Lenín Moreno, así es este político con aura de 'bueno' que llegó a la presidencia de Ecuador

Un disparo a quemarropa le cambió la vida, y tal vez si ese disparo no hubiera existido Lenín Moreno no sería hoy el presidente de Ecuador, un país que lo conoció en silla de ruedas.

Hay un Lenín Moreno dedicado al ramo turístico empresarial antes de esa bala, y hay otro, que al perder la movilidad de sus piernas, transformó su discapacidad en un motor de vida, que le hizo llegar a la Vicepresidencia del país en el año 2007 de la mano de Rafael Correa, quien acaba de despedirse de la silla presidencial.

Cuando Correa lo presentó como su binomio en agosto de aquel año, en una pequeña población de la costa ecuatoriana, Moreno supo que la campaña iba a ser demencial y dudó en seguir. A medio camino entre la sierra y la costa detuvo su vehículo y llamó a Correa; pero este jamás le respondió. Así que siguió.

La vida del primer Lenín empieza en la selva amazónica el 19 de marzo de 1953. Su padre, Servio Tulio, un profesor que pidió que le enviaran a alfabetizar al destino más lejano del país, decidió llamar a su hijo como el líder comunista ruso, y de segundo nombre le puso Voltaire, como el pensador de la Ilustración francesa, aunque en el registro ecuatoriano tropicalizaron el nombre del francés y lo escribieron como Boltaire.

La aventura amazónica de la familia Moreno Garcés terminó en 1956, año en el que decidieron volver a Quito, la capital. Era una familia numerosa, contando a Lenín eran seis hermanos. La gente que los conoce los ubica en el barrio de La Gasca, que tenía la fama de acoger a profesionales de clase media y estudiantes que venían a labrarse un futuro en la capital. El barrio estaba entre dos quebradas y solo había posibilidad de salir por un acceso, esto hizo que todos los vecinos se conocieran.

Los hijos de un exalcalde de Quito se hicieron muy amigos de Lenín, que por entonces usaba el nombre de Boltaire. Uno de ellos, Diego del Castillo, recuerda que ocupaban su tiempo libre en jugar, uno de sus pasatiempos era subir a las estribaciones del volcán Pichincha, que les quedaba cerca, y bajar sorteando las quebradas. Sobre los anhelos que tenían de muchachos, Diego, que se hizo arquitecto, cuenta que "la visión era llegar a tener la profesión del papá".

El padre de Lenín militaba en el extinto partido Concentración de Fuerzas Populares (CFP) y llegó a ser diputado por una provincia amazónica.

Lenín Boltaire fue un estudiante de "aprobado" sin honores. Se decantó por la especialidad de Químico-Biólogo en la preparatoria y se graduó en el colegio Sebastián de Benalcázar, en 1971, con una calificación de 8 sobre 10. En los anuarios del colegio no aparece ninguna foto suya.

El colegio donde pasó una temporada más larga fue el colegio Mejía, cuyos estudiantes históricamente se toman la calle para protestar por todo lo que les afecta. La biografía oficial de Moreno muestra que su registro en este colegio, corresponde al año lectivo 1968-1969. Aparece un joven de gesto serio, con un peinado cuidado.

El presidente electo iba para psicólogo, pero en la Universidad Central de Ecuadorle negaron la matrícula por el activismo político que desarrolló en los años 70, en contra de la dictadura militar que se instaló en Ecuador como en todo el Cono Sur. Dejó pasar unos años y con la vuelta a la democracia, en 1979, empezó a estudiar administración pública.

Terminó sus estudios en 1984 y según su biografía oficial fue el mejor egresado en esa carrera, pero su registro indica que terminó con una nota de 8,85 sobre 10. En esa cartilla también hay una foto de él, aparece sonriente y con peinado de patillas.

Lenín militó en el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) y plantó cara a la dictadura militar de los años de universidad. Gustavo Larrea, que fue fundador del movimiento que llevó a Rafael Correa a la presidencia, dice que "la lucha por la democracia los juntó". En esos años también selló su amistad con Augusto Barrera, Gustavo Baroja y otros más que fueron parte del mismo movimiento político (Patria Altiva y Soberana, PAIS) que ha marcado la escena política en la última década en Ecuador.

Uno de los episodios que los unió fue la "Guerra de los 4 reales", ocurrido en abril de 1978, cuando el gobierno militar elevó el pasaje del transporte público de un sucre a uno con 4 reales (denominaciones monetarias antiguas de Ecuador) y desató la rebeldía juvenil que se esparció a los barrios de Quito y bloqueó la ciudad durante un mes. Uno de sus protagonistas, Francisco Herrera Aráuz, que en su vida adulta cambió la política por el periodismo, lo cuenta en el su libro: "Si callan los míos… gritarán hasta las piedras". Moreno asistió al lanzamiento de ese libro e intervino para recordar esos años. "Éramos críticos inconformes, pero de ninguna manera al estilo de un rebelde sin causa", dijo. A pesar de que se le acusa de ser poco conceptual, en su discurso citó a Camus, Cocteau, Russell, Ortega y Gasset… "Aquí están, estamos, hoy muchos de los protagonistas de 1978. Esa actitud de entonces, debe ser la de ahora, en todos nosotros, en cualquier trinchera que nos haya colocado el destino".

Esa rebelión juvenil fue la antesala de la democracia.

La militancia de Lenín pareció quedar enterrada en los años noventa, cuando incursiona en la promoción turística y conjuntamente con su esposa empiezan a publicar la revista "la Guía de Oro". En 1996 se convierte en uno los socios fundadores de la Cámara de Turismo provincial. Poco después lo nombran el primer secretario ejecutivo del organismo y empieza el reto de fortalecer el gremio a nivel local y nacional cuando le toca presidir la Federación Nacional de Turismo.

"Necesitábamos alguien que consolidara al gremio", dice Francisco Baca, que también fue parte de la primera directiva. Lenín asumió el reto y viajó por todo el país. Para entonces ya vivía en uno de los barrios más acomodados de la ciudad, El Bosque, y alternaba sus horas de oficina con los partidos de tenis en uno de los clubes más cotizados de la ciudad.

La gente en la Cámara de Turismo lo califica como "muy humano". María José Pérez, que lleva 20 años en esa entidad, recuerda la oportunidad que le dio. "Confiaba mucho en la gente, a mi me contrató recién graduada del colegio".

Estas personas fueron testigos de las secuelas de ese disparo a quemarropa que recibió Lenín: lo vieron volver en una silla de ruedas y soportar dolores indescriptibles porque la bala jamás pudo ser extraída de su columna vertebral.

Un editorial que publica la Cámara por aquella época se titula: la inseguridad vivida en carne propia. El texto habla de lo ocurrido a las 20 horas del 3 de enero de 1998 —cuando tenía 45 años— y se refieren a Lenín "como el amigo de todos". Hablan de su "calidad humana y su don de gentes". Al final prometen estar vigilantes hasta dar con los culpables.

El padre de Lenín también emprendió la persecución a los asaltantes y llegó a viajar hasta Colombia tras la pista de los dos hombres que le dispararon y se llevaron el vehículo de su hijo. Pero se detuvo cuando éste le dijo que ya los había perdonado. "Pensaba qué les pudo haber faltado a esos chicos", dijo Lenín en una video que promocionaba su biografía cuando fue Vicepresidente.

Lenín volvió a trabajar en la Cámara a los seis meses del asalto y estuvo unos meses más, pero luego renunció. Era el año 1999.

En un acto en un hotel de Quito, Lenín reapareció estrenando el nuevo milenio. Era el segundo Lenín, que dejó de reclamar a la vida por sus circunstancias. Había invitado a sus amigos para vender los libros de humor que había escrito durante su rehabilitación. Su esposa, Rocío González, que ha estado junto a él durante 42 años, cuenta que no sabía lo que hacía. "Lo veía ir hasta el computador y escribir, no sabíamos qué, cuenta en el video oficial de su biografía.

La risa le ayudó a salir adelante y de eso trataban sus libros. Él volvió a reír cuando le visitó un amigo que no veía hace algún tiempo y le contó que había una muchacha a la que amaba, pero que su familia se oponía. Lenín le dijo que eso era imposible, que ya las familias no se metían en eso, y su amigo replicó que era su esposa y sus hijos los que se oponían. Lenín recuerda que se rió mucho y que el dolor se apaciguó.

Lenín fue Director Nacional de Discapacidades y en eso estaba cuando sus amigos de la universidad empezaron a crear el Movimiento PAIS (Patria altiva y soberana). Uno de ellos dio su nombre cuando buscaban la pareja electoral de Rafael Correa y fue una fórmula exitosa.

Una de las fundadoras del movimiento, Manuela Gallegos, no recuerda haberlo oído hablar de política, ni siquiera lo recuerda en alguna de las asambleas que se hicieron. "Para mí es un caballero, aunque odio esta palabra por la carga machista que tiene", reconoce y cuenta que cuando ella salió del gobierno, como los otros ideólogos, él le escribió una carta muy sentida.

En el edificio donde ha vivido casi dos décadas recuerdan que cuando llegó a la vicepresidencia, la familia de Lenín se mudó de uno de los pisos bajos al penthouse del piso 12. Los vecinos no hablan mucho de él porque no tienen afinidad con el gobierno del que es parte. Ahora que dirigirá el país se ve más movimiento en las afueras del edificio, donde se ha establecido una garita de seguridad y un nuevo sistema de cámaras de vigilancia.

El portero de la finca, José Ruano, dice que es "una persona amable" y que él si votó por él "porque mira por los pobres". No tiene una mala palabra ni para él ni para su esposa. Lo que sí comenta es que sus tres hijas cambiaron. "Antes andaban en taxis, pero ahora vaya a ver los carros que tienen", dice. Ahora ellas ya no viven allí, una está en Nueva York, otra en España, y la tercera vive en Guayaquil y acaba de ser madre de trillizos.

Ese segundo Lenín, que durante su vicepresidencia, recorrió el país para visibilizar las discapacidades, conectó más con el joven idealista de los años 70. Nadie le da un mal calificativo y esa fue su fortaleza para hacerse con la presidencia. Tiene, hasta ahora, un aura de "buena persona". El único escándalo que ventilaron los medios fue que la fundación que dirigía su hija cobró a un entidad pública 10.000 dólares por una conferencia que Lenín dio cuando dejó su cargo, pero los rumores se acallaron cuando aclaró que el dinero fue para la fundación y no para él.

Ayer 24 de mayo, juró el cargo de presidente y tendrá la oportunidad de demostrar que es un político impoluto y que merece la confianza de los ecuatorianos. Lenín tiene cuatro años para concretar la "revolución" de la educación, de la economía y de la salud que anunció en la campaña electoral.

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