeldes para escapar de la cárcel por los abusos que cometieron en tiempos de guerra. Los acuerdos señalan que los culpables de crímenes relacionados con la guerra tendrán "libertad restringida", pero deja en manos de los tribunales definir lo que eso significa.

Juan Nicolás Téllez, un estudiante que llevaba un "sí" en la camiseta, mientras veía el anuncio por televisión señaló que el voto podría ir por el camino del Brexit, en el que los votantes británicos sorprendieron al mundo al decidir abandonar la Unión Europea, a pesar de que las encuestas señalaban lo contrario.

"Estoy asustado con el referéndum", dijo Téllez, entre la multitud que agitaba banderas de Colombia y cantaba el himno nacional. "Hay partes de la sociedad que están en contra del acuerdo de paz, incluyendo a Uribe que difunde mentiras, odio y miedo."

Otro de los peligros potenciales en el camino hacia la paz es el complejo proceso de desmovilización de los 7.000 combatientes estimados de las FARC.

'Estoy asustado con el referéndum'.

Uno de los acuerdos parciales que conducen a un acuerdo final exige a los rebeldes a salir de sus escondites y campamentos de la selva y a reunirse en los próximos días en 23 "zonas temporales" habilitadas para la normalización de la paz.

Muchos miembros de las FARC han estado combatiendo a las fuerzas del gobierno durante la mayor parte de sus vidas. Ahora, se supone que la estancia en estas zonas durará seis meses, y se les dejará portar armas bajo la supervisión de funcionarios de la Organización de las Naciones Unidas. Después de eso, el acuerdo permite a los excombatientes formar un partido político.

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Medios colombianos ha informado ampliamente de que la firma tendrá lugar en Colombia en aproximadamente un mes, lo que significaría que el referéndum se llevaría a cabo al mismo tiempo en que las "zonas temporales" se llenan de rebeldes armados.

Por otro lado, algunas células de la guerrilla han dicho que no abandonarán las armas a pesar de que eso los podría llevar a la cárcel por el delito de rebelión.

Colombia cierra más de cinco décadas de guerra con las FARC. Leer más aquí.

El Frente Primero Armando Ríos de las FARC, una unidad de 200 hombres, dijo el mes pasado que rechazan el acuerdo de paz y que seguirán luchando. La cúpula de las FARC, posteriormente, repudió esa decisión, mientras que el presidente advirtió que cualquier persona que se niegue a desmovilizarse irá a "la cárcel o la tumba".

Algunos observadores apuntan que también hay grupos armados esperando para ocupar los territorios dejados por los desmovilizados de las FARC.

Una de ellos es el segundo mayor grupo guerrillero del país, el Ejército de Liberación Nacional (ELN). Otros incluyen grupos paramilitares, el más conocido son los Urabeños. También hay bandas criminales dedicadas al tráfico de drogas y la minería ilegal que podrían buscar lo mismo.

"Es un logro enorme e histórico", dijo Adam Isacson, director del programa sobre política de seguridad regional en la oficina de Washington del Centro de Investigación para América Latina, en referencia al acuerdo de paz. "Colombia tendrá todavía un problema enorme de crimen organizado, y una gran injusticia social, pero es imposible afrontar cualquiera de estos desafíos sin acabar con el conflicto que tenía el gobierno con las FARC".

Sigue a Joe Parkin Daniels en Twitter: @joeparkdan

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