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ESPAÑA

Miembros argelinos de Estado Islámico amenazan con reconquistar Al-Andalus

No es la primera vez que grupos terroristas de raíz yihadista reivindican la Iberia islámica. Con su implantación en Libia y diferentes sucursales en el Magreb y el Sahel, Estado Islámico trata de consolidar su expansión en el norte de África.
Imagen vía captura de vídeo

"Juro por el nombre de Allah que seréis la leña de la próxima guerra, que cuando estalle en Argelia su fuego no se apagará hasta que lleguemos a Al-Andalus como conquistadores". Habla en un vídeocomunicado difundido a mediados de julio Abu al-Baraa al-Jazairi, un militante de Estado Islámico (EI) oriundo de Argelia, según el blog especializado en seguridad SecretDifa3.

El vídeo es, básicamente, una declaración de guerra al gobierno argelino grabada en Raqqa por los tres combatientes, que, según el mismo blog, serían originarios de Boudouaou, del barrio des Eucalyptus de Alger y de Boudouaou, en la Wilaya de Boumerdès, siendo este territorio un importante foco de captación de combatientes yihadistas.

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"Os juro por el nombre de Allah que si morís en defensa de estos infieles gobiernos y estas leyes occidentales de los cruzados, vuestro destino será el infierno", sigue Al-Baraa al-Jazairi, que aparece junto Abu Hafs al-Jazairi y un combatiente sin identificar.

Ambos lugartenientes prometen a Argelia una "guerra inextinguible".

Abu al-Baraa al-Jazairi, militante argelino de Estado Islámico, amenaza con "reconquistar Al-Andalus".

No es la primera vez que el terrorismo de raíz yihadista se refiere a la Iberia islámica: "No aceptaremos que la tragedia de Al-Andalus se repita en Palestina", dijo poco antes de cumplirse un mes de los atentados del 11 de septiembre de 2001 en EEUU, a la cadena de televisión Al-Jazeera, el actual líder de Al Qaeda, Ayman al-Zawahiri.

Una de las últimas reivindicaciones de las huestes de Estado Islámico respecto Al-Andalus fue el año pasado y en español, en boca de un combatiente de Daesh con un fuerte acento marroquí. "España es la tierra de nuestros abuelos", afirmaba el militante en el vídeo.

¿Pero qué credibilidad tienen este tipo de amenazas?

Las matiza y analiza la profesora en Política Árabe en el Máster sobre Mundo Árabe e Islámico de la Universidad de Barcelona (UB) y responsable de Mundo Árabe en el Instituto Europeo del Mediterráneo, Lurdes Vidal.

"La reivindicación de Al-Andalus responde a la mitificación de la sociedad islámica ideal. De la gran expansión del islam. De su época dorada. Apela a un mito de la historia islámica. Su presencia en la Península representa la época de mayor expansión", explica Vidal. Aunque hay un pero.

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"No evoca, por ejemplo, el islam andalusí. Su mayor tolerancia, un islam más flexible y abierto en el que cohabitaban culturas y religiones y su inclinación al conocimiento; solo su dimensión bélica de expansión. En ese sentido, esto siempre ha formado parte de la literatura clásica de Al-Qaeda desde 2001 y antes", sigue la profesora y analista.

Entre las organizaciones afiliadas a Daesh en la zona destacan los Soldados del Califato en Argelia, un grupo que estaba integrado en Al-Qaeda del Magreb Islámico (AQMI) hasta que, el 14 de septiembre de 2014, el que fuera su líder en la región central, Abdelmalek Gouri — alias Khaled Abu Suleiman — proclamó su lealtad a Abu Bakr al-Baghdadi, el autoproclamado líder de Estado Islámico.

Marruecos: el único país del norte de África que no ha sido golpeado por Estado Islámico. Leer más aquí. 

"Tienes hombres en el Magreb Islámico. Si tú les ordenas ellos te obedecerán", dijo entonces Abu-Suleiman a Al-Baghdadi, al considerar que "el Magreb se ha desviado del verdadero camino".

Días después de este anuncio, el grupo terrorista con base en Argelia difundió un vídeo anunciando el secuestro del montañista francés de 55 años Hervé Gourdel, que recorría la zona montañosa de Tizi Ouzou cuando fue secuestrado. 24 horas después sería decapitado.

La ejecución se llevó a cabo, según los Soldados del Califato, porque Francia no accedió a su demanda de parar la ofensiva del país galo contra EI en Irak en un plazo de 24 horas establecido por ellos mismos.

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En el vídeo de la ejecución aparece el siguiente texto, en francés y en árabe, sobre fundido negro: "Mensaje de sangre para el gobierno francés", y luego un combatiente lee un comunicado denunciando las operaciones militares de Francia en Argelia, Irak y Mali.

A finales de 2014 Khaled Abu Suleiman fue ejecutado por el ejército de Argelia en Issers, un municipio de la provincia de Bourmedès, junto a otros dos combatientes. Desde que el grupo hiciera público el vídeo de la decapitación, los Soldados del Califato han sufrido decenas de bajas a manos del ejército argelino.

La situación en el norte de África

Las estimaciones más conservadoras del informe del Centro Internacional para el Estudio de la Radicalización (ICSR en inglés) del King's College de Londres, publicado en enero, sitúa en más de 4.000 el número de combatientes norteafricanos en Irak y Siria.

La situación en el norte de África es compleja. Argelia es un territorio clave en el que operan y se articula una amplia red de grupos yihadistas. La prohibición del partido Frente Islámico de Salvación (FIS) en el país abonó el terreno para el surgimiento, de la mano de veteranos argelinos de la Guerra de Afganistán de finales de los 70, del Grupo Islámico Armado (GIA), una de las partes contendientes en el conflicto civil argelino de los 90 y que tendría que desplazarse al norte de Mali por la presión del Estado al que combatían.

La escisión del GIA en 1998 elevó a Hassan Hattab, uno de sus comandantes, a fundador del Grupo Salafista de Predicación y Combate (GSPC), a partir del cual surgiría AQMI. En el confuso ecosistema de grupos que integran la red de AQMI se fraguó el liderazgo de Mokhtar Belmokhtar, "El escurridizo", famoso por liderar el secuestro de una planta de gas argelina enfrente de otra escisión de Al-Qaeda, "Los que firman con sangre", y por su indisciplina, según Associated Press. Hace un mes, el presidente francés François Hollande anunció que Belmokhtar había sido abatido en territorio libio, aunque un grupo en la zona lo desmintió.

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Según el Centro Internacional para el Estudio de la Radicalización, Argelia es el país que menos militantes aporta a Estado Islámico, y Túnez, escenario de un atentado hace tan solo un mes, el que más. Una mención aparte merece el estado fallido de Libia, dónde Belmokhtar se habría establecido estos últimos años. Fuentes del gobierno reconocido internacionalmente cuantifican en 5.000 el número de combatientes vinculados a EI que operan en el país.

Libia se ha sumido en el caos desde el derrocamiento y asesinato de Muammar Gaddafi en octubre de 2011. Las condiciones se deterioraron aún más el año pasado. El país está dividido entre dos administraciones en guerra: las fuerzas de Fayer Libia (Amanecer en Libia) y Operación Karama (Dignidad), alineadas con los ejecutivos paralelos de Trípoli y Tobruk, respectivamente.

Este contexto, unido el gran arsenal de armas de Gaddafi que ha acabado en manos de grupos radicales, ha convertido el estado libio en un escenario idóneo para la proliferación y asentamiento de grupos yihadistas como Estado Islámico.

Un grupo yihadista desmiente la muerte de Mokhtar Belmokhtar, alias 'Mr. Marlboro'. Leer más aquí.

La decapitación de 21 cristianos coptos en una playa Libia tuvo un fuerte impacto en la opinión pública occidental y constató que el grupo de Abu Bakr al-Baghdadi está a las puertas de Europa.

Lo hizo patente, en declaraciones a VICE News, el director regional de la Unión Europea (UE) de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), Eugenio Ambrosi, cuando afirmó que "existe una preocupación bastante difundida entre el gobierno y la población por el terrorismo. Lo que está sucediendo en el norte de África, o en Libia, concretamente, han llevado al extremismo más cerca geográficamente. Es por esta razón que existe la preocupación de asegurarse de que todo está en orden".

Ambrosi se refería a la polémica que levantaron las declaraciones que hizo, a principios de mes, Michèle Coninsx, presidenta de la agencia de cooperación judicial de la Unión Europea (UE) Eurojust, sobre una supuesta implicación de traficantes de personas en la infiltración de combatientes del terrorismo de raíz yihadista en territorio comunitario. Una relación que organizaciones que trabajan sobre el terreno desmienten.

Sigue a Quique Badia en Twitter @qbadiamasoni